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Lo que él quiere Juan Ochoa Vidal Twitter: @JOchoaVidal La Consulta de Revocación de Mandato es un tema que interesa mucho al Presidente de la República. Resulta absolutamente comprensible que quienes lo quieren y apoyen escuchen su llamado. Por lógica, en contraparte, los ciudadanos que disienten -en este país plural y democrático- tienen dos opciones: […]
14 de marzo de 2022

Lo que él quiere

Juan Ochoa Vidal
Twitter: @JOchoaVidal
La Consulta de Revocación de Mandato es un tema que interesa mucho al Presidente de la República. Resulta absolutamente comprensible que quienes lo quieren y apoyen escuchen su llamado. Por lógica, en contraparte, los ciudadanos que disienten -en este país plural y democrático- tienen dos opciones: acudir a votar en contra suya el 10 de abril, o abstenerse.

A cuatro semanas de que se concrete la segunda consulta del sexenio -la primera, para supuestamente enjuiciar a ex presidentes, obtuvo una participación inferior al 8 por ciento del listado ciudadano- se recrudeció el intercambio de señalamientos entre MORENA y el INE, así como la actividad de actores políticos que promueven la participación conforme a lo que quiere Andrés López Obrador.

En su mensaje dominical, Lorenzo Córdova, presidente del INE, advierte:

“La violación flagrante de la ley es una manera de inhibir la participación ciudadana en procesos democráticos. La gente está cansada de trampas. Exhorto a todas y todos los actores políticos a respetar la Constitución y las leyes en el actual proceso de Revocación de Mandato”.

Previamente, Mario Delgado, dirigente del partido político, se quejó de que las doce medidas cautelares dictadas a la fecha por la autoridad electoral “deja en claro que para los consejeros electorales la libertad de expresión solo aplica cuando se trata de realizar críticas al Presidente de la República”.

“Podrán callar algunas voces, pero no a los millones de ciudadanos que siguen depositando su confianza en nuestro Presidente de la República. Por eso, aunque les duela y a pesar de su sabotaje, el próximo 10 de abril el pueblo de México va a salir a las calles y les va a hacer saber que quiere que siga la transformación”, añadió.

En Tabasco, al igual que en otras entidades federativas, el morenismo metió el acelerador. Antes del inicio del proceso de recolección de firmas para sustentar la consulta, se observó desinterés de parte de los propios militantes y dirigentes del partido.

Ningún otro partido ni organización opositora, como no sea el Frente Nacional Ciudadano del empresario Gilberto Lozano y un conductor de televisión venido a menos, promueve la participación. Todo lo contrario: llaman al oposicionismo a abstenerse.

La legislación en la cual se basa esta consulta fue diseñada para que quienes están en desacuerdo con el gobierno en turno la promuevan y se haga renunciar al jefe del Ejecutivo. Recordemos que para que el resultado de la misma tenga efecto vinculante, deberá acudir a votar en uno u otro sentido el 40 por ciento del listado ciudadano. Esto es: casi 38 millones.

En 2018, López Obrador triunfó mediante 30 millones de votos, en la elección más participativa de la vida democrática del país. El reto que se planteó ahora es demostrar mediante la consulta que cuenta con aceptación mayor a la de hace más de tres años.

A la par, busca un escenario propicio para lograr una reforma electoral que dé paso a la reconfiguración del actual INE. Los opositores, así como los actuales consejeros electorales, alertan que se pretende así un retroceso institucional.

No pocos ciudadanos sin filiación partidista e incluso morenistas con los que hemos platicado consideran que carece de sentido la multicitada consulta, en virtud de que López Obrador fue elegido para un periodo de casi seis años que no puede finalizar antes del 30 de septiembre de 2024, fecha límite para que cumpla sus compromisos con la nación.

Existen dos consideraciones al respecto plasmadas en la Constitución: uno, los cargos de elección son irrenunciables y, dos, ninguna norma jurídica posee efecto retroactivo.

En el supuesto de que de manera milagrosa se lograra el 40 por ciento de participación y que la mayoría diga que ya no quiere a Obrador en la Presidencia, se abriría la posibilidad de que alguien promueva una acción de inconstitucionalidad.

Asimismo, a todas las partes les queda claro que aun en el caso de que por decisión propia el Presidente solicitara licencia para retirarse del cargo, tiene la fuerza más que suficiente para señalar a quien quedaría en su lugar.

Entonces, ¿tiene sentido acudir a votar el 10 de abril? Eso deberá decidirlo cada ciudadano. La participación electoral en las elecciones de 2021 alcanzó en promedio nacional 52.67%, cinco puntos más que en 2015. Pero la primera consulta apenas un poco más de siete.

Todo se reduce ahora a una interrogante: ¿qué tanta capacidad de convencimiento y movilización demostrarán los cuadros dirigentes de MORENA, para alcanzar el objetivo que le interesa a Andrés López Obrador que es el de su reafirmación política?

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