Editorial. Suerte nos dé Dios
Y es que por años esta tierra de Dios y María Santísima estuvo abandonada por azares del destino, de la geografía y de la política. A nuestros hijos y nietos toca la suerte ahora, que nosotros nada más conocimos por los libros y las clases en la escuelita del pueblo con una maestra o maestro […]
16 de diciembre de 2021

Y es que por años esta tierra de Dios y María Santísima estuvo abandonada por azares del destino, de la geografía y de la política. A nuestros hijos y nietos toca la suerte ahora, que nosotros nada más conocimos por los libros y las clases en la escuelita del pueblo con una maestra o maestro a los que le recitábamos la tarea en “bola” junto a su derruido escritorio de madera y el calor inmisericorde de las 12 del día.

Por primera vez, y gracias a un tabasqueño, medio raro, con carácter agreste y selvático, pero efectivo y con valor, que soñó, luchó, peleó y logró finalmente poner a esta agua natal, diría Pellicer, en las páginas de la historia todos los días del año, ya tres ahora mismo como presidente de México, y el principal difusor de nuestro país en el mundo, desde las increíbles mañaneras que asombran aún a propios, pero sobre todo a extraños.

Mucho hay que agradecerle y poco que criticarle. No teníamos nada y ahora tenemos mucho, pero sobretodo tenemos la fe, como tabasqueños, que con él tendremos otros tres años para valorar y consolidar lo que aquí se está haciendo.

Es cierto, hay descontentos, todos aquellos que quedaron en el camino y perdieron la batalla. Todos aquellos que no valoran y no agradecen lo que se les da. Todos aquellos que hacen de la política un medio para la denotación y la ofensa turbia y escandalosa, pero, ahí está Tabasco, con una inversión que en 500 años no soñamos, ni de lejos, tenerla.

Refinería, Tren Maya, infraestructura turística en esta región olmeca y maya, que es la más importante en ingresos de divisas en el país, por encima de muchas otras actividades económicas. La reforestación de nuestra selva, Sembrando vida, control de desfogue de las presas, dragados de los ríos en la cuenca hidráulica más importante de México y por primera vez, el beneficio de suspender la deuda con CFE y acceder a la tarifa más barata que hasta ahora, gracias a él, tenemos la 1F, aunque les duela a sus detractores. No todo es perfecto, pero ser mal agradecidos sería lo más deshonesto que podríamos vivir como tabasqueños, pues sus cosas buenas en Tabasco aquí están y ¿las malas?: Que las busquen sus malquerientes.

Y este año que viene, para sonreír, tendremos 67 mil millones de pesos en presupuesto e inversión. La verdad, disfrutemos este momento histórico, aquellos que no están de acuerdo, bien, no es obligatorio gozar la vida, la invitación es para aquellos tabasqueños que hoy gozamos de alegría y de cabal salud.

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