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Teapa: vienen tiempos mejores Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com En Teapa, una contundente mayoría ciudadana se brindó a sí misma una luz de esperanza: a partir del 5 de octubre contará con un gobierno que catapulte al municipio hacia mejores niveles de bienestar, seguridad y progreso. Se desechó, de manera indiscutible, la pretensión del regreso de […]
10 de junio de 2021

Teapa: vienen tiempos mejores

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
En Teapa, una contundente mayoría ciudadana se brindó a sí misma una luz de esperanza: a partir del 5 de octubre contará con un gobierno que catapulte al municipio hacia mejores niveles de bienestar, seguridad y progreso.

Se desechó, de manera indiscutible, la pretensión del regreso de un priista que tuvo su oportunidad de servir y solo se sirvió a sí mismo; que en su momento, para ser alcalde por primera vez, engañó a muchos mediante una sonrisa, y después sacó uñas y nariz.

Ese municipio será gobernado por una mujer joven y de alto perfil académico, al igual que de experiencia y demostrada capacidad en el ámbito empresarial, proveniente de una familia honorable cuyo pilar es Don Rudy Espadas, quien en febrero de hace diez años descansó luego de que medio siglo atrás se asentó en Teapa, y dio a sus hijos y nietos ejemplo de trabajo honrado y fecundo.

Hace tres años, Alma Rosa Espadas Hernández ganó la diputación local. Ahora enfrenta el reto de conformar un equipo de trabajo que a su vez reúna el perfil adecuado para enfrentar retos que no serán simples, habida cuenta del cúmulo de rezagos en materia de obra pública y servicios, así como en el aspecto financiero, que Teapa arrastra y acumula desde hace más de un cuarto de siglo.

Su formación profesional será determinante:
Licenciada en informática por la Universidad Anáhuac Mayab, con maestría en administración y alta dirección por la Universidad Autónoma de Guadalajara, ha sido socia fundadora y administradora de Servicio El Abacá; subdirectora de Bloques y Agregados de Tabasco, que comercializa a gran escala block de concreto; gerente de Construcciones y Agregados de Teapa, y delegada federal de Programas Integrales de Desarrollo Región Sierra.

Ganó la elección mediante una suma superior a los siete mil votos, que representan poco más del 34.1 por ciento del total. Su más cercano contendiente, a pesar del altísimo desprestigio que arrastra consigo luego de su desastroso desempeño como alcalde, fue Héctor Raúl Cabrera Pascacio, quien obtuvo menos de cinco mil sufragios, equivalentes a más del diez por ciento de desventaja.

En tercera posición quedó María del Carmen López Rivera, de Fuerza por México, con casi cuatro mil votos, que significan un poco menos del 19 por ciento; en tanto que Fabiola Trinidad Salazar Armengol, del otrora poderoso PRD, se quedó con unos dos mil 500 votos, que son ligeramente más de 12 puntos porcentuales.

Los otros candidatos a la alcaldía, por PAN, PVEM, PES, RSP y PT, recogieron entre 47 y 383 sufragios apenas.

Con el cómputo iniciado este miércoles, no existe sustento alguno para que se prolongue el diferendo electoral, en virtud del triunfo claro y de amplio margen que obtuvo la señora Espadas, quien desde hace unos años formó familia con Hiram Llergo Latournerie.

El llanto de Dago
En vez de formular un juicio autocrítico y admitir su nuevo fracaso, el presidente estatal del PRI, Dagoberto Lara Sedas, hizo exactamente lo mismo que cuando fracasó como candidato a presidente municipal y a diputado local por Huimanguillo: llanto y más llanto.

En el día en el cual comenzó la formalización de las derrotas electorales del pasado domingo, el hombre que fue despojado del manejo de los negocios familiares igualmente por colocarlos al borde de la bancarrota, atribuyó el desenlace de la peor temporada electoral para el PRI en toda su historia, simple y llanamente a lo que llamó “elección de Estado”.

En uno de esos consabidos discursos demagógicos que han sido repetidos desde el siglo pasado, el pobre Dago hizo “un reconocimiento público a la militancia valiente, que pese a enfrentarse a una elección de Estado, votó por nuestro proyecto que buscaba darle seguridad y certidumbre a los tabasqueños”.

No se refirió a la orfandad en que dejó a los candidatos priistas, ni a la falta de pagos a quienes en su desesperación por allegarse algún ingreso y/o por mera militancia sudaron la camiseta y se arriesgaron a contraer el coronavirus y quizá -terriblemente- a llevar el contagio a sus hogares.

En la carencia hasta de recursos retóricos, el personaje que en los últimos años no vio ante su nariz las oportunidades reales que tuvo de trascender políticamente, se echó el consabido rollo de que “los jóvenes, mujeres y hombres que participaron en esta contienda representando al partido, son cuadros valiosos que a lo largo de la campaña con valentía salieron al encuentro ciudadano”.

Al final de cuentas, tuvieron más pantalones, o faldas, quienes abanderaron al PRI y sí han aceptado públicamente su derrota. Aunque, ¿qué más podía esperarse de Dago?
Twitter: @JOchoaVidal

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