Siempre hay y habrá equívocos en la vida cotidiana y por supuesto en la política, nos entretuvimos varios escribidores comentando el entorno de Carlos Merino, gobernador de Tabasco en esta segunda etapa que nos toca vivir, simplemente para sopesar la “defensa” que aparece en un escrito en redes sociales, peligrosas casi siempre por carecer de verdad o mensajes falsos y casi siempre sin firma seria y legible y en este caso que hoy nos ocupa, comunicado acreditado a Morena, el partido gobernante, pero sin rúbrica alguna, no sabemos si por miedo o precaución, o simplemente por olvido.
Carlos Merino es muy conocido en Tabasco, en todos los niveles, de familia histórica, participantes en cargos de altos vuelos, inclusive gobernador, no es el primer gobernador con ese apellido. Su arribo al importante cargo y la propuesta al poder Legislativo, estuvo avalada totalmente por el presidente de México, amigo personal de él, y con el beneplácito del quien solicitara permiso para ser secretario de Gobernación.
Con liderazgo social, económico y político es apreciado por su carácter franco y abierto, además de excelente amigo, un gran anfitrión, y sus bondades reconocidas públicamente, lo que genera muchas veces celos infundados, corajes por no tener la “suerte”, por su candidez de tomar positivamente la vida y un sin número de buenas venturas que le han tocado disfrutar plenamente.
No hay ningún calificativo que les acomode, ha cumplido: diputado, senador, funcionario público y ahora gobernador. Sí es cierto, les pesa a muchos, sí es cierto, lo atacan sin necesidad, por supuesto inventan cuando no tienen lo elementos para cuestionarlo y simplemente, como decimos los tabasqueños, es manera de chingar y tener notoriedad.
Deben de firmar los de Morena, porque él intervino en sus nombramientos con su visto bueno, un secretario de su gabinete, buscó a los dos directivos importantes, hombre y mujer, para darles la buena nueva del Comité Ejecutivo Nacional de su partido. No hay que hacer corajes, muchos de otras organizaciones lloran a moco tendido, es cuestión de ser y no parecer, ahí está, llegó, ¿para qué tanto brinco estando el piso tan parejo? No lo sabemos ni lo queremos averiguar.
Hoy los tres poderes pueden estar tranquilos, todos trabajan bajo el beneplácito presidencial, si a alguien le preocupa Tabasco, es a López Obrador
Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, conviven en plena armonía desde hace varios años, amigos entrañables todos ellos deberán seguir adelante para beneplácito de todos los tabasqueños, el que no lo entienda, que duerma el sueño de la eternidad. Amén.