El arte del chocolate
La especialista, ChloeDoutrer, explicó a los asistentes al evento, la diferencia que existen entre los chocolates comerciales y el fino Daniel Lorca Rumbo Nuevo Experta internacional en producción, transformación, comercialización y marketing de chocolates, ChloeDoutreRoussel, impartió la cata “Migración laboral al mundo de la fabricación del chocolate, caso Estados Unidos de Norteamérica”, en el Tercer […]
24 de noviembre de 2012

La especialista, ChloeDoutrer, explicó a los asistentes al evento, la diferencia que existen entre los chocolates comerciales y el fino

Daniel Lorca
Rumbo Nuevo
Experta internacional en producción, transformación, comercialización y marketing de chocolates, ChloeDoutreRoussel, impartió la cata “Migración laboral al mundo de la fabricación del chocolate, caso Estados Unidos de Norteamérica”, en el Tercer Festival del Chocolate Tabasco 2012 Legado Maya, que se realiza en el Centro de Convenciones de esta ciudad,
Con “casa llena”, ChloeDoutre, detalló su exposición en relación al tema, su experiencia en torno a la investigación del chocolate, en cómo se fue dando este tipo de especialidad del endulzante, entre otros conceptos.
El objetivo de esta cata fue de introducir a los participantes en la noción de calidad en chocolate, enfrentándolos al chocolate fino con el de supermercado, y también a ciertas verdades que en realidad no lo son, como pensar que este dulce es mono-origen o mono-plantación, es mejor que un chocolate mezclado.
Los encuadró a la variedad de estilos de calidad existen y a la noción de calidad.
En entrevista, dijo que su pasión por el chocolate nació de manera inexplicable. “La pasión por el chocolate me nació físicamente, me enamoré con un placer que empezó en mi niñez muy temprana, donde nunca tomaba ni gaseosas e incluso a la fecha tampoco, lo único dulce que como con placer es el chocolate”
Agregó, que nunca pensó en llegar a ser una conocedora del chocolate, hasta llegar a entender de dónde venía este placer, multiplicarlo y mejorar, ya que a los 13 años compraba todos los chocolates que podía, para comparar la calidad de cada uno y de ahí ir marcando cuáles eran los mejores.
Después, esta complicidad se establece como un producto con cualquier cosa como la música y el arte, y en la medida de que se vaya conociendo más sobre el chocolate más placer se recibe, para seguir multiplicando los encuentros, “es la bola de nieve”, refirió.

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