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¿Qué continúa fallando? Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com La administración estatal da luz amarilla en tanto que el mayor número de hospitalizaciones es ya, de momento, por enfermedades graves no directamente relacionadas con la pandemia. Pero no nos engañemos: la pandemia está presente. La vacunación no pone totalmente a salvo a los ya inoculados y falta […]
21 de abril de 2021

¿Qué continúa fallando?

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
La administración estatal da luz amarilla en tanto que el mayor número de hospitalizaciones es ya, de momento, por enfermedades graves no directamente relacionadas con la pandemia. Pero no nos engañemos: la pandemia está presente. La vacunación no pone totalmente a salvo a los ya inoculados y falta mucho tiempo para alcanzar una cobertura significativa.

No deja de sorprender el hecho de que los descuidos de Semana Santa y los que son parte de la conducta habitual de la población, no se hayan traducido en un repunte de contagios como el de fin de año. Hay que verlo así: en cuanto al COVID19 nos encontramos en una situación peor que la de hace un año, y trascenderá 2021.

El sistema de semáforo epidemiológico nunca ha correspondido a la realidad. Cuando estábamos en rojo, las restricciones no impidieron las reuniones grupales por más que se prohibieron. Las limitaciones en el transporte se tradujeron en aglomeraciones mayores, lo mismo que el recorte en horarios de atención en supermercados.

Ahora mismo se da un fenómeno de desinformación que debe ser corregido de inmediato: entre los mayores de sesenta años, de todas las condiciones socioeconómicas, hay quienes creen que la vacuna brinda inmunidad total inmediata y total. Hay que explicarles, a través de una campaña masiva de orientación, cuánto tiempo debe transcurrir para alcanzar el 50.3, el 67, el 76 o 94.7 por ciento de protección, dependiendo de la vacuna recibida.

Para que no haya confusión, esa población vacunada tiene que enterarse de que con todo y vacuna no solo deben continuar con el uso de mascarilla adecuada y bien colocada, además de las medidas de higiene, sino reforzar las precauciones. Por desfortuna, prevalece la ignorancia y el problema de fondo, que se vio desde un inicio, continúa siendo el de la educación y, en contraparte, el valemadrismo.

Dentro de pocos días serán vacunadas las personas de 50 y más, así como el magisterio. Para junio recibirán una vacuna los cuarentones y comenzará a atenderse a quienes conforman la mayor parte de la población. Todo ello, mientras ha comenzado en Campeche el regreso a clases presenciales.

Pero… entiéndase: falta mucho para que estemos a salvo y medidas como las que este lunes detallará el gobierno de Tabasco, funcionarán solo si todos entendemos la gravedad, la complejidad del problema; si se abandonan prácticas de simulación y la persistente idea de que esto solo mata a los ancianos, así como a quienes tienen enfermedades crónicas, a los obesos o a los mal alimentados.

Hace trece meses, en este espacio hicimos eco de las recomendaciones de científicos y, en lo personal, nos hemos esforzado en su aplicación estricta. Incluía estar pendientes del comportamiento de la pandemia en otras regiones del orbe. Observemos cómo andamos hoy, cuando para colmo el riesgo de repunte pandémico radica ya no en las vacaciones de Semana Santa, sino en las campañas políticas:

En el mundo, más de 500 millones de personas han recibido al menos una dosis de una vacuna. Israel, país del que tanto se habla como modelo a seguir y en el cual hay retorno total a la normalidad, aun con sus apenas 13 millones de habitantes apenas vacunó a la mitad de esa población. Así pues, los datos son engañosos y el peligro persiste también allí, máxime que han surgido y surgirán nuevas cepas del virus.

En América Latina, el país con más vacunados es Chile: más de la mitad de sus habitantes ya recibió primera dosis. Sin embargo, la pandemia continúa galopante, a pesar de que se aplica una estricta cuarentena desde hace tres semanas. Las unidades de cuidados intensivos (UCI) en todo el país, presentan saturación superior al 90 por ciento, según un reporte divulgado este martes por la agencia de noticias alemana DW.

Un estudio realizado por el gobierno chileno arroja un dato inquietante:

Ante el acaparamiento de vacunas por parte de países ricos, en especial Estados Unidos, Chile ha estado aplicando a más del 90 por ciento de sus inoculados, Coronavac, la vacuna elaborada por la farmacéutica china Sinovac también empleada por otros países como México. En la vida real en Chile -el dato varía en cada región y grupo de individuos del mundo- arrojó una efectividad de 67 por ciento para evitar casos sintomáticos y 80 para prevenir muertes.

¿Qué está fallando en Chile? Su gobierno documentó, mediante ese estudio, que con todo y vacunación y confinamientos obligatorios, la gente no hace caso a las recomendaciones o simula cumplirlas. A ese paso, allá, aquí, en todas partes, la pandemia se prolongará por años.
Twitter: @JOchoaVidal

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