Por Ferdusi Bastar Mérito
Rumbo Nuevo
El Kremlin es un recinto amurallado en una colina en el centro de Moscú, residencia de los zares y símbolo del poder y del gobierno ruso, inscrito como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Delimitado por una alta muralla almenada de 2.25 kilómetros y 19 torres, alberga cuatro grandes palacios y cuatro catedrales, en una superficie de 28 hectáreas.

Originalmente el Kremlin estaba rodeado por una barrera acuática, al sur: el río Moscova; por el noroeste, el río Neglínnaya, y al este, un profundo foso que unía el río Neglínnaya con el Moscova. El Kremlin era como un islote fortificado. Para llenar de agua el foso se construyeron diques especiales en el río Neglínnaya. En 1713, Moscú cede el sitio a la nueva capital, San Petersburgo, y el Kremlin pasa a ser residencia temporal de la corte zarista.

El 14 de septiembre de 1812, Napoleón, vencedor en Borodino, hace su entrada triunfal en Moscú y se instala en el Kremlin. Los rusos se niegan a capitular, y aplican la técnica de “tierra quemada”. Moscú es abandonada por el ejército y la mayoría de sus habitantes, pero dejan una ciudad saqueada, vacía y ardiendo. Moscú, construida principalmente de madera, es destruida en un 75% de su superficie y esto afecta moralmente al ejército de ocupación que tras 35 días de problemas y desabasto emprende la retirada en plena entrada del invierno y acosado por una guerra de guerrillas.

Después de la Revolución de octubre de 1917, Moscú volvió a ser la capital de Rusia. En marzo de 1918 el gobierno soviético se trasladó desde Petrogrado a Moscú y ocupó nuevamente el Kremlin.

De 1946 a 1958 se restauraron las catedrales, palacios y otros monumentos arquitectónicos del Kremlin. En 1961 se construyó el Palacio de Congresos. Desde 1955 el Kremlin está abierto al público y desde 1990 el Kremlin fue incluido, junto con la emblemática Plaza Roja en la lista de Patrimonio de la Humanidad de Unesco.

La Plaza de las Catedrales, es el corazón del Kremlin y asiento de cinco templos. La Catedral de la Anunciación, es el principal templo religioso de Rusia, le sigue la Catedral del Arcángel Miguel, en donde están sepultados los zares, la Catedral de la Dormición, la Catedral de los Doce Apóstoles, y la Iglesia de la Deposición del Manto de la Virgen-.

Mención especial merece el Campanario de Iván el Grande, en la esquina nordeste de las murallas, que alberga una llama eterna siempre encendida, y que con sus 81 metros de altura, fue la construcción más alta de Moscú hasta antes de la Revolución Rusa, y marca el centro geográfico de la ciudad,.

En 1980 pasamos unos días muy gratos en Moscú, nos admiramos de su metro con sus estaciones como palacios, sus espléndidos museos, y teatros, los gigantescos monasterios en sus alrededores y desde luego la fortaleza del Kremlin, con el Palacio de las Facetas con los Tronos Imperiales, el Palacio de Tarems, el Gran Palacio del Kremlin, el Palacio del Senado, el Arsenal del Kremlin y la Armería del Kremlin.

En Moscú se vive la música, la danza. el arte en todas sus expresiones, y también del famoso circo ruso. Además degustamos su gastronomía en el Slaviansky Bazaar, el restaurante más antiguo de la ciudad, de exclusiva reserva. Valieron la pena las horas invertidas en los vuelos para llegar ella.