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Duerme la esperanza Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com La oposición en Tabasco ha muerto. Y no fue por Covid. Ni siquiera existe un Mario Jesús Evia, de los años setentas, con su equipo de sonido instalado en el parque Juárez, casi en solitario, pronunciando críticas hacia el partido en el poder. Antiguos priistas que defendieron a […]
18 de enero de 2022

Duerme la esperanza

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
La oposición en Tabasco ha muerto. Y no fue por Covid. Ni siquiera existe un Mario Jesús Evia, de los años setentas, con su equipo de sonido instalado en el parque Juárez, casi en solitario, pronunciando críticas hacia el partido en el poder.

Antiguos priistas que defendieron a Salvador Neme, a Manuel Gurría y Roberto Madrazo, cambiaron de camiseta. Muchos de ellos, entre los cuales estuvieron personajes oscuros que se esmeraron en combatir a Andrés López Obrador al punto de fabricarle historias de vida personal, ahora son morenistas.

En Plaza de Armas no se ven plantones, nadie mata puerco, así como no hay toma de pozos petroleros en demanda de indemnizaciones de Pemex o arreglo de caminos, ni hay bloqueos a vialidades.

Hasta da la impresión de que los problemas sociales desaparecieron, tal como no parecían existir aquí durante los sexenios de Miguel de la Madrid, José López Portillo, Luis Echeverría…

De vez en cuando, en intentos de guardar las apariencias, el dirigente estatal del antiguamente invencible partido difunde declaraciones mediante boletines a los que nadie hace caso. Dagoberto Lara Sedas representa a la oposición más cómoda, solo soñada en el país del nunca jamás.

El PRD de Juan Manuel Fócil, que quedó en la orfandad desde que optó por no fusionarse con MORENA y que todavía en 2015 se adjudicó la mayoría de los ayuntamientos y el control del Congreso local mediante la “ingeniería electoral”, trata de hacerse fuerte a través de tímidos reclamos contra engaños y los abusos de CFE; pero el tema no parece interesarle a los propios afectados.

La franquicia PVEM, manejada por la familia Madrazo, aguarda a las vísperas de la siguiente ronda electoral para desplegar su maniobra en busca de adeptos que le permitan quedarse con la cuota política que se tenga a bien otorgarle.

Movimiento Ciudadano encontró su reducto en Tacotalpa, con el mediocre y convenenciero ex alcalde Pedro Palomeque al frente, mientras que el municipio tiene a un edil, Ricki Arcos, que utiliza recursos públicos para publicitarse como “entre los cinco mejores alcaldes”.

En las pasadas elecciones, el ya no jovenazo Gerardo Gaudiano utilizó a ese mismo instituto político, propiedad del veracruzano Dante Delgado, como trampolín para ser por segunda ocasión diputado federal por la vía plurinominal. Quizá dentro de un año ya se le vea en MORENA.

Tal vez, solo tal vez, para los procesos electorales de 2024 la “Alianza Va por México”, integrada por PAN, PRI y PRD, tenga candidato único para la gubernatura de Tabasco. Empero, de entrada no existe aquí un personaje, una cabeza que sobresalga en un estado en donde, en los hechos, existe un partido único que es el que está en el poder.

En consecuencia, la lucha política se dará al seno de ese partido, con la salvedad de que la decisión con respecto a la principal candidatura la tomará el líder máximo y quizá éste deje al abanderado para la gubernatura las decisiones municipales y distritales. Sobre ese tema no hay vuelta de hoja.

En el contexto nacional, hay quien opina que solo la sociedad civil puede cambiarlo todo. En teoría es así. Ya se vio localmente en las elecciones de 2021: en Paraíso, Cunduacán y Tacotalpa, municipios en los cuales hasta militantes del partido en el poder expresaron en las urnas su hartazgo y rechazo al continuismo.

Por desfortuna, al cabo de tres meses y medio de nuevos gobiernos municipales los habitantes de esos municipios ya pueden decir si se equivocaron o no. Se escuchan allí muchas voces de frustración, porque además comprobaron que no es cuestión de siglas partidistas o de candidaturas independientes, sino de que prometer no empobrece y el poder corrompe.

En Centro ya no está Evaristo Hernández Cruz, pero los problemas no solo continúan sino que se han agravado, y ahora ni siquiera se tiene la sensibilidad social y política para al menos simular que se da la comunicación con los gobernados con el afán de inyectar esperanza, confianza, certidumbre.

No se necesita ser un politólogo o tener un mínimo conocimiento sobre administración pública y política partidista, para observar el deterioro en el cual caímos, sin que se tengan perspectivas de que las cosas van a mejorar; máxime que la circunstancia extraordinaria de la pandemia, con su impacto en la salud, en la economía, en la familia, vino a complicarlo todo y cancela posibilidades de alivio general al corto y mediano plazo.

Es probable, sí, que 2022 sea el año en el que después de dos o tres meses muy difíciles por la propagación actual del virus, se supere la fase de pandemia; pero en todo lo demás el panorama es sombrío.
Twitter: @JOchoaVidal

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