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Tabasco flagelado Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com Pandemia: en nuestras manos está cuidarnos y luchar por continuar sobreviviendo. De la misma manera, el gobierno no nos dará de comer, como no sea en el caso de quienes reciben los apoyos sociales. Educación, es tema de cada individuo no desaprovechar las oportunidades a nuestro alcance y no […]
4 de diciembre de 2020

Tabasco flagelado

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
Pandemia: en nuestras manos está cuidarnos y luchar por continuar sobreviviendo. De la misma manera, el gobierno no nos dará de comer, como no sea en el caso de quienes reciben los apoyos sociales. Educación, es tema de cada individuo no desaprovechar las oportunidades a nuestro alcance y no perder ninguna, pues tampoco nos salvará algún político. ¿Cómo es que Tabasco es, en mucho, el mismo en el que vivo desde hace 62 años?

En esta tierra de la que han surgido grandes personajes de la vida nacional, hemos visto a individuos con origen de extrema pobreza alcanzar los más altos niveles de superación, así como a otros de familia adinerada que les brindó todo lo necesario para ser exitosos y son mediocres o fracasados. No pocos dilapidaron lo mismo la herencia familiar que todo el dinero que en su momento pasó por sus manos.

La educación resulta ser clave. El ansia insaciable de conocimiento y experiencia. La disciplina personal en la cual no tiene cabida perder el tiempo. Dedicarse al desahogo de frustraciones personales en redes sociales o en el chisme de boca en boca a nada bueno lleva. Siempre lo supimos.

A punto de terminar un 2020 sumamente complicado, tenemos que hacernos a la idea de que el 2021 no lo será menos. La recuperación no se alcanzará al corto plazo.

En lo que se refiere al COVID19, antes de dos semanas llegarán a México las primeras 250 mil vacunas de Pfizer, destinadas para 125 mil individuos; en un inicio, para trabajadores del sector salud. Vendrán muchas más en camino, entre ellas una rusa y una china.

Nos congratulamos de que se logró la vacuna, la que pudo nunca concretarse. Hay al menos otras 150 en desarrollo.

No obstante, tan solo en este país somos aproximadamente 130 millones de personas y en el mundo más de siete mil millones. La capacidad de producción no será tan rápida y la enredada logística de distribución y aplicación no permitirá que en 2021, quizá tampoco en 2022, se abata la pandemia, según advierte la Organización Mundial de la Salud.

En Tabasco los indicadores cotidianos revelan un repunte en el índice de positividad del coronavirus, por diversas razones: la ignorancia de muchos, el mal ejemplo, el descuido ante las inundaciones, el exceso de confianza al ver una aparente disminución de casos en reportes oficiales, los que nunca han podido cuantificar todos los contagios y decesos, ¡en ninguna parte del mundo!

No nos atrevamos a decir que hemos sido exitosos en la lucha por la sobrevivencia. No se puede continuar con esa actitud de negación de la realidad y, en el extremo, consumir el cuento de que se trata de una conspiración y que además la vacuna trae consigo un chip para dominar el mundo.

En el rubro de desarrollo -un día, ya avanzados los ochentas, el controversial Luis Echeverría Alvarez advirtió que éramos (somos) un país no en desarrollo, sino en vías de mayor subdesarrollo- las expectativas son de que a mediados de década recuperemos el nivel en que nos encontrábamos en 2018, cuando finalizó el sexenio de Enrique Peña Nieto y esto era ya un desastre.

Pese a todo, no hay cabida para el pesimismo. No estamos derrotados. Quién sabe cuántos caerán en la lucha por la salud, así como por un país mejor, pero lo lograremos. Nada es para siempre. No hay mal que dure cien años, se dice.

Es cierto, sí, que en materia de infraestructura para el desarrollo y oportunidades de superación, retrocedimos muchos años y que todavía podríamos estar muy cerca de enfrentar lo peor.

Todavía somos, entre otras cosas, una nación enfermada por las drogas, la corrupción y el miedo.

En estos tiempos de pandemia, por ejemplo, uno de los negocios florecientes es el del narcotráfico. En la impunidad, las narcotienditas operan en colonias y rancherías, haya o no ley seca de alcohol.

En lo que respecta a administración pública, vemos a las autoridades con estrecho margen de maniobra presupuestal; en serias dificultades para cubrir lo básico.
Twitter: @JOchoaVidal

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