Editorial. Nuestro patrimonio
Loable lucha realiza el actual gobierno de la República en voz del presidente de México y de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller en defensa de nuestra historia, de nuestras raíces, de nuestra cultura pues. Difícil sí, imposible, no. Los principales saqueadores de la historia universal están en los imperios europeos, que, sin pudor alguno, saquean […]
9 de febrero de 2022

Loable lucha realiza el actual gobierno de la República en voz del presidente de México y de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller en defensa de nuestra historia, de nuestras raíces, de nuestra cultura pues. Difícil sí, imposible, no.

Los principales saqueadores de la historia universal están en los imperios europeos, que, sin pudor alguno, saquean y se llevan a su país los botines conquistados a base de sangre y fuego. Tal es el caso de Francia, Alemania, Austria, España e Inglaterra, por mencionar algunos, diremos y que las principales piezas del arte egipcio están el Louvre, Turín, Londres y Berlín entre otros.

Momias, construcciones, estatuas, esculturas, papiros, etc., son exhibidos con toda pompa. El de mayor reclamo, en Berlín, el busto de Nefertiti, esposa de Akenatón, el monoteísta de un solo Dios, Atón, realizado hace casi 3 mil 500 años y encontrado a principios del siglo pasado y saqueado, en Amarna, Egipto, en el taller de su supuesto escultor Tutmoses. Más de 100 años tiene el gobierno egipcio en su lucha, boicot, amenazas, solidaridad de una treintena de países, etc., pero no se ha podido recuperar.

El saqueo de Francia que nos ocupa, trajo a Egipto también, la destrucción de su patrimonio. Napoleón, en su visita donde sin pena ni gloria no pudo lograr sus objetivos bélicos, se dio a la tarea de saquear monumentos que hoy engalanan la hermosa ciudad de París, y su principal logro, dormir en la cámara mortuoria de la Pirámide de Keops, para emular a sus antecesores, Alejandro Magno y Julio César, amén de permitir a sus tropas, pese a la arenga que brindo desde Guiza a favor de la grandeza cultural…” 4 mil años les contemplan”, dijo lleno de emoción, pero permitió que fuera baleada la gran esfinge y dañado su rostro, sin castigo alguno.

Lo mismo sucedió en la conquista de la Gran Tenochtitlán, el Penacho, que sin saber realmente a quién perteneció, por su belleza se le acreditó al emperador del momento en este hecho histórico, Moctezuma Xocoyotzin y después de muchas vueltas en más de 400 años, apareció en Viena, dado que en esa primera etapa hispánica en México, el gran poder radicó en Carlos I de España y V de Alemania y al igual que las condiciones de Nefertiti en Berlín la justificaciones son las misma, inclusive solo para prestarlo… muy frágil, muy antiguo, se puede deteriorar más, pero lo compartimos es de ustedes también, son de la cultura universal, etc… solo son dos ejemplos de los miles que hay, para los que han tenido la oportunidad de conocer parte de este legado histórico, saben lo impresionante tesoros del arte mundial que se exhiben en estos museos europeos y que fueron producto de la guerra, el saqueo y la destrucción.

¿Qué se puede hacer …?

La historia se repite
La lucha contra el saqueo principalmente la han encabezado Egipto, Grecia e Italia. Miles de argucias, luchas legales, protesta y finalmente los resultados se lograron a medias, aunque son alentadores en algunos casos.

En estos tres países, viendo que el saqueo continuaba en estos tiempos modernos, permitieron la exploración y compartir, lo descubierto con los países e instituciones participantes, siempre y cuando lo encontrado, no fuese considerado una obra de arte y patrimonio nacional. Las piezas que no tuvieran este requisito podían ser trasladadas a otros países de manera legal y de sacar obras de arte, serían sancionadas legalmente de manera severa.

El hecho es que, al igual que en México y varios países de Latinoamérica, la cantidad de material arqueológico de importancia encontrado requeriría más museos que escuelas para la educación y hospitales para curación. Imagínense, en México más de 2 mil años de historia la cantidad de objetos valiosos que aún hoy reposan sin poder ser mostradas y estudiadas en las bodegas de los grandes museos.

Si a estos le suman el negocio enorme que hay entre falsificadores y compradores principalmente de Estados Unidos y Europa, se requiere ser un experto para determinar qué es bueno y qué es malo, de ahí, por ejemplo, que en Francia las galerías de arte que compran basura y no arte, presionan a los países con anuncios de subasta, para generar la protesta públicas y de gobierno y validar con ellas, una supuesta obra de arte que no lo es, pues el escándalo internacional fortalece a los pillos.

Esta situación les ha dado mucho dinero a los traficantes de arte, formales y crápulas, colecciones privadas están llenas de falsificaciones y los ricos ignorantes, no se darán cuenta nunca del engaño.

Es cierto, si han saqueado lápidas en Palenque, en Chichen Itzá y Uxmal, cuerpos y ladrillos en Comalcalco, estelas en Copán, Honduras, y en Quiriguá, Guatemala, solo como ejemplo y mencionar algunas, porque ahora es más fácil falsificar y venderlas a traficantes; robarlas, ya es un delito mayor en nuestro país.

En el primer tercio de los años setenta, siendo presidente Luis Echeverría, se promulgó la Ley que crea el Registro Público de Monumentos Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, en el que se permite tener objetos de esta naturaleza como depositarios de un bien de la nación, sin castigo alguno, siempre y cuando no provenga de un delito y se registren ante la autoridad legalmente, sin poder hacer uso ilegal de estas obras de arte.

El gobierno encontró la forma idónea de preservar nuestro patrimonio cultural invaluable, donde inclusive no se puede mover ni un metro, sin permiso de las autoridades.

El robar, saquear y pretender vender, equivale a estar más años de los que puedas vivir, en la cárcel.

Subasta o venta que en el extranjero se da, hay los recursos legales para interponer una denuncia legal internacional, por uso indebido del patrimonio cultural de nuestro país y en este caso, denunciar a la o las galerías, que a sabiendas de que están lucrando promueven la venta fraudulenta de un patrimonio que no les pertenece y es de México legalmente. Así lo estipula la ley.

Y para finalizar, un dato adicional que no está lejos de la realidad, el material exhibido en la prensa nacional e internacional en estos días, y platicado con algunos especialistas, están en la opinión, que la mayoría son falsos y parte de este engaño, no solo los que las procesaron y venden, los dueños de las galerías se prestan a un fraude, seguramente penado en sus países vendiendo supuestas obras de arte mexicanas.

México, gracias a su riqueza cultural, cuenta con profesionales destacados en la materia que nos ocupa, con los museos y áreas de investigación de los más importantes del mundo: tenemos escuelas, facultades, instituciones, áreas de investigación, laboratorios y lo más importante, una estructura legal que permite exhibir públicamente a estos mercenarios del arte.

La lucha emprendida por AMLO y Beatriz Gutiérrez Müller, pero no de cartas enviadas a quienes no saben ni leer, es necesario denunciar públicamente los atracos a los que se prestan países y que seguramente como agravante, venden falsificaciones con el beneplácito de sus autoridades. Defendamos nuestro patrimonio.

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