En las Carpas de la Política
Orden en la Fiscalía Florentino J. García Alcudia florentino_alcudia69@hotmail.com A menudo escuchamos o pronunciamos la frase “hay que sacar la manzana podrida del cajón porque si no se pudre el resto”. Dicha frase, cuya explicación puede hallarse en el marco en las creencias ancestrales, regularmente es aplicada y puesta de ejemplo en la vida cotidiana. […]
21 de febrero de 2019

Orden en la Fiscalía

Florentino J. García Alcudia
florentino_alcudia69@hotmail.com
A menudo escuchamos o pronunciamos la frase “hay que sacar la manzana podrida del cajón porque si no se pudre el resto”. Dicha frase, cuya explicación puede hallarse en el marco en las creencias ancestrales, regularmente es aplicada y puesta de ejemplo en la vida cotidiana.

Actualmente, en la Fiscalía General del Estado se está viviendo una situación similar, donde algunos malos servidores públicos se resisten a mejorar su actuación y en vez de contagiar lo positivo, empiezan a contaminar al resto de trabajadores.

El Fiscal General Jaime Lastra Bastar prometió desde su llegada mejorar la atención a la ciudadanía, pero en el diagnóstico con que cuenta ya, le han hecho saber de elementos de prácticamente todos los niveles que realizan acciones inmorales que rayan en la ilegalidad en el ejercicio de su función.

Estos que lucran con sus cargos están haciendo un daño irreparable a la procuración de justicia y con ello a los ciudadanos víctimas de un delito.

«Me da para la gasolina», «perdimos el expediente», «un incentivo podría ayudarme a que le agilice los trámites», son varias de las frases con que se topó el Fiscal en este encargo.

Con esas manzanas podridas y que se resisten a salirse de la cesta es impensable alcanzar la excelencia. Por eso es importante que la Fiscalía de Tabasco siga con el proceso de depuración, que erradique lo que desde hace muchos años ha abonado a la desconfianza y desprestigio de tan noble institución.

Independientemente del espacio o las circunstancias en que te encuentres, siempre es importante reflexionar que, cuando alguien se resiste al cambio para mejorar su desempeño laboral, su destino debe ser salir por la puerta de atrás sin hacer escándalo.

Mucha inversión a salud
Tras la debacle en los últimos dos gobierno en el sistema de salud en el estado, el actual gobernador está invirtiendo para recuperar el La llegada de la doctora Silvia Roldán Fernández como Secretaria de Salud despertó expectativas dada su trayectoria como salubrista, que inicio con el Dr Bartolomé Reines Berezaluce cuando él fue Secretario de Salud por dos periodos consecutivos, la doctora ocupó el cargo de Directora de Programas Preventivos, pero después no volvió a ocupar cargos de relevancia alguno

Le crearon una área para investigar las causas de muertes maternas, pero sin impacto alguno y solo le sirvió de refugio durante tres o más sexenios con más pena que gloria…pero que le permitía utilizar para operar y manejar a la sociedad tabasqueña de salud pública.

Se habla por los pasillos de la dependencia, que mejor le hubiera ido a la dependencia si en vez de Roldán Fernández, hubiera llegado al cargo el doctor José Manuel Cruz Castellanos, quien fue nombrado secretario de Salud pero en Chiapas a quien se le ha visto muy movido trabajando por el Sector Salud en nuestro vecino Estado de Chiapas, haciendo presencia en todas las Unidades médicas resolviendo las necesidades de salud, el Dr. Cruz Castellanos siempre se ha caracterizado por su arduo trabajo y compromiso en las encomiendas que se le asignan.

Mientras que a Roldán Fernández, a ya casi dos meses de haber asumido el cargo, no se le ha visto en las unidades de salud viendo las necesidades de las mismas, lo que está dejando ver su falta de capacidad para dirigir este sector.

Por si fuera poco dentro de su staff a personajes foráneos es el caso del director administrativo Manuel Marcue Díaz, quien fue administrador y finanzas de la secretaría de salud del estado de México en el gobierno del priista Eruviel Ávila donde dejo una deuda millonaria en medicamentos para esa secretaría, por 328 millones de pesos.

Ojo a tiempo, para la Secretaría de Salud, las denuncias e inconformidades por la falta de atención, empiezan a hacerse notar. No hay que esperar seis años, para detectar que un funcionario es competente o de plano no pudo con el cargo.

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