«Es una situación de miedo; la gente se quedó en casa», afirma locutor tras violencia en Ecuador
Daniel Solórzano, locutor en la estación 99 FM en Guayaquil, en entrevista con Pascal Beltrán del Río, aseguró que las calles de Guayaquil y Quito amanecieron vacía por los temores de la violencia.Ecuador enfrenta por tercer día el terror de bandas criminales y narcos, que ha dejado desde el lunes al menos 10 muertos, más […]
10 de enero de 2024

Daniel Solórzano, locutor en la estación 99 FM en Guayaquil, en entrevista con Pascal Beltrán del Río, aseguró que las calles de Guayaquil y Quito amanecieron vacía por los temores de la violencia.
Ecuador enfrenta por tercer día el terror de bandas criminales y narcos, que ha dejado desde el lunes al menos 10 muertos, más de un centenar de policías y personal penitenciario retenidos por presos, agresiones a periodistas y un sinnúmero de ataques armados. Pocos autos circulan en las avenidas de la capital y Guayaquil, donde almacenes y tiendas de barrio permanecen cerrados.
“Lo que estamos viviendo es un estado y una sensación de miedo”, narró Daniel Solórzano, locutor en la estación 99 FM en Guayaquil, en entrevista con Pascal Beltrán del Río para la Primera Emisión de Imagen Informativa. donde ayer, grupos armados tomaron calles, escuelas, centros comerciales, incluso la sede de TC Televisión, y sembraron el terror en los ciudadanos, quienes, de pronto, se vieron “expuestos víctimas a una violencia sin sentido”. Recordó el caos que se desató en la ciudad más poblada de Ecuador.
Después de que personas armadas ingresaran a las instalaciones de TC Televisión “se disparó una sicosis colectiva”, puesto que en la transmisión se pudo apreciar a sujetos encapuchados amagando a los presentadores y a los miembros del equipo, “apuntaban con sus armas, tenían granadas, que después se confirmó que eran granadas del ejército de Perú, situación que el gobierno de Perú está tratando de aclarar”. Esta acción, explicó el comunicador, “cumplió los objetivos de los grupos violentos, porque en ese momento la ciudad de Guayaquil comenzó a cerrarse”.
“Donde uno avanzaba, de pronto se encontraba con actos de violencia”, continuó, “en una vía, sujetos armados se bajaban, comenzaban a disparar al aire, a donde fuere, hirieron a estudiantes, murió un cantante por una bala perdida, entraron a un centro comercial, mataron a dos guardias […] quemaron los vehículos”.
En respuesta, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, firmó un decreto en el que se declara que el país enfrenta un conflicto armado interno. En este, se identificaron a 22 bandas criminales, a las cuales se les denominó “organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes”. En paralelo, se desplegaron fuerzas militares y policiales para enfrentar a los delincuentes. El día saldó con, al menos, 10 personas muertas y alrededor de 70 detenidos.
“Hoy, la gente ha preferido permanecer en casa”, contó Solórzano, “amanecimos con locales cerrados, no han abierto la mayoría”, un escenario que le recordó a los peores días de la pandemia, “muy pocos vehículos en las calles […] muchísima gente que se está aprovisionando, llevando pacas de papel higiénico […] galoneras de agua, hay un miedo intrínseco de no saber qué va a ocurrir”, incluso, empresas públicas y privadas “han optado por el teletrabajo […] el sistema de transporte urbano trabaja con muy pocas unidades, porque no hay garantías de la seguridad de estos transportes”. Esta es la realidad de Guayaquil, un día después de que el crimen organizado intentara “maniatar a un gobierno que se ha mostrado mucho más firme que el anterior respecto a la conducta de violencia”.

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