El queso de Erubiel
A costos muy altos se han enfrentado los políticos priístas en Tabasco. TP 150408 Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com En el paroxismo de su locura política, Erubiel Alonso Que, dirigente estatal del PRI, está llevando a ese partido al final de sus exequias. Cree que antes de él, el diluvio político. Y después: sus cacahuetes. Mejor dicho: […]
11 de abril de 2014

A costos muy altos
se han enfrentado
los políticos priístas
en Tabasco. TP 150408

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
En el paroxismo de su locura política, Erubiel Alonso Que, dirigente estatal del PRI, está llevando a ese partido al final de sus exequias. Cree que antes de él, el diluvio político. Y después: sus cacahuetes. Mejor dicho: sus quesos.

Político cimarrón al que suerte ha elevado —como a la basura el viento— dentro de la política actual, más que nada por la propia descomposición y las traiciones priístas, también ha logrado, en ese escalar de serpiente, la impunidad y se ríe de quienes defraudó con venta de automóvil, aunque se dice que en Yucatán tiene abierto su expediente penal.

Gris liderzuelo juvenil en el municipio de Balancán, pero servil y arrastrado, logró conectarse vía Jesús Alí —traicionando a Guillermo Nárvaez y lo que representaba— con el presunto verdadero padrino del actual partido, Benito Neme Sastré, de quien presume sus palancas para haber llegado de ser un desconocido en la propia cabecera municipal, pues es originario del poblado El Triunfo, a presidente del CDE del PRI. Así andarán las cosas.

Pero su prepotencia y locura, su quesera que le ha llevado a pensar que será el próximo candidato a gobernador de Tabasco en el 2018, le ha causado enfrentamientos con la clase príista tabasqueña pues sus sueños le han hecho intentar imponer dirigentes municipales y en los sectores.

Ayer hubo la primer repulsa de los militantes. Líderes de varios municipios de la Chontalpa se reunieron en el café-escaparate-político que es el Sanborns y dejaron en claro que caerá la propia cabeza de Erubiel si insiste en sus queserías.

De nada le servirá su política del queso. Los regalos de mala leche que hace a dirigentes de su partido, en una copia burda de Manuel Llergo Heredia, pues éste no regalaba solamente productos tenosiquenses comestibles, como hace Erubiel con sus quesos.

Y es que el PRI nacional ya se dio cuenta del error de haber impuesto a Erubiel, no sólo porque no rebuzna porque no se sabe la tonada sino porque es un enfermo de la mentira y las promesas que los militantes del PRI saben han llevado a ese instituto político hasta donde se encuentra.

Ninguna capacidad tiene el ex vende tornillo de El Triunfo para revertir la mala fama que al PRI restriegan en estos tiempos como el culpable principal del atraso en que encontró Tabasco el gobierno de la alternancia. Y eso que hay que entender que el enfrentamiento, el encono entre las propias organizaciones políticas priístas y de éstas y el propio PRI contra el PRD, y aún contra el madracismo de Roberto y el lopezobradorismo, han mantenido a Tabasco como arena de la discordia y el odio político.

En recuentos que hemos hecho en los últimos 50 años —desde Carlos Madrazo hasta Granier— tenemos que insistir que el PRI torció la cola desde la traición al gobernador Salvador Neme Castillo, error que no sólo dio forma a la izquierda tabasqueña que había iniciado Andrés Manuel López Obrador tres años antes, en las elecciones de 1988, sino el atraso de Tabasco.

De don Carlos hasta Enrique González Pedrero, es decir de 1959 hasta 1988, contando ese año como del sexenio de EGP aunque lo gobernó José María Peralta López, los gobiernos priístas no tuvieron problemas y sí hubo destacados gobernantes como el propio Carlos Madrazo (1959-1964), Leandro RovirosaWade (1977-1982) y González Pedrero (1983-1988), lo que no quiere decir que los otros gobernadores Manuel R. Mora Martínez (1965–1970) y Mario Trujillo García (1971–1976), como el propio Peralta López, en el último año del sexenio de EGP no hubieran actuado según sus tiempos y circunstancias.

Salvador Neme, sucesor de EGP, ya lo ha documentado este columnista, cayó a la mitad de su sexenio “ante la traición de políticos priístas que se aliaron, ciertamente, con Andrés Manuel López Obrador, que si bien empezó en 1988 su camino, es en el 1991 cuando se fortalece en Tabasco y también cuando se inicia la otra fuerza política que agravó los enfrentamientos conocidos: el neomadracismo que llega con Manuel Gurría, al sustituir a Neme, y pretende convertirse en madrazato en los posteriores gobiernos”. Es decir otro intento frustrado. Ya su padre lo había querido hacer, tras entregar a Manuel Mora, que le rompió sus sueños, como, en parte, lo hizo Manuel Andrade, a quien Roberto Madrazo fabricó la gubernatura pasando por encima del actual gobernador, Arturo Núñez Jímenez, que llegó contra el PRI, y Humberto Mayans, que tras conformarse —en el sexenio siguiente, el de Granier, con el segundo cargo, después de haber defeccionado del PRI y militado en el PRD y regresado a casa tricolor— ahora es senador.

En los gobiernos que siguieron a Neme, los errores fueron mayores que en los tiempos entre Carlos Madrazo y EGP. Gurría Ordóñez (1992-1994) no brilló y si acabó con el fundo legal. De Roberto Madrazo Pintado (1995-2000), todavía no se han contado los cadáveres políticos que dejó en sus sueños presidenciables; Enrique Priego Oropeza, que gobernó un año al desconocerse la elección del 2000, hizo lo que pudo y pudo lo que hizo; Manuel Andrade Díaz (2002-2006) tuvo un quinquenio que presagiaba lo que venía ya con los errores priístas. Obligado a apoyar la candidatura del químico Andrés Granier, no puede salvarse ante el juicio de la historia pues su sucesor no sólo entregó, por terquedad, y por la corrupción que viene desde la caída de Neme, el poder al PRD, sino que es la primer víctima de la justicia contra los errores priístas.

Y de eso no sabe nada Erubiel, por eso le juega al reyecito. Y prepara el entierro del PRI… Mientras regala quesos.

 

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