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Cuidado con el enojo social Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com La crispación social alcanzó proporciones con amplitud y profundidad nunca vistas aquí. Comenzaron los saqueos. La irritación e incertidumbre son palpables. La del domingo fue una de las noches más tensas para quienes habitan o tienen negocios en el centro de Villahermosa, mientras que muchísimos miles […]
10 de noviembre de 2020

Cuidado con el enojo social

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
La crispación social alcanzó proporciones con amplitud y profundidad nunca vistas aquí. Comenzaron los saqueos. La irritación e incertidumbre son palpables. La del domingo fue una de las noches más tensas para quienes habitan o tienen negocios en el centro de Villahermosa, mientras que muchísimos miles de tabasqueños permanecen en el agua o aislados en área suburbana y municipios.

Se enfrenta, a todas luces, una situación igual o peor que la del 2007 -aunque esa vez la principal afectación se localizó en la capital- cuando las Fuerzas Armadas instalaron una base aérea en Ciudad Deportiva y se rescató mediante helicópteros y lanchas a muchas personas atrapadas en techos y árboles. Eso ayudó muchísimo.

Se requiere medir la situación en su debido contexto: las consecuencias de todo tipo que ha dejado la pandemia y el previo desastre económico. Llegamos al punto en el cual muchos simplemente buscan, diríase, ya no si alguien se las debe sino quién se las pague.

Con muy mala actitud, grosero, ensoberbecido por “su votación histórica” y por lo visto muy mermado en sus capacidades sin ser tan viejo, el alcalde Evaristo Hernández se presentó en plena madrugada del lunes en el malecón solo para ser corrido por la gente. ¡Cuidado! ¡Todo tiene un punto de quiebre!

Son varios los factores que se han conjuntado para que se dé esta afectación que fue creciendo al paso de un mes en Tabasco. Es cierto que llovió muchísimo. Llegó a la planicie tabasqueña mucha agua proveniente de Guatemala y los altos de Chiapas. Se saturaron las presas, sin que los “expertos” de CFE pudiesen anticipar correctamente la apertura de los vertedores de demasía.

Es verdad, asimismo, que durante muchísimos años se poblaron zonas bajas a sabiendas de que la naturaleza tiene ciclos que se repiten. Es innegable que el crecimiento poblacional y hasta el desconocimiento de la realidad geográfica orilló a que se habitaran lugares que antes eran pantano, laguna o ribera de río.

También lo es que los cauces y lechos están azolvados sin que la labor correspondiente se haya realizado durante tanto tiempo en el que ya se conocía el diagnóstico. Igualmente los sistemas de drenaje, así como de captación de agua para el consumo humano, no son los adecuados.

Pero, entre otras interrogantes, ¿en qué momento se dejó de hacer el habitual desazolve de drenajes, la recolección oportuna de la basura, sin soslayo a la irresponsabilidad ciudadana? ¿Por qué no se limpiaron drenes? ¿Qué pasó con las tan cacareadas obras de protección hidráulica? ¿Y la costalería?

Y ante la emergencia, ¿por qué no desde un primer momento una autoridad como el alcalde de Centro acudió en auxilio de quienes le eligieron hace más de dos años? ¿Qué pasa con CFE, que todavía anda cortando el suministro de energía eléctrica, tal como se advierte en una nota publicada por Rumbo Nuevo este lunes?

De la experiencia de 2007, nos quedamos no solo con el rescate en helicópteros y lanchas, sino también la intervención federal para instalar plantas de generación eléctrica y purificación de agua, los comedores del ejército y el reparto de ayuda humanitaria de manera pronta y eficaz.

Pero entre tanta información negativa de estas últimas semanas -estará por verse el impacto de todo esto en términos de propagación y control de la pandemia- este lunes se conoció desde muy temprano una excelente noticia para todos: la farmacéutica estadounidense Pfizer anunció que tiene prácticamente lista su vacuna para el COVID19, cuando se llegó a temer que nunca pudiere lograrse una o demorara años.
Twitter: @JOchoaVidal

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