Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/vhosts/rumbonuevo.com.mx/httpdocs/wp-includes/media.php on line 783

Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/vhosts/rumbonuevo.com.mx/httpdocs/wp-includes/media.php on line 789

Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/vhosts/rumbonuevo.com.mx/httpdocs/wp-includes/media.php on line 783

Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/vhosts/rumbonuevo.com.mx/httpdocs/wp-includes/media.php on line 789
Evita. La mujer que revindicó las causas sociales
Toda su pasión y devoción por la causa de los humildes y desamparados es puesta de manifiesto en todos sus mensajes lo que genera odio y amor en el pueblo argentino Redacción Rumbo Nuevo En el siglo XX pocas mujeres de occidente han trascendido internacionalmente como María Eva Duarte, más conocida como EVITA. Nacida en […]
26 de julio de 2016

Toda su pasión y devoción por la causa de los humildes y desamparados es puesta de manifiesto en todos sus mensajes lo que genera odio y amor en el pueblo argentino

Redacción
Rumbo Nuevo
En el siglo XX pocas mujeres de occidente han trascendido internacionalmente como María Eva Duarte, más conocida como EVITA. Nacida en Junín provincia de Buenos Aires el 17 de Mayo de 1919, Evita fue una mujer que desde su origen humilde alcanzó el privilegio de vivir en la memoria colectiva.
Evita vivió una infancia de pobreza junto a sus hermanos y su madre. Su padre, Don Juan Duarte, fue un poderoso estanciero y su unión con Juana Ibarguren (su madre), era de hecho.
La pequeña Evita cursó sus estudios primarios en Junín pero no parece haberlos completado: sólo disfrutaba -habría de relatar años después- con las representaciones escolares y las fiestas de fin de curso. Para los quince o dieciséis años advierte que el ambiente pueblerino la asfixia y resuelve trasladarse a Buenos Aires, a buscar fortuna. Carece de relaciones y de dinero; es muy delgada y sus cabellos negros y lacios caen sobre sus hombros huesudos. No tiene la menor formación teatral pero Evita quiere ser actriz. Sola o acompañada por Agustín Magaldi, por propia determinación o con autorización de su madre, Evita abandona Junín y llega a la gran ciudad en 1935, en una época de crisis que afecta a toda la población.
En 1944 Evita era una actriz conocida, seductora, ambiciosa y decidida es entonces cuando conoce al entonces coronel Juan Domingo Perón, iniciando un romance que terminará en matrimonio, llevándola a ser la Primera Dama en 1946.
Toda su pasión y devoción por la causa de los humildes y desamparados es puesta de manifiesto en todos sus mensajes lo que genera odio y amor en el pueblo argentino.
Esta situación queda bien definida en el poema de María Elena Walsh escritora argentina opositora a Perón, que dice así:
Calle Florida, túnel de flores podridas.
Y el pobrerío se quedó sin madre
llorando entre faroles sin crespones.
Llorando en cueros, para siempre, solos.
Sombríos machos de corbata negra
sufrían rencorosos por decreto
y el órgano por Radio del Estado
hizo durar a Dios un mes o dos.
Buenos Aires de niebla y de silencio.
El Barrio Norte tras las celosías
encargaba a París rayos de sol.
La cola interminable para verla
y los que maldecían por si acaso
no vayan esos cabecitas negras
a bien aventurar a una cualquiera.
Flores podridas para Cleopatra.
Y los grasitas con el corazón rajado,
rajado en serio. Huérfanos. Silencio.
Calles de invierno donde nadie pregona
El Líder, Democracia, La Razón.
Y Antonio Tormo calla «amémonos».
Un vendaval de luto obligatorio.
Escarapelas con coágulos negros.
El siglo nunca vio muerte más muerte.
Pobrecitos rubíes, esmeraldas,
visones ofrendados por el pueblo,
sandalias de oro, sedas virreinales,
vacías, arrumbadas en la noche.
Y el odio entre paréntesis, rumiando
venganza en sótanos y con picana.
Y el amor y el dolor que eran de veras
gimiendo en el cordón de la vereda.
Lágrimas enjuagadas con harapos,
Madrecita de los Desamparados.
Silencio, que hasta el tango se murió.
Orden de arriba y lágrimas de abajo.
En plena juventud. No somos nada.
No somos nada más que un gran castigo.
Se pintó la República de negro
mientras te maquillaban y enlodaban.
En los altares populares, santa.
Hiena de hielo para los gorilas
pero eso sí, solísima en la muerte.
Y el pueblo que lloraba para siempre
sin prever tu atroz peregrinaje.
Con mis ojos la vi, no me vendieron
esta leyenda, ni me la robaron.
Días de julio del 52
¿Qué importa donde estaba yo?
No descanses en paz, alza los brazos
no para el día del renunciamiento
sino para juntarte a las mujeres
con tu bandera redentora
lavada en pólvora, resucitando.
No sé quién fuiste, pero te jugaste.
Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo,
metiste a las mujeres en la historia
de prepo, arrebatando los micrófonos,
repartiendo venganzas y limosnas.
Bruta como un diamante en un chiquero
¿Quién va a tirarte la última piedra?
Quizás un día nos juntemos
para invocar tu insólito coraje.
Todas, las contreras, las idólatras,
las madres incesantes, las rameras,
las que te amaron, las que te maldijeron,
las que obedientes tiran hijos
a la basura de la guerra, todas
las que ahora en el mundo fraternizan
sublevándose contra la aniquilación.
Cuando los buitres te dejen tranquila
y huyas de las estampas y el ultraje
empezaremos a saber quién fuiste.
Con látigo y sumisa, pasiva y compasiva,
única reina que tuvimos, loca
que arrebató el poder a los soldados.
Cuando juntas las reas y las monjas
y las violadas en los teleteatros
y las que callan pero no consienten
arrebatemos la liberación
para no naufragar en espejitos
ni bañarnos para los ejecutivos.
Cuando hagamos escándalo y justicia
el tiempo habrá pasado en limpio
tu prepotencia y tu martirio, hermana.
Tener agallas, como vos tuviste,
fanática, leal, desenfrenada
en el candor de la beneficencia
pero la única que se dio el lujo
de coronarse por los sumergidos.
Agallas para hacer de nuevo el mundo.
Tener agallas para gritar basta
aunque nos amordacen con cañones.
Esta fue, es y será EVITA la mujer que revindicó las causas sociales, le dio a la mujer un lugar en la política haciendo que se reconocieran los derechos cívicos.
Luego de una penosa enfermedad el 26 de Julio de 1952 fallece en la ciudad de Buenos Aires a los 33 años de edad.

Compartir: