Adán no es un improvisado, es un político tabasqueño que logrará con el apoyo de todos, gobernar México, sin mayor restricción que la decencia y la verticalidad que todo mexicano bien nacido, debe de argumentar. Raymundo Riva Palacio, prófugo cotidiano de Televisa y sus corresponsalías, su gran susto argumental. Se entiende su diversidad intelectual, y su ligereza homofóbica, a su edad, sin menospreciar sus argumentos, etílicos y sexuales, que puede argüir, con el miedo aceptable que cualquier colaborador de esa empresa pueda recriminarle. Riva Palacio, con demasiados problemas de intelecto, promiscuo, intolerante, y temeroso de sus opiniones, no por Televisa, por sus propias opiniones erráticas y falaces, cree que sus diatribas en El Financiero, serán su salvación.

Insuficiente de inteligencia, es y fue un admirador de Salinas, de Calderón y Fox, y cree el “gran periodista” y “corresponsal” que tiene la razón y que esa misma receta le toca a AMLO, lo que queda claro es el celo, el odio, el resentimiento.

Televisa y El Financiero, por cuestiones de lástima, han cambiado cada que se puede sus acompañantes, pretenden que el Teletón será la salvación de nuestro país cada vez que se pueda.

Amiguísimo de Salinas, de Calderón y Fox, el gordito de gustos extravagantes pretende dar una opinión diversa, sin que sus invitados, casi cada uno de ellos, no corresponden a su opinión.

Adán es y será un gran amigo, mejor compañero. No ocupa pretextos, es apoyado por todos, inclusive por AMLO, presidente de México, y Beatriz Gutiérrez Müller, quienes sientan el precedente del respeto y dignidad.

Adán será presidente de México, Dea, su esposa, estará a su lado, no hay vuelta de hoja, los que no lo entiendan, estarán por siempre equivocados, es una pareja llena de amor, dignidad y respeto, que seguro todos los mexicanos abanderarán para sus mejores causas.

No hay retorno, aunque a Riva Palacio le estorbe, no se puede presionar a un presidente como AMLO, producto del esfuerzo y de la lucha social.