Educar y enseñar. Dos cosas que, a decir de los estudiosos, bifurcan dos vertientes dentro de la formación del ser humano.
“El arte supremo del maestro es despertar el placer de la expresión creativa y el conocimiento”. Albert Einstein Iván Aguirre Aguilar Lo primero, a ciencia cierta, se circunscribe a “ese moldeo” desde los años primeros en el seno familiar. Por lo tanto, ello, es claro indicativo de que, educar es, principios y valores que a […]
4 de agosto de 2014

“El arte supremo del maestro
es despertar el placer de la
expresión creativa y el conocimiento”.
Albert Einstein

Iván Aguirre Aguilar

Lo primero, a ciencia cierta, se circunscribe a “ese moldeo” desde los años primeros en el seno familiar. Por lo tanto, ello, es claro indicativo de que, educar es, principios y valores que a la postre se reflejaran en la consecución o no, de una persona positiva, solidaria, capaz de emprender tareas en grupo o de manera particular.
Una máxima popular reza “al que no lo educan en su casa; en la calle aprenderá” en clara alusión a la falta de un buen comportamiento ante la sociedad como parte integrante de la misma.
Respecto a enseñar, varias definiciones aducen que, esto, representa el proceso de transmisión de una serie de conocimientos, técnicas, normas, y/o habilidades basado en diversos métodos. Desde luego, contando con las instituciones, los especialistas y el material requerido para poder alcanzar el citado aprendizaje en cada renglón del saber.
Aquí, la interrogante que se desprende, o, mejor dicho, que exigen las circunstancias es ¿en dónde está la falla? Porque la observancia indica a todas luces que,  la cuestión de los principios y valores entre niños y jóvenes, prácticamente “anda por los suelos” o, más aún, el mirar con tristeza tantas aberraciones gramaticales o deformaciones de lenguaje que, por supuesto preocupan porque, sin temor a equivocación, no prometen horizontes halagüeños para con las futuras generaciones.
Lejos de pretender inventar “el agua hervida” siempre se ha dicho que, para acceder a altos estándares de nivel académico, necesario es que, el trinomio PADRE-MAESTRO-ALUMNO funcione “como un relojito” a tiempo para obtener los resultados que tanto ansiamos.
Pretextos podemos esgrimir desde cada una de las partes. Lo cierto es que, las cifras negativas en ese rubro ponen en evidencia el no cumplimiento de cada una de nuestras responsabilidades para con nuestros hijos.
Si como paterfamilias no hacemos lo conducente para exhortar y forjar a nuestros vástagos dentro de los cánones de la buena educación, no podemos ni debemos exigir por que en otra parte se aplique lo que no hemos sabido inculcar desde el hogar.
Si el Gobierno –en sus tres niveles- no asume lo que le es mandatado por la Constitución General de la República Mexicana para ofrecer ciudadanos con mejores herramientas para poder hacer frente a los nuevos retos, simple y sencillamente, es una autoridad incapaz de demostrar que si ha hecho efectivo aquellos preceptos en los que se vierte QUE LA PREMISA ES FORJAR MUJERES Y HOMBRES DE BIEN PARA LA PATRIA.
Y, tocante a los educandos, de ellos, sin temor a equivocación, dependerá el que ese engranaje gire en tiempo y forma para cambiar radicalmente el estadio y el nivel de vida en su edad adulta, cuando habrán de enfrentar ese mercado laboral que día a día va exigiendo ,mejores profesionistas. Al tiempo.
-DE REOJO-
Y vaya que si se le tiene que reconocer a Martha Osorio Broca el hecho de que, sin maquillaje alguno, señale con índice de fuego la realidad de los analfabetas en Tabasco. Más de 109 mil coterráneos NO SABEN LEER NI ESCRIBIR. El que, en años anteriores, mediante engaños se celebrara con bombo y platillo las famosas “banderas blancas”  permiten hacer una lectura clara y precisa de que, los resultados distan o distaban por mucho de lo que se vive “a ras de terreno”. La UNESCO  es el único organismo serio que puede avalar si se está logrando revertir dicho fenómeno. No  es posible que en el municipio de Centro se cuenten adultos analfabetas. Aunque no justificable, pero si entendible en cierto modo, comarcas como Jonuta, Nacajuca o Tacotalpa se enlistan entre los lugares en los que el Instituto de Educación  para los Adultos de Tabasco pone especial atención para revertir precisamente esas cifras que en nada en orgullecen a quienes aquí vivimos. . . Que conste que, no es que se esté en contra de la modernidad o del desarrollo pero, es necesario señalar que, en el caso de la remodelación de la calle Madero y sus alrededores, no se observa reforestación alguna. . .

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