Enorme quebranto
El caso del ex gobernador Andrés Granier Melo ofrece múltiples opciones para que la justicia erradique el flagelo de la corrupción como carta adoptiva de los mexicanos. Es la oportunidad para que la ciudadanía devuelva la confianza perdida a las instituciones y a las autoridades que la representan. Nunca como ahora, Tabasco vivió un episodio […]
25 de junio de 2013

El caso del ex gobernador Andrés Granier Melo ofrece múltiples opciones para que la justicia erradique el flagelo de la corrupción como carta adoptiva de los mexicanos. Es la oportunidad para que la ciudadanía devuelva la confianza perdida a las instituciones y a las autoridades que la representan.
Nunca como ahora, Tabasco vivió un episodio de la magnitud y naturaleza que tiene al estado en la postración económica pero, al mismo tiempo, como eje central del escándalo mediático.
La administración de Granier Melo resultó un parteaguas contrario al desarrollo y progreso de los pueblos que nunca más se debe repetir en Tabasco, ni en cualquier parte del mundo.
Con el ex mandatario se comprueba que el carisma sirve para ganar votos pero no para gobernar. Una experiencia amarga, sí, pero también la oportunidad para enviar un mensaje de reconciliación de los gobernantes a la sociedad: en México la justicia es ciega.
El camino para aplicar la justicia a Granier Melo es por demás sinuoso y escabroso. Son muchos los intereses que podrían estar detrás del ex gobernante pero ninguno es superior a la voluntad y juicio popular para encarcelar al autor intelectual y material del descalabro financiero sin precedente en la historia política local.
Uno de esos muros de la corrupción es la estrategia mediática de la defensa para convertir a Granier Melo de victimario a víctima. Pero también es una señal de que el indiciado por cometer los presuntos delitos de peculado y delincuencia organizada se sabe culpable de los daños que ocasionó a la hacienda pública al apelar al perdón popular.
No hay ni puede haber solidaridad humana para alguien que utilizó el recurso público para acumular riqueza y bienes a costa de la salud de la población. El cinismo del gobernante debe ser castigado, nunca premiado.
La PGR dio a conocer ayer que le fueron obsequiadas dos órdenes de aprehensión en contra de Granier por la probable comisión de los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal. Pero él no es el único responsable del quebranto financiero en agravio de los tabasqueños.  Se debe castigar a los que se llevaron el dinero de los tabasqueños.

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