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Campañas y autoengaño Juan Ochoa Vidal Twitter: @JOchoaVidal Ante escenarios atípicos, con la pandemia en ligero repunte, las campañas políticas cumplen su primer tercio. En Centro se confirma que ningún alineamiento puede echar campañas al vuelo. Incluso no hay manera de saber si los desenlaces electorales serán de amplio margen o muy cerrados. Solo en […]
3 de mayo de 2021

Campañas y autoengaño

Juan Ochoa Vidal
Twitter: @JOchoaVidal
Ante escenarios atípicos, con la pandemia en ligero repunte, las campañas políticas cumplen su primer tercio. En Centro se confirma que ningún alineamiento puede echar campañas al vuelo. Incluso no hay manera de saber si los desenlaces electorales serán de amplio margen o muy cerrados. Solo en uno que otro municipio, como Huimanguillo y Macuspana, se observa mucha fortaleza de los candidatos de MORENA.

El trabajo de difusión de los comités de campaña es mayormente pobre. En la capital del estado, al parecer solo los equipos de Andrés Granier Melo y Manuel Andrade Díaz envían comunicados de las actividades. El de Yolanda Osuna Huerta lo hace quizá de manera selectiva o no lo hace. Es todo un misterio. En este último caso, al igual que en el de los otros seis contendientes, se opta por Facebook y de modo muy limitado.

Entiendan todos: las caminatas no bastan. Deben llegar a un público muy amplio.

El gran conglomerado de los potenciales votantes ignora quiénes son sus opciones en la lucha electoral por las diputaciones locales y federales, con la notoria excepción en este último caso de Mario Llergo Latournerie, quien dedica tiempo para compartir en redes sociales imágenes e ideas.

Para el PRI, desde el punto de vista de una comunicación social aunque muy limitada, pareciera que sus únicos candidatos son el ex gobernador y su hijo.

Por su parte, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco se enfocó en los preparativos de los comicios, pero nunca se puso de acuerdo con la Secretaría de Salud para dictar lineamientos de seguridad sanitaria ante la pandemia. Así, en la escasa difusión de actividades de los contendientes sobresalen las imágenes de multitudes siguiendo a los candidatos en sus recorridos.

Se aprecia que son hasta unas doscientas personas las que acompañan a los candidatos que disponen de más recursos para el proselitismo. Trascendió -no pudimos confirmarlo- que por lo menos uno de ellos, en la Chontalpa, presentó síntomas del coronavirus y debió suspender actividades. El riesgo que corren es altísimo. En no pocos casos, hasta donde se ve, hay gente que los abraza como si no hubiese peligro.

Y, ¿qué proponen los candidatos? Eso no parece importarles a la mayoría de ellos, cuando ya falta solo un mes para las elecciones.

Mientras tanto, hay un candidato a presidente municipal al cual le están haciendo el favor de atacarlo en redes sociales. La guerra sucia es también propaganda. Difundir aspectos negativos de alguien requiere inteligencia y todo tiene un límite. Los pretendientes que son desconocidos todavía tienen algo de tiempo para bajarse de su nube y entender que en 2021 no hay tsunami.

Por el contrario, existe una creciente irritación social debido al desempleo, el encarecimiento de productos básicos, y también de la gasolina y el gas doméstico. Por estos días ya llegaron las últimas facturaciones de CFE. ¿No que pagaríamos menos? Con respecto a esto último, continúa el abuso.

Ante todo ello, la gran interrogante persiste: ¿en serio puede alguien tener una idea más o menos clara de cuál será el desenlace de estos procesos electorales? En circunstancias tan adversas debiera prevalecer al menos el sentido común. Entiéndase: hoy, como nunca, la soberbia es del más alto riesgo.

Hemos sobrevivido a más de un año de pandemia. Falta muchísimo tiempo para que se pueda considerar superada la parte más difícil. Miremos no solo hacia India, el segundo país más poblado del mundo, en donde la letalidad se desbordó, sino también los casos de Uruguay, Chile, Colombia y Argentina, que en este continente se agregan al de Brasil, en presenta severidad en la pandemia.

En México, los tiempos de campañas políticas llegaron cuando la vacunación es incipiente, si bien resulta innegable el esfuerzo de las autoridades para conseguir y aplicar vacunas. Todavía no se termina de inocular a adultos mayores, entre los cuales hay un número considerable -cerca del treinta por ciento en todo el país- que simplemente no quiere.

Este lunes inicia la vacunación de los individuos cincuentones. Eso es muy bueno. Sin embargo, la gran mayoría de la población de México es menor a los 45 años y, para colmo, se conjugan dos factores: ninguna vacuna protege al ciento por ciento y predominan el descuido, la ignorancia; la renuencia a utilizar mascarillas o usarlas de modo inadecuado.

Cuidémonos. Cuidemos a los demás. Protejámonos también de los candidatos mentirosos. Sobre todo de los que nada más son mercenarios y pillos conocidos o personas carentes de preparación para el cargo para el que se postularon.

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