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El factor treinta Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com La situación es sumamente delicada. Nos encontramos en el peor momento de la pandemia en términos de propagación del virus que, contra lo que se valoró a finales de noviembre, ya comenzó a saturar hospitales en muchas partes del mundo. Anotemos este dato: cada contagio confirmado hay que […]
18 de enero de 2022

El factor treinta

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
La situación es sumamente delicada. Nos encontramos en el peor momento de la pandemia en términos de propagación del virus que, contra lo que se valoró a finales de noviembre, ya comenzó a saturar hospitales en muchas partes del mundo. Anotemos este dato: cada contagio confirmado hay que multiplicarlo por treinta. En Tabasco puede haber ahora más de 300 mil casos activos.

El “factor treinta” surge de una medición realizada por el matemático Arturo Erdely, quien forma parte del equipo científico que asesora al gobierno federal. El cálculo ha sido avalado por epidemiólogos, infectólogos y otros expertos.

Entonces, si en 24 horas se miden en el país 40 mil nuevos contagios y en Tabasco mil 300, eso implica que en todo México se sumaron al total alrededor de un millón 200 mil y aquí unos 33 mil con respecto a la jornada previa.

Para calcular cuántos han muerto, el factor matemático es 2.5, lo que se traduce en que en México andamos en no menos de 750 mil fallecidos a causa del COVID19. “Aguas, la mortalidad y la hospitalización van en incremento”, alertó este lunes el virólogo y epidemiólogo Andreu Comas García.

Por su parte, Alejandro Cano, ingeniero químico y ambiental graduado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y en la Universidad de California en Berkeley, advirtió que “de acuerdo con la base de datos abiertos de la Secretaría de Salud de México, las hospitalizaciones por COVID19 entre menores de 12 años están hoy en el punto más alto de toda la pandemia”.

Se refirió el doctor Cano al hecho de que en menos de diez días y con dato actualizado al 16 de enero, las hospitalizaciones de los menores pasó de unos 600 a 7 mil 830.

La doctora en ciencias médicas Laurie Ann Ximénez calcula, con base en el factor 30, que si el reporte de casos activos confirmados en el país se ubicó un día antes en 360 mil 266, la estimación real alcanza diez millones 807 mil 980 individuos.

A partir de esa medición, señala que uno de cada 12 mexicanos está contagiado, aunque no necesariamente enfermo. Y si en Tabasco se confirmara que son 300 mil los casos activos reales, eso arroja que aquí es uno de cada ocho habitantes. ¡Gravísimo!

El infectólogo Alejandro Macías prevé que la mitad de la población del país se va a contagiar en esta cuarta ola pandémica, en concordancia con lo que a su vez advirtió la Organización Mundial de la Salud: a este ritmo, la mitad de la población de todo el orbe, vacunada o no, contagiada antes o no, será alcanzada por el coronavirus en el transcurso de las tres o cuatro semanas que vienen.

A la luz de ese cúmulo de información, de manera contundente no existe en este momento información pública que sea más relevante que la relacionada con la pandemia.

Revisemos someramente el decreto gubernamental que nos ubica en lo que llaman semáforo amarillo y que infinidad de tabasqueños interpretan como que “el riesgo subió un poquito”:

En principio, se entiende que si bien en un mundo ideal tendríamos que encontrarnos en confinamiento total de al menos 45 días, con el gobierno llevándonos alimentos y cuanto se requiera a la puerta de nuestros hogares, en las condiciones socioeconómicas imperantes desde mucho antes de la pandemia eso no puede ser ni va a suceder.

Nos congratulamos ante el hecho de que no se instaure el toque de queda que de nada sirve, porque el virus no circula más de noche sino en las aglomeraciones y lugares sin ventilación. Sería contraproducente restringir horarios de transporte público.

No entendemos la utilidad que pueda tener la orden de que los supermercados cierren a las diez de la noche y no a las once. Pero si algo nos parece en verdad absurdo, en la medida en que se ignora lo que dice la ciencia, es dar la opción de usar en lugares públicos mascarilla (cubrebocas) o careta.

Señores: lo que ayuda es una mascarilla tipo KN95 o N95, incluso aunque carezca de certificación oficial, siempre y cuando se coloque bien ajustada en el rostro, de modo que selle muy bien las vías respiratorias.

Desde luego que no se necesitan muchas neuronas para discernir en qué situaciones hay que protegerse más y en cuales es innecesario, por ejemplo, lavarse las manos a cada rato.

Las medidas de seguridad extremas debemos aplicarlas al encontrarnos en lugares sin ventilación natural y también en aglomeraciones al aire libre. Más bien, hay que evitar eso, a menos que sea por razones de trabajo o al ir de compras.

En el interior de un vehículo propio, no tiene sentido la mascarilla. Este tema fue empleado por agentes viales en 2020 hasta para extorsionar o nada más molestar a automovilistas. En el transporte público sí es de extrema necesidad.
Twitter: @JOchoaVidal

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