Ex negocio de chips de Toshiba va por 3,600 mdd en la bolsa
Kioxia Holdings. La salida al mercado bursátil del segundo productor de procesadores de memoria flash más grande a escala global se perfila como la mayor en el piso de remates de Tokio este año. Kioxia Holdings, la empresa de chips de memoria que vendió Toshiba hace dos años en un esfuerzo por evitar un desastre […]
28 de agosto de 2020

Kioxia Holdings. La salida al mercado bursátil del segundo productor de procesadores de memoria flash más grande a escala global se perfila como la mayor en el piso de remates de Tokio este año.
Kioxia Holdings, la empresa de chips de memoria que vendió Toshiba hace dos años en un esfuerzo por evitar un desastre financiero, recaudará hasta 378 mil millones de yenes (3 mil 600 millones de dólares) en la salida a bolsa más grande del mercado de valores de Tokio este año.
El precio objetivo de la oferta pública inicial de 3 mil 960 yenes por acción le daría una valoración a Kioxia, el segundo productor de chips de memoria flash más grande del mundo, en alrededor de 20 mil millones de dólares (mdd). Esa valoración recibió el impulso de un creciente apetito de memorias flash entre tecnologías que van desde coches de autoconducción hasta refrigeradores conectados a la red. Sin embargo, el negocio es volátil y Kioxia registró pérdidas en el año fiscal que finalizó en marzo de 2020, ya que los precios de los chips cayeron en el ciclo global.
La compañía, cuyo nombre es un juego de palabras con el vocablo japonés para memoria y la palabra griega para valor, se vendió en 2018 a un grupo liderado por la firma de capital privado Bain Capital. A esto le siguió una larga batalla entre los posibles postores y un intento fallido del gobierno japonés de reunir a las corporaciones nacionales en un consorcio “all-Japan” (totalmente japonés).
La OPI, que está envuelta en sensibilidad política, ofrecerá un total de alrededor de 18 por ciento de las acciones ordinarias de Kioxia. Las acciones cotizarán en la Bolsa de Valores de Tokio el 6 de octubre, aproximadamente un año después de lo que Bain tenía previsto originalmente.
En las primeras semanas de la pandemia, una oferta de tal magnitud parecía inverosímil, dijeron los banqueros involucrados en la OPI. Sin embargo, la fuerte recuperación de los mercados bursátiles mundiales desde sus mínimos de marzo hizo que el índice Topix de Japón suba 30 por ciento y vuelva a los niveles previos a la pandemia.
Además de las acciones recién emitidas, Bain, otros inversores y Toshiba, que conservó una participación de poco más de 40 por ciento en su antigua joya de la corona, también venderán acciones. Otros miembros del consorcio de Bain incluyen al fabricante de chips surcoreano SK Hynix, cuya presencia ha intensificado los llamados dentro del gobierno japonés para garantizar que la propiedad intelectual de Kioxia esté protegida con un acuerdo de condiciones restrictivas después de la OPI.
La venta original de la unidad de chip de memoria causó uno de las varias grandes broncas que afligieron a Toshiba a raíz del escándalo contable de 2015 y la quiebra de su negocio nuclear Westinghouse en Estados Unidos dos años después.
Toshiba fue degradada en 2017 a la segunda sección —menos prestigiosa—- de la bolsa de Tokio. Su antiguo negocio de memoria entrará inmediatamente en la primera sección.
La lucha de Toshiba por obtener financiamiento también llenó su registro de accionistas con una alta proporción de fondos extranjeros, varios de ellos activistas abiertos que se espera que exijan una parte significativa de los ingresos de la OPI de Kioxia a medida que Toshiba reduce su participación.
Desde que Bain adquirió el negocio de memorias de Toshiba, el gobierno japonés ya endureció significativamente su Ley de Divisas y Comercio Exterior de manera que parece otorgar al gobierno un mayor control sobre las inversiones extranjeras en negocios que se consideran críticos para la seguridad nacional. Los funcionarios dijeron que es “muy probable” que, después de la OPI, Kioxia se encuentre en la categoría más alta de sensibilidad del gobierno.
Analistas esperan una fuerte demanda para la OPI, que ofrecerá 35 por ciento de las acciones que emita a inversores minoristas en su mayoría en Japón y el resto a instituciones extranjeras.

Compartir: