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Se ve muy complicado Juan Ochoa Vidal Twitter: @JOchoaVidal La gente espera resultados de gobierno -aunque también a un amplio sector no le interesa el tema- pero la realidad resulta agobiante para las autoridades. Por una parte, la austeridad dio paso a la “pobreza franciscana”; por el otro, existe un enorme rezago en atención a […]
15 de agosto de 2022

Se ve muy complicado

Juan Ochoa Vidal
Twitter: @JOchoaVidal
La gente espera resultados de gobierno -aunque también a un amplio sector no le interesa el tema- pero la realidad resulta agobiante para las autoridades. Por una parte, la austeridad dio paso a la “pobreza franciscana”; por el otro, existe un enorme rezago en atención a la demanda ciudadana, deterioro de infraestructura urbana y rural, así como en el rubro de adeudos públicos.

Se ha informado que la administración estatal de nuevo recurrirá al empréstito a fin de poder cerrar el año con el cumplimiento de obligaciones principalmente de índole laboral, de manera que resulta previsible que en 2023 y 2024 tenga que volver a hacerse algo similar, a cuenta de recursos que corresponderían al siguiente sexenio y trienio.

Hay que recordar cómo terminaron, en materia presupuestal, los dos anteriores sexenios, así como que los ayuntamientos, a su vez, salvo raras excepciones, en 2009 ya desde julio estaban en apuros y en octubre salió el gobierno estatal en turno al rescate, siempre a cuenta del presupuesto del gobierno municipal que el primero de enero del año inmediato entró en funciones.

En ese 2009, por ejemplo, con base en una administración muy correcta de los recursos bajo su responsabilidad, cerraron el trienio muy bien, sin adeudos, con pagos de todo tipo conforme al calendario establecido para tal efecto, Oscar Ferrer Abalos, de Huimanguillo, y Francisco Lastra González, de Jonuta.

En la actualidad, por cierto, Ferrer en su segundo trienio se caracteriza por un manejo muy puntual y escrupuloso de los recursos bajo su responsabilidad, tal como también lo están haciendo Eric Garrido Argáez, en Jonuta, y María Esther Zapata Zapata en Cárdenas.

Lamentablemente, la mayoría de los gobiernos municipales no lee bien la información financiera-presupuestal, o predomina el ego y se cree que de algún modo maravilloso saldrán adelante, o podrán saltar a otro cargo antes de que el mundo se les venga encima. Esos viven en un mundo de oropel, de fantasía, de improvisación, de cuentas alegres. Se subieron a un ladrillo y se marearon.

La cuestión de fondo es que si desde hace muchos trienios y sexenios la función pública se volvió cada vez más complicada, ahora mismo se requiere de una enorme pericia, de precisión cuasi quirúrgica en cada decisión que se implementa, y no atenerse a que vendrá otra instancia de gobierno a salvarles.

Debe entenderse que los márgenes de maniobra se han estrechado. Desde la perspectiva del gobierno federal, hay prioridades de cara también a la estrechez de recursos. Se trata de los grandes proyectos sexenales. Y cuando el Presidente de la República habla de pobreza franciscana, las autoridades estatales y de la célula básica que es el municipio, están obligadas a adaptarse.

En consecuencia, en lo que se refiere a los ayuntamientos, si hasta hace algunos trienios la situación se complicaba a partir del desenlace sucesorio, ahora cuando ni siquiera se cumplen los primeros doce meses lo que se aprecia en el horizonte es una compleja masa de complicaciones.

¿Qué les queda por hacer a los gobiernos municipales? Antes que nada, aunque suene trillado y recuerde a una frase del pasado del que algunos personajes de hoy reniegan aunque formaron parte de ello, hay que “hacer política, más política, mucha política”, como dijo Carlos Salinas.

Aplicación práctica: los gobernados tienen que estar plenamente informados y conscientes en la medida de lo posible, de que las autoridades hacen todo lo que pueden, lo más que pueden, hasta donde pueden, para cumplir los compromisos de campaña, con política de diálogo auténtico, sin mentir, sin traicionar la confianza, hablando claro.

Los ayuntamientos deben cumplir con su función básica que es la de brindar servicios municipales eficientes y suficientes. Esta parte es la que se le reprocha a Yolanda Osuna Huerta, de quien no está de más recordar que tiene bajo su responsabilidad a la demarcación en la cual radica más del 34 por ciento de quienes conforman el listado nominal.

En lo que se refiere al gobierno estatal, la comunicación es primordial. Allí, hay, como se dice con lenguaje amable, áreas de oportunidad. Los comunicadores estamos obligados a actuar con actitud de servicio a la comunidad. En lo personal, a lo largo de 44 años nos ha tocado tratar a todo tipo de personas al frente de gobiernos estatales, no solo de Tabasco. Ya nada nos espanta.

Siempre hemos procurado actuar de buena fe. Finalmente, mientras vivamos, el periodismo será nuestra profesión. Los funcionarios públicos tienen su momento, su oportunidad. Ojalá todos tuvieran el propósito de ser bien recordados y entender que el reloj no se detiene.

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