Envidia
Jesús Martell Chagoya jesmarch-11@ hotmail.com En términos médicos la envidia ha sido definida por diversos términos según los diagnósticos psiquiátricos. Cuando una persona se obsesiona y deja de vivir por estar pendiente de tu vida o en este caso en la vida de su adversario, de su entorno, y entre otras cosas siente agobio por […]
11 de diciembre de 2012

Jesús Martell Chagoya
jesmarch-11@ hotmail.com

En términos médicos la envidia ha sido definida por diversos términos según los diagnósticos psiquiátricos. Cuando una persona se obsesiona y deja de vivir por estar pendiente de tu vida o en este caso en la vida de su adversario, de su entorno, y entre otras cosas siente agobio por cada uno de sus triunfos… Aparte de mostrar signos graves de inferioridad, te muestra que estas tratando con una persona psiquiátricamente enferma.

La en vida es en general es tristeza o pesar del bien ajeno. De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.

En otra puntualización de envidia  es como la emulación, deseo de algo que no se posee. De acuerdo a la segunda de las acepciones la envidia se puede encuadrar dentro de la emulación o deseo de poseer algo que otro posee. Siendo en este caso que lo envidiado no es un sujeto sino un objeto material o intelectual. Por lo tanto en esta segunda acepción la base de la envidia sería el sentimiento de desagrado por no tener algo y además de eso el afán de poseer ese algo.

Esto puede llegar a implicar el deseo de privar de ese algo al otro en el caso de que el objeto en disputa sea el único disponible. Una tercera posibilidad para comprender lo que la envidia implica sería la combinación de las dos acepciones mencionadas anteriormente. Cualquiera sea el caso, la envidia es un sentimiento que nunca produce nada positivo en el que lo padece sino una insalvable amargura.

Otra definición de envidia, es que el envidioso cuenta mentiras sobre la persona a la que envidia o las cosas que tiene, para poder tenerlas, en ocasiones la envidia puede hacer que el envidiado muera a manos del envidioso. En este caso es peligroso porque motiva al encono, lo importante  en este caso es  no hacer caso de los envidiosos porque siempre estarán ahí, solo mantenerse al cuidado para evitar que no nos hagan daño, física y moralmente.

Cuando en el trayecto de la vida, te propones metas y tienes deseos de superación, lo primordial es el estudio y luchar  incansablemente por lograrlas sin olvidar las responsabilidades que se tienen ante la sociedad, la familia  y consigo mismo, sin pretender dañar a nadie tampoco envidiarlo y dejarlo ser, no precisamente mediocre sino como sus habilidades y cualidades se lo permitan.

La envidia es considerada como un pecado capital porque genera otros pecados, otros vicios; El término «capital» no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados y rompe con el amor al prójimo que proclama Jesús. La envidia es como  el amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos.

La envidia que siente un acosador como un sentimiento de inferioridad, el cual opera en forma de culpabilidad, que el acosador siente por no poseer atributos que él estima ideales. Los defectos físicos, intelectuales o emocionales generan un sentimiento de inferioridad que la persona intenta compensar superando esas carencias mediante el desarrollo de un complejo de superioridad. El complejo de superioridad hace que el acosador viva en la ficción de la posesión de valores, atributos y cualidades que en realidad no posee, negándolos en los demás de manera defensiva.

Cuando surge en su entorno una persona (la víctima) que sí posee en verdad tales características, ello supone para el acosador un verdadero choque con la realidad. Su reacción ante esa dolorosa realidad suele consistir en negar, eliminando la fuente de la disonancia, desarrollando el psicoterror contra la víctima. El objetivo es hacer desaparecer a la víctima del horizonte psicológico del acosador porque sus capacidades suponen para éste una desestabilización psicológica.

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