Escenarios
Hay que tocar tierra Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com Los siempre aguerridos tamultecos dieron este lunes una probadita, apenas, de lo que son capaces. Intentaron bloquear la carretera Villahermosa-Frontera, pero bajo amenaza de la fuerza pública se conformaron, de momento, con cerrar durante buen rato la entrada a Tamulté de las Sabanas y comunidades vecinas. Evangelista […]
24 de mayo de 2022

Hay que tocar tierra

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
Los siempre aguerridos tamultecos dieron este lunes una probadita, apenas, de lo que son capaces. Intentaron bloquear la carretera Villahermosa-Frontera, pero bajo amenaza de la fuerza pública se conformaron, de momento, con cerrar durante buen rato la entrada a Tamulté de las Sabanas y comunidades vecinas.

Evangelista García López, elegido por los lugareños como su delegado municipal “legítimo”, adelantó que esto es apenas el inicio. Inolvidable la correteada que en aquella comunidad le dieron a Salvador Neme Castillo, en esos viejos tiempos en los que minimizó la protesta social y quedó para la historia su frase: “Son solo unos cuantos”.

Desde luego, no es el único lugar de Tabasco en el cual existen protestas por la designación de delegados municipales en vez de ser elegidos, como hasta hace un trienio se contempló la legislación aplicable y que antes, en este mismo siglo, se estableció y festinó como democracia participativa.

Sin entrar al fondo del asunto, como se dice en lenguaje jurídico, no puede pasar desapercibido el hecho de que es en Centro en donde mayormente hay quejas en contra de lo que lo que se ha dado en llamar “ley dedazo”.

El tema ha sido manejado con habilidad por algunos alcaldes y por la mayoría no. La visión oficialista en torno de esto que fue producto de una iniciativa de ley elaborada por el entonces director jurídico y actual secretario de Gobierno, Guillermo del Rivero, es que los quejosos son manipulados por la oposición.

Ello nos recuerda que hasta 2012 fue precisamente la oposición, que hoy es gobierno, la que aprovechó toda circunstancia posible, cualquier inquietud social, para abanderarla y capitalizarla políticamente.

Pero independientemente de esa consideración, salta a la vista que estamos ante un manejo autoritario y despliegue de soberbia, en este caso específico por parte del ayuntamiento de Centro, en una situación que pone de manifiesto la falta de capacidad y manejo político de la presidenta municipal Yolanda Osuna Huerta.

¿Será acaso que alguien se hubiese atrevido a faltarle al respeto si, por ejemplo, se presenta a dialogar este lunes con los tamultecos en el lugar de la protesta? ¿Por qué no se ha desactivado ese y otros focos de conflicto? ¿Tal difícil le resulta salir de la comodidad de la oficina y de los entornos de adulación?

Asimismo, ¿qué acaso no hay un secretario del ayuntamiento y, en general, equipo de trabajo que se ocupe de establecer y dar seguimiento a una agenda de riesgos? ¿Así se pretende proyectar a la señora para ser gobernadora? Y es que, aunque a muchos les resulte improbable o absurdo, hay quienes están ya trabajando en ello. Ver para creer.

Cualquier político de la vieja escuela sabe cómo desactivar los “infiernitos” antes de que se conviertan en incendio. Solo faltó que alguien ordenara acomodar una garrotiza a los inconformes, aunque no hay que descartar que se tenga como “as bajo la manga” esa ruta.

El año pasado, recién nombrado Guillermo del Rivero en la Secretaría de Gobierno, le envié un mensaje felicitándolo, bajo la consideración de que es hijo de mi viejo amigo Chebeto del Rivero. Me invitó a tomar un café en su oficina. Allí me preguntó cómo veía un servidor el panorama del estado.

Expresé una serie de consideraciones, incluido el hecho de que sorprendentemente parecería que desaparecieron las tensiones sociales en Tabasco, aun con el tremendo desempleo, los serios problemas en materia de servicios públicos, los abusos de la Comisión Federal de Electricidad que van desde cobros indebidos hasta frecuentes apagones, etcétera.

Son escasos y de poca concurrencia y temporalidad los plantones en la explanada de Palacio de Gobierno. A veces hasta pareciera que Tabasco es un edén.

No obstante, le dije, desde mi apreciación personal, que diversos amigos y conocidos comparten, que se viene calentando una especie de caldera de presión social, alimentada por la acumulación de problemas y la escasa operatividad política en los distintos niveles de gobierno.

Nuestra gente, o es muy aguantadora, francamente estoica, de plano masoquista, u opta por reservarse las inconformidades para expresarlas en otro momento, por otras vías.

La cuestión es que tanto los alcaldes, como es el caso de Yolanda Osuna Huerta, y las dependencias del ejecutivo, en particular la que se ocupa de la política interna, deben entender que todo tiene un límite, así como que los ciudadanos los contratamos y les pagamos para que hagan bien su trabajo. No para el mero freseo. No para que actúen como que el pueblo no los merece.

Los problemas e inquietudes sociales pueden y deben resolverse antes de que se desborden.
Twitter: @JOchoaVidal

Compartir: