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¿Y tú y yo qué haremos? Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com Quedó claro que la suspensión de dos semanas de clases presenciales obedece a la intención de cumplir dentro de ese plazo con la exigencia magisterial de vacunas. Se pretende creer que el 22 de enero habrá condiciones pandémicas para el regreso de los menores a […]
12 de enero de 2022

¿Y tú y yo qué haremos?

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
Quedó claro que la suspensión de dos semanas de clases presenciales obedece a la intención de cumplir dentro de ese plazo con la exigencia magisterial de vacunas. Se pretende creer que el 22 de enero habrá condiciones pandémicas para el regreso de los menores a las aulas.

Empero, las proyecciones de expertos son de muy alta preocupación: la enfermedad que llega a producir la variante ómicron no siempre es tan leve como un resfriado, ni ningún individuo puede tener la certeza de que no se pondrá grave e incluso fallecer, solo por su edad, su buena alimentación, su estado de salud previo al contagio.

Que nadie se diga engañado: está en cada uno de nosotros hacer todo lo posible por ponernos a salvo, sin esperar a que el gobierno decrete determinadas medidas.

Al cabo de casi dos años de enfrentar este problema que tan solo en Tabasco ha dejado muchos miles de muertos o individuos con secuelas que ya marcaron su vida para siempre, todos debiéramos saber qué hacer para protegernos de la mejor manera posible, con el propósito de abatir las probabilidades de contagio.

Por desfortuna, el comportamiento social no se aproxima siquiera a un mínimo grado de idoneidad.

En plena noche del pasado lunes, cuando se supone que ya pasaron las fiestas decembrinas y luego de que se observó que durante el fin de semana llenaron supermercados clientes quizá motivados por el alarmante reporte oficial de Salud emitido el sábado, muchísimas personas continuaban en el descuido total.

Desde luego que estamos en desacuerdo con que se impongan restricciones absurdas, como el cierre de calles implementado en 2020, el virtual toque de queda que se aplicó durante la ola delta de 2021, las limitaciones de horarios para el transporte público y el comercio, la obligatoriedad del “tapete sanitizante” que es una medida inservible ante el virus y de lo más estúpida, entre otras.

¿Qué medidas sí debemos adoptar? No son complicadas y corresponden a cada individuo:

  1. Evitar aglomeraciones y espacios sin ventilación. Los lugares climatizados son del más alto riesgo, por lo que debe uno protegerse en caso de que sea indispensable ingresar a un lugar así.
  2. Emplear mascarillas (cubrebocas) de calidad adecuada, de manera que efectivamente sellen nariz y boca al encontrarse en lugares públicos cerca de otras personas. Los expertos recomiendan KN95. Las de tipo quirúrgico no protegen lo suficiente y menos aún las de dos capas de tela o de material plástico.
  3. De ser posible, quedarse en casa, porque en definitiva eso es lo mejor para ponerse a salvo. Quien sale, es porque tiene qué trabajar o va a comprar o hacer lo necesario.
  4. Hay que entender que esta variante del Covid es la más contagiosa de la historia. No tiene comparación con el virus que nos llegó en el primer trimestre de 2020 y ni siquiera con el peligrosísimo delta.
  5. Algo fundamental: hay que proteger a las personas no vacunadas, como sucede con los menores de 14 años. El regreso a clases debiera diferirse en tanto no se haya dejado atrás el pico de la ola ómicron. Meter refuerzo de vacuna a los maestros les ayuda a ellos, mas no a sus alumnos.
  6. Insístase: no son tiempos de convivencia social; de reunirse con los cuates, ni de visitar a personas con las que uno vive. No queremos matar a nuestros padres o abuelos.
  7. También es absurdo que se rocíe a los menores o adultos -ridículo, en el caso de los vehículos con los “arcos sanitizantes”- con substancias altamente tóxicas. Eso tampoco sirve.

Si todos nos informamos de manera adecuada y cada individuo aplica las mínimas medidas de bioseguridad, en pocas semanas podríamos superar esta agudización pandémica que apenas comienza, bajo el entendido de que de cualquier modo el virus continuará circulando y tendremos que seguir protegiéndonos durante mucho más tiempo.

  1. Todo personaje público debe dar el buen ejemplo: funcionarios públicos, legisladores, políticos, ministros de culto, etcétera.

Las vacunas ayudan, si van acompañadas por protocolos de seguridad personal. Este virus, con todas sus variantes, ya demostró que es capaz de matar o dejar con secuelas graves a las personas que creen tener un sistema inmunológico fuerte.

Nos encontramos en una circunstancia inédita en la historia. Y vendrán otras. Tenemos que aprender a cuidarnos y poner en práctica, sin más simulaciones ni demagogia, el concepto de solidaridad social, además de poner por delante el instinto de sobrevivencia personal.

Esto no es un juego. No es una conspiración, como dicen los negacionistas. No existen productos milagrosos que nos pongan a salvo al tomarlos. No nos pongamos en manos de Dios o la suerte.
Twitter: @JOchoaVidal

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