El fiscal
No sería ocioso preguntarse si la corrupción es efectivamente el problema de algunas personas de conducta desviada, pero que no afecta al sistema o si es la vida del propio sistema la que se ha corrompido y produce corrupción. Francisco Rodríguez Barragán 150213 Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com En un sexenio en el que los funcionarios, ya […]
2 de agosto de 2013

No sería ocioso preguntarse si
la corrupción es efectivamente
el problema de algunas personas
de conducta desviada, pero que no
afecta al sistema o si es la vida del
propio sistema la que se ha corrompido
y produce corrupción. Francisco Rodríguez
Barragán 150213

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
En un sexenio en el que los funcionarios, ya del gobierno, ya de las paraestatales o de otras instituciones públicas, están obligados a la honestidad en el desempeño de sus cargos, aunque algunos malos ejemplos estén señalados, el nuevo titular del Órgano Superior de Fiscalización del Estado (OSFE), José del Carmen López Carrera cobra hoy viernes, a las 9.00 horas, la rifa del tigre.

Amigo de Arturo Núñez Jiménez está más obligado que cualquier otro a ser un fiscal severo, pero justo. No un fiscal a modo, como el propio gobernador de Tabasco ha dejado en claro. No un “tapacaca” administrativo.

Al tomar hoy posesión como fiscal, en las instalaciones del OSFE, le debe caer el veinte que él es la garantía que el mandato nuñista será de congruencia. No se puede, como en el pasado, actuar como tapadera de los negocios turbios que la mayoría de los presidentes municipales, señores de cuchilla y horca en sus “demarcaciones” —dirían los nuevos periodistas que no tienen otro sustantivo— que hacen y deshacen con los dineros públicos.

Una de las pruebas más recientes se dan en Macuspana y Tacotalpa, donde los alcaldes andan en problemas desde antes de la mitad de su primer tercio, como los malos toreros.

Por las manos de López Carrera pasarán esas y otras cuentas y no se deben manchar con el color partidista de los alcaldes, como sucedía antes que el OSFE era la espada de Damocles que pendía principalmente sobre los alcaldes de la oposición.

No se puede castigar la paja en el ojo ajeno, so pena de que se caiga en el sospechosismo de que se trata de más de lo mismo. Que se actúa en pandilla, como por desgracia ha sucedido, pues ni el OSFE, ni los diputados han cumplido cabalmente con la obligación de velar por los intereses del pueblo.

Con las cuentas públicas municipales se ha negociado. Se ha perdonado a alcaldes perredistas a cambio de proteger a priístas. Todavía por ahí quedan algunas cuentas pendientes, más como arma mediática para frenar aspiraciones que como acto delictivo que debe ser castigado ejemplarmente.

Por ahí surgirán, tamnbién, nuevos contubernios si José del Carmen López Carrera desprecia el último tramo de su vida y no sabe culminar la experiencia que en el ejercicio honesto ha mantenido en su desempeño social y laboral.

Ya en un lugar común en esta columna señalar que, como Ulises, debe amarrarse al mástil (de la historia) para no sucumbir al canto de las sirenas que le ofrecerán paraísos insospechados.

Su antecesor tuvo suerte. Ninguna responsabilidad se le fincó por la protección que brindo tanto a los funcionarios del gobierno sospechosos de saqueo, como a la mayoría de los alcaldes priístas, panistas y perredistas.

Pero el nuevo titular del OSFE no tendrá esa suerte. Los truenos han estado muy duros y si no han perjudicado a ningún funcionario, hasta ahora, nadie en el gobierno de la alternancia está salvo de mil azotes si el discurso nuñista es aplicado con toda cabalidad. Y el pueblo lo espera, aunque ha sido práctica de anteriores gobiernos que no se actúa contra un funcionario cuando existen presiones sociales o mediáticas. Práctica nociva que desdice el honor de los gobernantes.

No está demás, en este tema, recurrir a un artículo que con el título “A vueltas con la corrupción” , leí en el diario digital Forum Libertas, y que hoy me sirve para el epígrafe de este texto.

Escribió FRB: “Desde el punto de vista de las leyes penales, de las que los políticos se zafan con facilidad, sólo son las personas quienes pueden cometer delitos pero nunca los entes colectivos que, según dicen las normas del derecho, no pueden delinquir. La corrupción de los partidos, de los sindicatos, de las empresas, de los gobiernos estatal, autonómico o municipal, no parece existir, aunque puedan ser imputados y condenados algunos de sus dirigentes.

“”No sería ocioso preguntarse si la corrupción es efectivamente el problema de algunas personas de conducta desviada, pero que no afecta al sistema o si es la vida del propio sistema la que se ha corrompido y produce corrupción.

“Si el problema se reduce a corrupciones individuales podría erradicarse a través de la una justicia libre, imparcial y rápida, lo que me parece mucho pedir pues hay que desconfiar de que se cumplan las tres notas indicadas: libre, imparcial y rápida.
Pero si el problema es el propio sistema, ¿quién podrá regenerarlo?”.

Lado Claro
Mejor lo dijo Arturo Núñez el 31 de diciembre de 2012 al rendir su protesta al cargo de gobernador: “…para que trabajen eficaz y genuinamente al servicio de los gobernados y no a modo de los gobernantes en turno. ¡Nunca más fiscalización a modo ni revisión selectiva con criterios políticos partidistas de las cuentas públicas”.

Y de ello dije en este espacio, al día siguiente: “Mencionó Arturo Núñez la soga en casa del ahorcado. La mayoría de los 35 diputados locales de Tabasco se movieron inquietos. A su derecha, la presidenta por esa sesión solemne del Congreso. Marcela González, mostró un rostro descompuesto. Y no era para menos: los legisladores tabasqueños, que ayer concluyeron su gestión, son sospechosos de complicidad”.

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