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Villahermosa, ¿qué te hemos hecho? Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com Mi novia, Villahermosa; la que vistió de fiesta, la naturaleza; la que sufre sin agua y -la paradoja- por inundaciones. La de los baches eternos y las promesas reiteradas e incumplidas. Aguantadora y hasta masoquista es mi ciudad. Y su gente, noble, trabajadora, es desmemoriada, mas […]
24 de junio de 2022

Villahermosa, ¿qué te hemos hecho?

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
Mi novia, Villahermosa; la que vistió de fiesta, la naturaleza; la que sufre sin agua y -la paradoja- por inundaciones. La de los baches eternos y las promesas reiteradas e incumplidas. Aguantadora y hasta masoquista es mi ciudad. Y su gente, noble, trabajadora, es desmemoriada, mas con sorprendente esperanza no desfallece.

Carece de sentido, desde nuestra perspectiva y momento, abordar la controversia en cuanto a la fecha de fundación. Oficialmente se fijó el 24 de junio como fecha de festejo de su aniversario. Muchos de los que quieran festejar tal vez opten por pasarse un trapo por la cara, al no tener agua entubada desde hace varios días, o solo a cuenta-gotas.

Así, ante tantas frustraciones que lamentablemente a muchos no interesan porque predomina igualmente la falta de ciudadanía, la más básica formación política, no queda sino expresar en tal circunstancia un recuento de anhelos a futuro; que quizá a entonces alguna autoridad capaz, de palabra, haga realidad:

Urge una multimillonaria inversión -los 12 mil millones de pesos pagados con motivo de las inundaciones de 2020 quizá alcanzaban en gran medida- para reconstruir las redes de agua potable y alcantarillado, así como los pozos profundos para obtener el líquido y las plantas potabilizadoras necesarias.

Urge la reconstrucción, asimismo, de infinidad de calles y avenidas. No es suficiente con echarle chapapote a los doce mil baches que contó y reportó la alcaldesa Yolanda Osuna.

Urge el rediseño vial que a cierto plazo ponga fin a la caótica y confusa vialidad, situación diagnosticada desde hace muchas décadas: algo así como varias avenidas Méndez -ejes viales- y periféricos elevados en determinados tramos, que atraviesen y rodeen a la “esmeralda del sureste”.

En los albores de este siglo, en la ciudad de Chihuahua se amplió una estrecha calle, a lo largo y a lo ancho, a fin de que así se pudiese ir de un extremo a otro de esa capital, aunque para ello resultó necesario expropiar y demoler gran parte del primer cuadro y viviendas en colonias.

Hace cerca de cincuenta años hizo lo mismo Carlos Hank en la Ciudad de México, en un proyecto que quedó inacabado pero que en mucho alivió en su momento el caos vial. En Villahermosa, a la inversa, se reduce a la mitad la anchura de las avenidas adjuntas a los malecones: vamos en retroceso.

Urge la reforestación. Pero no nada más la siembra de plantitas o la simple colocación de jardineras que son pretexto para el voraz contratismo, sino que a las llamadas áreas verdes se les devuelva la arboleda. Resulta lastimoso observar fotografías no tan antiguas de avenida Madero, aunque sea con palmas en medio.

Urge convertir a Villahermosa en la “ciudad blanca” que Mérida se adjudicó como adjetivo hace algunos ayeres. No es solo que haya gente cochina que tira basura en las calles, sino incumplimiento de la autoridad que no recoge oportunamente los desperdicios depositados en los contenedores colocados con ese propósito.

Urge que el ayuntamiento cumpla con su obligación en el rubro de alumbrado público, tema que incide en el de la inseguridad. Es increíble el abandono también en ese otro aspecto. Y la situación está peor en otros asentamientos al interior del municipio. Está peor que durante los ahora llamados “regímenes neoliberales”, aunque a decir verdad quienes ahora están en la función pública son, más o menos, los mismos de siempre.

¿Es mucho pedir? Podrá alegarse que son muchos los rezagos acumulados y, por lo tanto, no van a resolverse en un trienio. Sin embargo, es hora de comenzar a ver una “cuarta transformación” en nuestra capital. Y que no quede todo ello en el discurso.

Puede darse como un hecho que hoy habrá partida de pastel y fotografía oficial del recuerdo. ¡Ah! ¡La vanidad! ¡La demagogia de siempre! ¿Acaso hay en realidad algo qué festejar?

Desde luego, ya no es la Villahermosa que inspiró al maestro Manuel Pérez Merino:

“Le canto a mi tierra querida/ porque así lo siente/ este corazón. Le digo lo que nunca pude/ decir con palabras/ pero que en mis labios/ se volvió canción.

“Villahermosa/ te vistió de fiesta, la naturaleza/ Son tus tardes remansos tranquilos/ de rara belleza.

“Tus mujeres tienen/ el divino encanto, de la sencillez/ el Grijalva canta, su canción eterna, rendido a tus pies.

“Tiene la provincia/ en las noches tibias/ suave languidez. Y bajo tu cielo/ pintado de estrellas/ aprendí a querer.

“Hoy que estoy muy lejos/ quisiera volver/ a sentir el fuego, de tu sol ardiente, por última vez”.

Y de repente nos pareció ver al maestro, sentado junto a su piano, en su casa de puerta abierta en las calles de Independencia.
Twitter: @JOchoaVidal

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