El arte de gobernar aún después de cinco mil años, sigue siendo un misterio. Unos llegan por herencia, otros por conquista y muy pocos por capacidad explícita de tal hecho. Hasta ahora no existe la carrera “cómo ser buen gobernante”, aunque, por supuesto en los imperios y reinos, la preparación del delfín se basa en la educación general exhaustiva en cultura, artes, manejos de armas etc. Pero nadie te garantiza el triunfo en tu vida de ejercicio del poder.

La complejidad de los que te rodean: tus amigos, tus familiares, tus enemigos, tus adversarios. Los que te odian, los que te quieren, los que te aman. Los que desean lo peor para ti, los que desean lo mejor para ti. Tus empleados, tus colaboradores, tus consejeros que te dicen qué hacer para bien y los que te aconsejan qué hacer para mal. Son algunos de los muchos retos a los que la vida de enfrenta como un hombre de poder.

Algunos hombres históricos han reconocido en su momento, la valía del consejo sabio, lleno de respeto y de dignidad. De verdad por encima de la mentira. Del cariño por encima del odio y la sin razón. Por el amor por encima del celo de la competencia en el ejercicio del poder, por ser en esencia, el motor que mueve tus entrañas cuando está solo lleno de problemas y sobresaltos por no poder encontrar una solución que te ayude a salir de tus problemas. Benito Juárez (Margarita), Porfirio Díaz (Carmelita), John F. Kennedy (Jackie), Juan Domingo Perón (Evita), Salvador Allende (Hortensia), entre muchos otros afortunados, encontraron en su compañera, en su esposa, ese motor que mueve montañas, cuando estás desorientado en encontrar el verdadero camino.

Adán Augusto López Hernández llegó con esa suerte que pocos tienen y que se conjugan y ali-nean los astros de manera impresionante. Se casó joven, inició su vida adulta y profesional con sus altas y bajas en busca del éxito, que hoy es una realidad, acompañado de una joven talentosa, discreta, de una familia icónica e histórica en nuestro Estado, la familia León Estrada. Con un conducta intachable, llena de amigos y pese a su excelente condición de vida, sobresale en Dea Isabel Estrada Rodríguez su fortaleza pero el carácter de una mujer sencilla y afable.

Ambos han forjado una hermosa familia propia. Sin sobresaltos, han caminado en el éxito juntos con igual sencillez a través de muchos años. Hoy que son la pareja gobernante, tienen mucho por qué luchar, mucho por qué enorgullecerse. Están en la antesala de la historia positiva de Tabasco. Muchos gobernantes, por su ligereza de pensamiento, están en la oscuridad de historia y otros más en el basurero.

Adán tiene suerte al tener una compañera como Dea y seguro que ha sido, es y será un sostén moral de trabajo en la familia López Estrada. Los que los conocemos desde hace años, que son muchos y más de los que se imaginan, tenerlos como la pareja gobernante dan aliento y seguridad de que viviremos un futuro con mejores perspectivas.

*William Shakespeare