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Tabasco en la angustia Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com Y, ¿qué viene a continuación? ¿Cómo nos irá a todos de cara a la interminable pandemia, aun cuando el gobierno federal anuncia que este mismo mes comenzará a vacunar al personal del sector salud y enseguida a grupos vulnerables? Será por partes. Tendremos la más dura cuesta […]
3 de diciembre de 2020

Tabasco en la angustia

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
Y, ¿qué viene a continuación? ¿Cómo nos irá a todos de cara a la interminable pandemia, aun cuando el gobierno federal anuncia que este mismo mes comenzará a vacunar al personal del sector salud y enseguida a grupos vulnerables? Será por partes. Tendremos la más dura cuesta de enero en muchísimas décadas, aunque los escenarios que se proyectaban hace meses eran más pesimistas.

Como por lo regular sucede, una cosa son los datos oficiales sobre la inflación, por ejemplo, y otra lo que vivimos en el día a día el común de los mortales. En lo que se refiere a las vacunas contra el COVID19, la formidable noticia es que pudieron lograrse sin demorar una década o nunca conseguirse; pero el proceso de fabricación, distribución y aplicación tomará mucho tiempo. En Tabasco se registra por ahora un cierto repunte de la pandemia.

Es un hecho que el comercio de productos básicos y accesorios presenta una reetiquetación criminal, que contrasta con el reporte oficial de inflación.

En este contexto, se sugiere leer extractos de las previsiones económicas del Banco de México, plasmadas en su informe correspondiente al tercer trimestre de 2020, divulgado el 25 de noviembre:

En principio, el crecimiento del Producto Interno Bruto para 2020, 2021 y 2022 se ubicaría en -8.9, 3.3 y 2.6% respectivamente. Esto es: un brutal derrumbe de la economía nacional, si bien no tan malo como pudo haber sido.

Advierte Banxico que en cuanto a los riesgos a la alza, se encuentran: persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; episodios de depreciación cambiaria; que se incremente la demanda relativa por ciertos bienes en el contexto de la contingencia sanitaria, presionando los precios al alza; que los precios de los energéticos se sitúen en niveles mayores a los anticipados.

Asimismo, existe el riesgo de que las distintas presiones de costos que pudieran enfrentar las empresas, como los problemas logísticos, la implementación de medidas sanitarias, o una revisión importante en los salarios o bien un encarecimiento de las condiciones de contratación se traspasen a los precios al consumidor a pesar de la holgura en la economía. (Esto último sucede de manera injustificada desde hace muchísimos meses).

“Las expectativas para 2021 -dice la institución nacional- continúan previendo una gradual recuperación, si bien ligeramente menor a la prevista. Dichas previsiones están sujetas a un alto grado de incertidumbre y a la evolución que presenten los componentes de la demanda en diversos países y sectores económicos.

“En este contexto, el balance de riesgos para el crecimiento mundial continúa siendo negativo. Por su parte, en el periodo que se reporta, las inflaciones general y subyacente en la mayoría de las economías avanzadas aumentaron ligeramente, si bien siguieron situándose en niveles bajos e inferiores a los objetivos de sus respectivos bancos centrales”, explica.

“La inflación en México aumentó en el tercer trimestre de 2020 respecto al trimestre previo. Después de haberse ubicado en un nivel particularmente bajo de 2.15% en abril, la inflación general anual pasó de un promedio de 2.77% en el segundo trimestre a 3.90% en el trimestre de referencia y registró 3.43% en la primera quincena de noviembre.

“El escenario central supone una recuperación gradual, a un ritmo moderado, a lo largo del horizonte de pronóstico, convergiendo a un crecimiento inercial hacia 2022 (…) Bajo estas perspectivas, el crecimiento del PIB para 2020, 2021 y 2022 se ubicaría en -8.9, 3.3 y 2.6% respectivamente”.

No lo considera Banxico, pero en el caso de Tabasco evidentemente el panorama se agravó por los efectos de las inundaciones. Los tres niveles de gobierno deberán destinar ahora cuantiosos recursos para reconstruir la infraestructura dañada: carreteras, caminos vecinales, escuelas, centros de salud, sistemas de drenaje, plantas de tratamiento de aguas, etcétera.

Los particulares, en su mayoría, estamos tirados en la lona.
Twitter: @JOchoaVidal

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