Javier “El Vasco” Aguirre está por la labor de renovar tanto si se lograse la permanencia, como si se cayese a Segunda. Le ilusiona seguir dirigiendo en España y hacerlo en Madrid, donde vive con regularidad incluso en los periodos en los que no ha tenido equipo. La pérdida de categoría no sería un problema para él.
Tampoco el salario. De hecho, sus emolumentos actuales no son nada elevados. Cobra bastante menos que sus predecesores. Sueldo asumible aún en Segunda. En su fichaje, el técnico no se puso exigente. La llamada de los pepineros fue, para Aguirre, una oportunidad que acogió con energía. Le gusta el equipo y la fórmula de trabajo que se ha encontrado. Al menos era así hasta el estado de alerta. Ahí está el segundo limbo que afecta al técnico.