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Las volubles redes sociales y la ficción Juan Ochoa Vidal juanochoavidal@gmail.com Durante su “mañanera” del pasado viernes en Villahermosa, el Presidente de la República criticó en específico a un columnista, Raymundo Riva Palacio, en respuesta a críticas del periodista, y recalcó que, a su juicio, la comunicación masiva ya no se logra por medios tradicionales, […]
28 de agosto de 2019

Las volubles redes sociales y la ficción

Juan Ochoa Vidal
juanochoavidal@gmail.com
Durante su “mañanera” del pasado viernes en Villahermosa, el Presidente de la República criticó en específico a un columnista, Raymundo Riva Palacio, en respuesta a críticas del periodista, y recalcó que, a su juicio, la comunicación masiva ya no se logra por medios tradicionales, sino a través de las “benditas redes sociales”.

Por nuestra experiencia, podemos afirmar que desde siempre el gran público no se ha preocupado por leer columnas, ni información general como no sea la relacionada con hechos de sangre, escándalos de todo tipo y deportes; pero sobre todo por los anuncios y ofrecimientos de empleo. Cuando surgieron radio y TV se auguró la desaparición de medios impresos.

Un editor local encargaba hace unos años la realización de encuestas que le dijeron que no más del 8 o 10 por ciento de sus lectores se interesaban por contenidos de informaicón general y política.

Riva Palacio tiene 403 mil 841 seguidores en Twitter, en tanto que en Facebook cuenta con 4 mil 449 amigos y 6 mil 168 seguidores, aunque como se sabe en las redes sociales aplica un algoritmo que limita la visibilidad de los usuarios, pero ello se multiplica exponencialmente si la publicación es compartida.

En realidad, la propagación de ideas, de opiniones, de reportes noticiosos, se da igual que antes aunque con mayor rapidez y se propicia la desinformación. En esencia, funciona del mismo modo en que se divulgó el ideario de libertad, igualdad y fraternidad de los pensadores franceses de hace centurias; o como trascendieron las doctrinas religiosas y la filosofía griega.

Expliquémonos: lo que se juzga interesante, hoy como ayer, se comparte y se forman círculos de opinión que crecen conforme a la relevancia de la controversia.

El periódico de los hermanos Flores Magón, por ejemplo, no fue leído por las masas que se involucraron en la Revolución Mexicana. No obstante, sus ideas avivaron la hoguera en donde comenzó el incendio anti-porfirista. Aclárese que no estamos comparando a alguien con los tres periodistas oaxaqueños.

Para el tema que nos ocupa, las redes sociales, en especial Facebook, WhatsApp y Twitter, han sido empleadas por lo regular de tres maneras: una, como medio para transmitir contenidos triviales, que es lo más común, o también interesantes; dos, para darle voz a todo individuo que quiera opinar sin ser periodista, con frecuencia sin saber emplear las herramientas del lenguaje y hasta publicando incoherencias, insultos y difamación.

La tercera es: como instrumento de propaganda política, lo que conlleva información y desinformación, así como existe el espionaje y el contraespionaje.

En algunas regiones del mundo han sido utilizadas para la insurrección popular, como pasó con la primavera árabe. Más recientemente se vio cómo en Reino Unido fueron empleadas para la campaña en pro del Brexit. En México, en Tabasco, todavía no tienen tanta relevancia, tanto impacto.

Si algún día llegamos a tener la oportunidad de platicar con Andrés López Obrador -como lo hacíamos con cierta frecuencia en la Ciudad de México en los años ochentas y ya cuando compitió por primera vez por la gubernatura de Tabasco- quizá le digamos que no se confíe en las volubles redes sociales, las que de benditas nada tienen y que son utilizadas por muchos como mero foro para desahogo de frustraciones personales.

En 2015 y 2016, Gerardo Gaudiano aplastó electoralmente a Evaristo Hernández y a Liliana Madrigal, en parte por el uso de esas benditas redes, aun con López Obrador pidiendo el voto a favor de sus candidatos de MORENA.

Y con mucho dinero del erario derramado tanto en Centro como en los otros municipios tabasqueños, el jovenazo salió avante en las dos ocasiones y hasta llegó a ser candidato a gobernador. Ya para ese momento las benditas se le habían volteado, porque además el chamaco fue dejando una larga estela de incumplimientos y los votantes se ilusionaron con la idea de que llegarían a ver a Arturo Núñez tras de las rejas.

Por cierto: conocemos a Raymundo desde hace muchos años. Trabajamos juntos en Excélsior. Es un profesional del periodismo, a no dudarlo, estemos o no de acuerdo con todo lo que publica.
Twitter: @JOchoaVidal

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