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¿También estos saldrán puques? Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com Sin información, sin el mensaje y compromisos de los alcaldes entrantes porque al parecer en materia de comunicación todos pusieron los huevos en una sola canasta que es Facebook y el servicio se restableció hacia las 16:50 horas, sobre el tema solo podemos comentar que queda esperar […]
5 de octubre de 2021

¿También estos saldrán puques?

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
Sin información, sin el mensaje y compromisos de los alcaldes entrantes porque al parecer en materia de comunicación todos pusieron los huevos en una sola canasta que es Facebook y el servicio se restableció hacia las 16:50 horas, sobre el tema solo podemos comentar que queda esperar que no salgan puques como casi la totalidad de los emanados del “seis de seis”.

Lo que viene para los siguientes tres años resulta ser sumamente complicado para las administraciones municipales, habida cuenta del desastre heredado y el hecho de que dispondrán de recursos muy precarios. El dinero escaseará, máxime que los recursos en otros tiempos provenientes de la Federación tienen como prioridad las grandes obras del sexenio y los programas sociales.

Más vale que lo entiendan quienes este martes asumirán el cargo: hoy, como nunca, requieren comunicarse con sus gobernados y hacer mucha política, porque si el trienio que llegó a su fin ha sido frustrante para muchos, lo que viene tal vez lo sea más.

Atrás quedan las grandes promesas de campaña. No deja de sorprender cómo la mayoría de los nuevos alcaldes han conformado equipos de trabajo que responden a compromisos de grupos, sin llenar perfiles requeridos; sobre todo, en áreas primordiales como finanzas, programación, obras públicas y secretaría del ayuntamiento.

Hasta de lejos se observa que muchos continúan en la borrachera del triunfo electoral, sin percatarse que tienen ante sí una olla de presión social que hasta mucho ha aguantado. Debieran darles medallas a sus operadores electorales, con el eficaz trabajo que hicieron en vísperas de las elecciones y durante la jornada cívica, para levantarse con ventaja de votos incluso superior a 60 por ciento, como ocurrió en Centro.

El trienio que llegó a su fin ha sido el más difícil que alcalde alguno haya tenido que enfrentar, con el agravante de que a la vista de todos hubo tremenda ineptitud, muchas pillerías y la gente sabe que los sinvergüenzas se marchan cubiertos por un manto de impunidad.

Pero el periodo que inicia pudiere ser todavía peor, tanto por el quebranto financiero como por la problemática acumulada y también por las secuelas económicas y sanitarias de la pandemia que, contra lo que algunos pretenden, aún está lejos de abatirse.

Es un hecho irrefutable -consta en el más reciente reporte del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), que la sociedad tabasqueña enfrenta un nivel de pobreza mayor que el que se registró hasta 2018, debido a la dinámica de recesión económica y falta de oportunidades que ya se padecía, agravada la austeridad y el impacto de la pandemia.

En ese contexto, los programas sociales han sido de enorme ayuda para la población en pobreza extrema, pero en modo alguno coadyuvan a reactivar la economía y mejorar la situación general. Los efectos favorables de la refinería y el tren maya se verán quizá a un mediano o largo plazo. De momento no ayudan de manera significativa a la población local.

Las nuevas autoridades municipales deberán bajarse del ladrillo y mantenerse en contacto con la gente, de manera directa y a través de una comunicación por los conductos adecuados que, con sus contenidos, hagan conciencia entre todos nosotros acerca de lo que se puede hacer, lo que se quiere y a realizar, y del mismo modo lo que no es humanamente posible.

Y si alguna de esas autoridades enfrenta el mayor de los retos, sin duda alguna es la nueva presidenta de Centro, Yolanda Osuna Huerta: debe asumir que no basta con no ser conocida como corrupta, sino asumir el liderazgo social que los tiempos y circunstancias reclaman, tanto de su persona como de su equipo de trabajo.

La señora Osuna recibe un desastre y la exigencia ciudadana de que funcionen los servicios municipales con un grado de eficiencia adecuado. Todavía durante el fin de semana las colonias de Villahermosa -ni qué decir del interior del municipio- mostraban mucha basura regada y sin recoger por parte del servicio de limpia pública.

El indolente Evaristo Hernández tiró la toalla desde hace mucho tiempo y le dejó el paquetón a un secretario del ayuntamiento que nunca estuvo a la altura de las circunstancias, algo que no debe volver a repetirse jamás.

Esperemos que ella y los demás alcaldes entrantes presenten a la ciudadanía un informe completo y veraz acerca de las condiciones en que reciben el ayuntamiento. No pueden ni deben ser tapadera de nadie.

Caso especial es el de Abraham Cano González, quien sobremanera tiene los reflectores encima por ser el primer alcalde que llega por la vía independiente. ¿Actuará contra Nidia Naranjo?
Twitter: @JOchoaVidal

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