El librito de Núñez
La tinta de los pasquines se vuelve agria más pronto que la leche. Augusto Roa Bastos / Yo, el supremo Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com Si bien el estilo de Arturo Núñez Jiménez no es el de peleador callejero sino el de un político que ha aprendido, dentro del sistema político mexicano, a ser mesurado —paso a […]
7 de agosto de 2014

La tinta de los pasquines se
vuelve agria más pronto que
la leche. Augusto Roa Bastos /
Yo, el supremo

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com

Si bien el estilo de Arturo Núñez Jiménez no es el de peleador callejero sino el de un político que ha aprendido, dentro del sistema político mexicano, a ser mesurado —paso a paso, con muchos escollos en el caso de la gubernatura, no tanto en el ejercicio nacional—, la entrevista que concedió anteayer a Emmanuel Sibilla Oropesa deja ver que, como él mismo lo ha dicho, no está manco.

Muchos quisieran ver que el gobernador de Tabasco se pusiera los guantes y se subiera al ring de la política en contra de quienes le han agredido; que, como en la novela que sirve hoy para el epígrafe, directamente enfrentara a los que “no han enmudecido todavía. Siempre encuentran nuevas formas de secretar su maldito veneno. Sacan panfletos, pasquines, libelos, caricaturas”.

No muy pocos, lastimados por esas críticas, censuras y, a veces infamias, dirigidas más a ellos que al mandatario, levantarían la bandera, válida, de que Arturo Núñez es “una figura indispensable para la maledicencia”. Así buscarían defenderse ellos.

La del martes por la tarde, la entrevista radiofónica, debe ser considerada como “el librito” para lo que falta del sexenio actual. No únicamente para los que adentro sino también para los que afuera, que en vez de ayudar a Tabasco lo perjudican.

Analizar ese documento que queda para la historia, por cierto en este matutino, Rumbo Nuevo, es necesario para medir tiempo y circunstancias en la política de Tabasco, lastimada desde que la traición y la deslealtad tomó forma en el quehacer gubernamental y fue dividiendo la clase política tabasqueña, no sólo en la lucha de partidos —necesaria para la democracia— sino en la propia sociedad y en las familias.

Los propios medios juegan un papel de primer orden en esta práctica que debe allanar el camino a la política. Por eso es de satisfacción, a quienes formamos parte de esta casa editorial, que cotidianamente se esté documentando no sólo la historia de Tabasco, sus aconteceres, sino el ejercicio gubernamental, el más difícil de los que tengamos memoria, de Arturo Núñez Jiménez, el primer gobernador que llega no por el PRI sino por una alianza de partidos de izquierda, encabezada por el PRD.

No se trata sino de análisis en los que se depongan intereses personales y se busque el bien de Tabasco. No deben buscarse escribanos que elogien todo y únicamente consigan la repulsa popular contra ellos y contra el propio gobierno. Tampoco es válido los “escri-vanos”, diría el personaje principal de Augusto Roa Bastos, los “folicularios letrinarios” incapaces de siquiera dar una tregua por Tabasco.

Nadie puede negar que Arturo Núñez ha tenido un ejercicio gubernamental difícil. Él mismo acepta que no todos sus funcionarios han cumplido y reconoce que las elecciones del 2015 serán la prueba, la evaluación de su gobierno.

Y a esta prueba en las urnas no llegará con los lastres políticos que han dificultado más su administración, aunque mantendrá, lo ha dejado claro, a quienes considera leales y eficaces dentro de su gobierno.

Tal vez al segundo informe de gobierno ANJ llegue con un equipo depurado. Con nuevas figuras que sustituyan a los que han fallado en el gabinete. Ha ofrecido —y cumplirá— ajustes conforme al comportamiento y a la eficiencia en el servicio público. Que hará a un lado a los que no trabajan con eficacia y resultados.

Dar nombres, que él y muchos saben, podría entorpecer el esfuerzo que Núñez tiene que hacer una vez que ya ha satisfecho las propuestas de sus aliados políticos y, también, ya que se ha visto quienes han fallado, por dedicarse a sus ambiciones personales por encima del propio gobierno nuñista y los intereses del pueblo de Tabasco.

El documento histórico generado en la entrevista de Emmanuel Sibilla, de la que ha quedado constancia escrita en las páginas de Rumbo Nuevo, de ayer miércoles 6 de agosto, es un instrumento de lectura obligatoria para todos. Allí se muestra un Arturo Núñez que si bien ha empezado su gobierno administrando el desorden administrativo heredado por su antecesor, tiene en claro que en estos dos años ha pasado lo peor que podría pasar, incluso el riesgo de bancarrota, vienen dos años para consolidar las acciones de su gobierno y los dos últimos para crecer.

Una veta para quienes quieran estudiar esta etapa de la historia de Tabasco. Para quienes, como el propio Arturo, tienen buena memoria. Y aquí es necesario recurrir al libro de este día: “Memoria de una solo no sirve para nada”, como tampoco es útil, en estos días, la memoria de los que como los gatos escaldados huyen hasta del agua fría porque un día se quemaron con agua caliente. “La escaldadura le ha entrado en la memoria. La memoria no recuerda el miedo. Se ha transformado en miedo ella misma”.

En estos casos, que se recurra al discurso del martes y a la memoria histórica del Tabasco que hemos vivido al menos en los últimos 30 años: “a la memoria-sentido, memoria-juicio dueña de una robusta imaginación capaz de engendrar por si misma los acontecimientos”. O al menos entenderlos, comprenderlos.

Compartir: