El COVID-19 provoca escasez de monedas en Estados Unidos
Tras meses de parálisis económica, las monedas se han vuelto escasas y codiciadas por servicios como las lavanderías. Cada mañana, Charles Boukas sale a la caza de monedas. Usualmente va a seis sucursales bancarias de Chase, en el área de San Diego, pero ha llegado a visitar ocho cuando algunas no tienen cambio. Boukas es […]
10 de septiembre de 2020

Tras meses de parálisis económica, las monedas se han vuelto escasas y codiciadas por servicios como las lavanderías.
Cada mañana, Charles Boukas sale a la caza de monedas. Usualmente va a seis sucursales bancarias de Chase, en el área de San Diego, pero ha llegado a visitar ocho cuando algunas no tienen cambio. Boukas es propietario de Coin Hut Laundromat, un autoservicio de lavandería con monedas, que escasean. El viaje completo le toma dos horas y consigue 120 dólares en monedas de 25 centavos porque los bancos restringen la cantidad que entregan. De modo que ha estado buscando fuentes alternativas.
Además de la disminución del tráfico peatonal, los propietarios de lavanderías como Boukas están batallando porque el coronavirus parece haber detenido la circulación de monedas en la economía estadounidense. Incluso los grandes minoristas han sentido el problema, muchos colocan carteles en las cajas registradoras que piden al cliente dar el cambio exacto. Aunque algunos lo consideran una escasez nacional de monedas, en abril, el Tesoro de Estados Unidos estimó que había en circulación alrededor de 47 mil 800 millones de dólares en monedas, en comparación con 47 mil 400 millones de dólares el año pasado.
“No lo concibo como escasez, sino como que no hay monedas circulando. Están ahí, simplemente no están en el lugar correcto”, dice Jim Gaherity, director ejecutivo de Coinstar, que recoge el cambio en las máquinas que a menudo se encuentran en las tiendas de comestibles. “Las monedas están en las casas, quizás en algunas empresas que no han reabierto aún. Están en los bancos, entonces sí hay”.
Incluso en un mundo cada vez más digital, el efectivo se utiliza en el 49 por ciento de los pagos por debajo de los 10 dólares, según un estudio del Banco de la Reserva Federal de San Francisco. Eso ha ocasionado un extraño problema de liquidez. Desde que comenzaron las cuarentenas y el consiguiente cierre de la economía, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha hecho todo lo posible para garantizar que grandes cantidades de dinero sigan circulando por el sistema financiero. ¿Necesitas vender millones de dólares en bonos corporativos? La Fed está dispuesta a hacerlo realidad. ¿Necesitas 75 centavos para la lavadora? Eso podría ser más complicado. “Este es solo un giro inesperado que no creo que ninguno de nosotros podría haber anticipado, hallarnos cortos de centavos”, dice Brian Wallace, presidente y CEO de la Coin Laundry Association, que representa a unas dos mil lavanderías en todo el país.
Solo una fracción de las lavanderías de la asociación tiene sistemas de pago alternativos; el 20 por ciento cuenta con tarjetas de lavandería y el 27 por ciento acepta tarjetas de crédito, señala Wallace.
Coinstar cumple una función en la recirculación de monedas en EU. Sus quioscos procesaron 2 mil 700 millones de dólares en monedas en 2019. La compañía cobra un cargo del 11.9 por ciento del valor total de las monedas contadas por sus máquinas, y los clientes reciben a cambio un recibo en papel equivalente a efectivo. Una portavoz dijo que advirtieron una disminución en el volumen de monedas por el confinamiento, pero se está normalizando. La compañía también opera en Japón, Canadá, Italia y en países europeos, pero no vio el problema en el extranjero. “Hay algo único en EU, que no podemos entender por qué ha llegado a esta crisis”, dice Gaherity.
Cuando un quiosco se llena de monedas, Coinstar las deposita en una institución financiera, que luego las recircula entre clientes como Boukas. Pero él dice que gran parte de las monedas que almacena en sus máquinas de cambio no se usan en su negocio. “Por día cambio un promedio de 100 dólares que no se usan en mi negocio”, dice. “Soy como un mini banco, vienen aquí para cambiar sus billetes por morralla”.
Jerome Powell, presidente de la Fed, dijo en junio que creía que la escasez sería temporal. La Casa de la Moneda de Estados Unidos aumentó la producción y la Reserva Federal formó un grupo de trabajo para presentar recomendaciones sobre este asunto.
Las sugerencias de la Coin Laundry Association y la National Automatic Merchandising Association plantean que la Fed distribuya monedas adicionales y priorice dicha distribución a empresas de consumo esenciales. Otra solución obvia podría ser pagarle a la gente por sus monedas. Durante la tercera semana de julio, el banco Community State Bank, con sede en Wisconsin, hizo una recompra de monedas con una bonificación de 5 dólares por cada 100 entregadas.
Si la falta de monedas continúa, Boukas aplicará un plan de contingencia: tomará el efectivo en papel de los clientes y operará las lavadoras de forma manual. Mientras tanto, intenta convencer a quienes usan su máquina de cambio sin usar sus lavadoras que abandonen esa práctica. “Les explico que si se llevan las monedas, afectan a mi negocio. En cierto sentido, me piden que sea yo quien vaya al banco”.

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