Negligencia criminal de Layda Sansores

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
El Consejo de Salubridad General, las cámaras legislativas, el propio congreso local de Campeche, tendrían que haber formulado ya un extrañamiento ante la barbaridad que dijo la gobernadora Layda Sansores: ya no hay que usar “tapabocas”, ni es necesaria la sana distancia.

Según la psicóloga, una vez que la Secretaría de Salud declara el semáforo verde no existe motivo de preocupación por el COVID19.

Esto sucedió durante un programa transmitido por televisión y redes sociales, que tiene la señora Sansores.

En una acción con implicaciones de negligencia criminal, que alimenta el comportamiento social inadecuado ante la pandemia en momentos en que en México hay quienes creen que ya estamos a salvo mientras que en Europa inicia la cuarta ola pandémica, la irresponsable funcionaria pública indicó:

“Estaba yo viendo que aquí todavía traen el tapabocas. Yo por mí y ya lo están haciendo en otros lugares, el tapabocas ya es opcional. Si quieres te lo pones y si no, no. Si aquí se lo quieren quitar, quítenselo. Ya estamos en verde. Ya tenemos tres decesos, como promedio dos. Y yo ya quitaría también la sana distancia.

“Entonces, lo voy a consultar, para ver si esto es posible… Claro, todavía no hagamos eventos, pero pues ¡ya hicieron la Fórmula Uno! Yo creo que algo cuidaron, pero de cualquier manera sigámonos cuidando y tomemos buenos alimentos, saludables, y no salgamos si estamos enfermos.

“Yo creo que hay que ir adaptándonos a esta vida normal. Nos está costando mucho trabajo, pero creo que este es el momento de, pues, intentarlo, y hasta la fecha nos ha dado buen resultado. Gracias a todos. Hay unos que se cuidan mucho. Yo por eso me lo traigo a veces, pues, nada más de simulación, ¿no?”, confesó la gobernadora.

“Porque, fíjense, dicen que esos que son los del 65, que son los mejores, solo te duran ocho horas y ya los debes de tirar. O lo lavas. Y a ver si lo lavas, ¡si no saben ni lavar sus calzones! Entonces, ¡ya se van a lavar estos! ¡No, no no! Entonces, así estás absorbiendo tus propios microbios.

“Entonces, pues, ¡ah! Hay muchas advertencias de las gentes que saben sobre el tapabocas, porque no lo usamos correctamente. Entonces, no sé qué sea mejor: si respirar… Aquí todavía tenemos aire puro. Así que hay que aprovecharlo”, cantinfleó.

De ese tamaño la ignorancia, la irresponsabilidad criminal. En una persona común no es raro encontrar tal confusión con respecto a la recomendación realizada por científicos, por organismos como la Organización Mundial de la Salud, la FDA, la entidad homóloga de la Unión Europea, el gobierno chino, etcétera.

Del tal diputado Noroña no se puede esperar otra cosa. Pero en voz de una titular de Poder Ejecutivo este pronunciamiento es sumamente grave, con repercusiones no nada más en Campeche sino para todo el país, por lo menos.

Salta a la vista la desinformación del personaje, el error que cometieron los campechanos al elegir a una persona de la cual de antemano se conoce cómo es. Su secretario de salud, sus otros colaboradores, debieran explicarle todo esto. Alguno debe estar mejor informado.

Hugo López Gatell debiera haberle llamado ya para orientarla y sugerirle a que públicamente se retracte, ante tan grave asunto. Bueno, hablamos de lo ideal.

Sansores por lo visto no lo sabe, pero incluso personas vacunadas están muriendo por el coronavirus. En el mejor de los casos, ya transcurrieron más de seis meses de que las personas de más de 50 años fueron vacunadas y el grado de inmunidad se derrumbó.

Incluso hay jóvenes también vacunados que, precisamente por confiarse y no usar la mascarilla -no existe la palabra cubrebocas y el tapabocas es lo que requieren los imprudentes como la gobernadora-, han muerto.

Muchos han muerto y otros sobreviven con secuelas que sufrirán toda la vida, si bien es cierto que alrededor del 80 por ciento de los individuos que se contagian no se enferman.

No lee, no escucha, no pregunta. Nadie de entre sus cercanos se atreve quizá a decirle, o lo más probable es que pertenece a ese segmento de población mundial que continúa sin creer en la existencia del coronavirus o que se niegan a vacunarse.

Con sorprendente cinismo, confesó que incurre en simulación al ponerse la mascarilla cuando se ha sentido comprometida a hacerlo, para no verse mal. Ha de ser de esas personas que se colocan un trapito o cualquier cosa solo cubriéndose hasta la punta de la nariz o apenas la boca.

No le interesan los protocolos sanitarios. Más aún, le incomodan. Ni hablar de la ventilación, del uso de mascarillas adecuadas. No sabe qué significan los semáforos. ¡Viva México!
Twitter: @JOchoaVidal