El ajedrez del 2021

Juan Ochoa Vidal
Twitter: @JOchoaVidal
Entre más se divida el voto opositor, el beneficiado claramente será el partido en el poder. Así sucederá en Tabasco, si siempre sí decide entrar Andrés Granier a la contienda por la presidencia de Centro por el PRI y Manuel Andrade lo hace por el PRD, en tanto que Gerardo Gaudiano promueve el voto por Movimiento Ciudadano como candidato en dos vías para diputado.

Esa eventual fragmentación se juntará con una probable participación ciudadana escasa -siempre que se cumpla la tendencia de las elecciones intermedias agregada a la circunstancia del miedo a acudir a las urnas por la pandemia- más el voto duro que tiene MORENA.

Si todos esos elementos se conjuntan y a su vez no sufre desgaste mayor y fracturas en su proceso interno de selección de candidatos, pudiere ser que aun con la irritación social y el incumplimiento de expectativas políticas y sociales, el morenismo logre salir avante en prácticamente todos los municipios y distritos electorales.

Sin embargo, son variables que hasta el momento no están definidas. Granier quiere o quería ser candidato por una alianza entre PRI, PAN y PRD, porque conoce bien cómo funciona la ingeniería electoral y debe estar consciente de la fortaleza que conserva el morenismo, a pesar del terrible desempeño de alcaldes como Evaristo Hernández.

Por ese motivo y por el hecho de que hasta la semana pasada tan solo el PRI no lograba contar con precandidaturas, con planillas completas en todo el estado, se difirió el registro en ese partido para el 24 de enero. Por ley, todos los partidos tienen que haber dado ese paso antes de finalizar este mes.

Cuando Gerardo Gaudiano, Casilda Ruiz y asociados decidieron renunciar al PRD, lo hicieron convencidos de que ese partido no puede darles lo que quieren, pero Movimiento Ciudadano sí: una diputación plurinominal, condicionada a que logren sumarle suficientes votos a ese instituto político que en 2018 casi desaparece del mapa político de Tabasco. No es porque consideren poder ganar un cargo de mayoría.

La visión de Granier -así confiada a sus cercanos- no es errónea: la división del voto es determinante.

Si para la elección presidencial de 2018 se hubiesen unido PRI, PAN, la independiente Margarita Zavala, PRD y MC, tal vez, solo tal vez, a Andrés López Obrador no le habrían bastado sus 30 millones de votos; o al menos no se habría quedado MORENA con mayoría en ambas cámaras federales.

Más allá de definiciones y/o apasionamientos políticos, la lucha por el poder adquiere viabilidad cuando se posee una visión clara de metas y métodos.

En el caso de Tabasco 2021, hasta el ingenuo Dagoberto Lara, el perverso Manuel Andrade, el mañoso Gaudiano y el “buena-gente” del químico que dejó un desastre en 2012 solo superado por el de Arturo Núñez, saben que no será tarea fácil arrebatarle posiciones a MORENA en 2021; pero si no lo logran ahora, menos probable será en 2024, por mucho desgaste que llegue a tener el partido gobernante.

Por otra parte, Granier es la única carta competitiva que tiene el PRI en Centro y que con su nominación puede impactar electoralmente en el resto del estado. Si no se inscribe, no hay otro y desde luego que Fabiancito Granier será aplastado en su distrito. Hubiese podido ser Luis Felipe Graham el candidato a la alcaldía por el tricolor, pero eso ya es improbable.

Por su parte, Andrade está lo suficientemente experimentado como para saber que el PRD, incluso si hubiere dinero para maniobrar, no lo llevará al Palacio Municipal.

Lo más seguro para MAD sería -esa puede ser la idea- lograr que se le ponga a la cabeza del listado plurinominal, aunque de todos modos está en duda si el perredismo huérfano pudiere alcanzar el mínimo requerido de votos, máxime que tiene muchos infiltrados y a la espera de saltar del barco.

Quizá por todo ello no se observa preocupación por el tema y sí exceso de confianza en lo más alto de MORENA en Tabasco. Además, se tiene la idea de que tan solo el amplio padrón de beneficiados mediante programas sociales garantiza muchos votos. Nada más que no hay que olvidar que en esta materia, como alguien nos dijo en las campañas de 2018, “todo cuenta”.

En esta hora, independientemente de lo que se diga o no en redes sociales, es seguro que la mayoría de los ciudadanos que emitirán su voto el seis de junio están más preocupados por los gravísimos problemas que tienen en casa, en su trabajo, en su actividad profesional. Pero, ¿qué decidirán cuando tengan las boletas en mano?