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Centro, en el abandono Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com El Macondo atemporal que describe Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad, con sus falsedades y abandono, lo vivimos en Villahermosa, villas y comunidades. No de ahora, mas sí peor que nunca. Peor, sí, que durante el primer trienio de Evaristo Hernández. Y ni hablar del […]
5 de abril de 2022

Centro, en el abandono

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
El Macondo atemporal que describe Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad, con sus falsedades y abandono, lo vivimos en Villahermosa, villas y comunidades. No de ahora, mas sí peor que nunca. Peor, sí, que durante el primer trienio de Evaristo Hernández. Y ni hablar del segundo. O del tan cuestionado desempeño de Gerardo Gaudiano y su empleada Casilda Ruiz.

El agua escasea, ya sea porque llueve mucho y se esgrime que la turbiedad de los ríos impide el adecuado funcionamiento de las plantas “potabilizadoras”, o porque ya inició la temporada de estiaje. Ya perdimos la cuenta de los anuncios con relación a que ese problema se resolverá.

En su primer periodo, Evaristo al menos recubría con asfalto de mala calidad las principales avenidas, calles y uno que otro camino.

Hizo mucho ruido con su “Dragón”, maquinaria viejísima pero funcional, y el chapapote que proporcionaba Pemex, para que durante meses se pudiese transitar y caminar sin temor a pinchaduras de llantas, o quebrarse un tobillo al tropezar y caer en un hueco o alcantarilla en “bachelandia”.

Y no: no es que los rusos hayan bombardeado. La cuestión es que al cabo de seis meses que se cumplen este martes, la administración de Yolanda Osuna Huerta no hace algo para resolver o atenuar ese otro problema, en tanto que en la recolección de basura persisten agudas deficiencias.

Ya si llueve mucho, nos recordarán que la vía pública se inunda -y también muchísimos hogares a los que les entra el agua- porque los ciudadanos somos unos cochinos.

Hay qué reconocer, no obstante, que la presidenta municipal no se pone a discutir y ofender a quienes pudieren formular reclamos. Claro está que no tiene la movilidad cotidiana que sí tuvieron sus dos antecesores inmediatos, para no ir más lejos.

Quisiéramos creer que hay la voluntad de hacer bien las cosas. Después de todo, no faltan los aduladores que la ubican como probable candidata a la gubernatura en 2024. Durante su trayectoria pública no se le cuestionó nunca por hechos de corrupción. Sin embargo, es la primera vez en su vida que está al frente de un gobierno.

En este punto recordamos lo que pasó con el último ex gobernador, quien había ocupado cargos de suma importancia nacional, como la subsecretaría de Gobernación en dos ocasiones y las direcciones generales del Infonavit y del entonces Instituto Federal Electoral, pero quedó demostrado que no es lo mismo hacerse cargo de una función administrativa que ponerse al frente de todo un aparato gubernamental y verse obligado a dar la cara a la gente.

Ser alcalde significa, sobremanera, asumir un liderazgo social. Sudar. Como presumía Gaudi-bebé, “gobernar desde la calle”. Sí: ese otro personaje del Macondo choco tan aguantador; en el cual, a diferencia del pueblo imaginario, las cosas no permanecen estáticas, sino que empeoran cada día.

Ahora recordamos a Boca del Río, Veracruz: ese antiguo pueblecito de paso ya llegando al puerto, al cual consecutivos gobiernos panistas transformaron en polo de desarrollo, con grandes avenidas, pasos a desnivel, eficaz recolección de basura.

A decir verdad, en casi tres años no hemos ido por esos rumbos; pero no se nos olvida que a inicios de los ochentas el diario Notiver le llamaba “Vodka del Río”, porque lo sobresaliente allí era la abundancia de centros de vicio.

¿Hay esperanzas de que la 4T transforme al municipio de Centro? Hasta donde sabemos, las restricciones presupuestales son parte del problema de Osuna, aunque desde el trienio de Florizel Medina el ayuntamiento fortaleció sus ingresos propios, al grado de representar ese rubro poco más del 26 por ciento del presupuesto anual.

Las limitaciones presupuestales no justifican que una autoridad se quede cruzada de brazos.
Cualquiera que conozca de administración pública puede dar fe de que en todo tiempo existe la alternativa de la gestoría de recursos adicionales, previa elaboración de proyectos bien sustentados que se presentan al gobierno federal o también ante organismos multinacionales que disponen de partidas de financiamiento en rubros como educación y sanidad.

Obviamente, para lograr algo por esa vía, quien gobierna debe contar con un equipo de trabajo adecuado que incluya a profesionales capacitados y dedicados a la búsqueda de esos apoyos.

No puede quedar supeditada a los recursos que “le caigan”. Asimismo, debiera relacionarse con los ciudadanos y comunicar el porqué continuamos tan mal, lo que contempla no solo a los servicios municipales sino a urgencias en materia de pavimentación, drenaje, modernización digital.

Pero hay que querer hacerlo y no encerrarse en una esfera climatizada.
Twitter: @JOchoaVidal

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