Esconde el CRESET una gran sensibilidad artística
Redacción Rumbo NuevoSus manos son ásperas, ajenas por ahora a las delicadeces del maniquiur, pero de ellas emana la creatividad que a la par de un fino talento y paciencia profunda, dan lugar a una serie de trazos que en el lienzo conjuntan figuras plenas de luz, lo mismo que polícromos collares, llaveros y pulseras. […]
11 de julio de 2013

Redacción
Rumbo NuevoSus manos son ásperas, ajenas por ahora a las delicadeces del maniquiur, pero de ellas emana la creatividad que a la par de un fino talento y paciencia profunda, dan lugar a una serie de trazos que en el lienzo conjuntan figuras plenas de luz, lo mismo que polícromos collares, llaveros y pulseras.
Son 71 internas del Centro de Reinserción Social del Estado (CRESET) quienes durante una semana participaron en un Taller de Pintura y Bisutería patrocinado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos(CEDH) bajo la dirección del renombrado artista plástico Ramón Antonio Reyes y la abogada Carlota Casasnovas, quienes lograron descubrir una gran sensibilidad escondida.
En total fueron 60 expresiones estéticas alcanzadas en el taller de pintura, donde hubo una mezcla de técnicas a partir de carboncillo, lápiz, tiza, pastel, acuarela y prismacolor, según se apreció durante la muestra con la que se clausuró esta jornada resumida en brillos, colores, formas y dimensiones.
No es la primera ocasión que la CEDH acude con este tipo de terapia ocupacional al interior de ese centro de internamiento. Son talleres hacia una nueva oportunidad con planes y proyectos, como definiera la abogada Casasnovas.

Aprender para emprender

Se trata de aprender para emprender cuando la libertad vuelva y permita ofrecer a la sociedad una expresión útil, generosa y creativa que desde la serena reflexión se proyecta con poderosas alas para remontar el horizonte.
Así, con un notable dominio de las diversas técnicas, las manos dieron luz en cada trazo, hasta arribar a notables formas que revelan una sensibilidad escondida, una artista que requiere una dirección profesional y de allí un curador experto para colgar las obras en las galerías.
Bastó una semana para que los maestros Reyes y Casasnovas descubrieran en “ese infierno que es la cárcel” existe un factor humano que de nuevo a la sociedad puede sumarse a tareas de desarrollo a través de las expresiones artísticas y artesanales.

Compartir: