Editorial: El último Tlatoani
En casi mil años de historia de nuestro territorio, solo dos oriundos de estas tierras estuvieron cerca del poder: la Malinche, compañera de Hernán Cortés, traductora y mujer de poder por su cercanía con el conquistador, y madre de Martín Cortés, un primer mestizo aceptado como el hijo de la pareja por bula papal de […]
13 de diciembre de 2019

En casi mil años de historia de nuestro territorio, solo dos oriundos de estas tierras estuvieron cerca del poder: la Malinche, compañera de Hernán Cortés, traductora y mujer de poder por su cercanía con el conquistador, y madre de Martín Cortés, un primer mestizo aceptado como el hijo de la pareja por bula papal de esas época y más reciente, José María Pino Suárez, el “Caballero de la Lealtad”, vicepresidente de México y asesinado junto a Francisco Ignacio Madero, por órdenes del “Chacal”, Victoriano huerta.

En todo este tiempo nos toca en suerte tener a un presidente de México tabasqueño, se dice fácil, pero en tantos años y miles de acontecimiento históricos no se había dado la oportunidad. Hoy se da. Desde Acamapichtli, el primer Tlatoani, oriundo de Tenochtitlan, hasta el último, Andrés Manuel López Obrador, oriundo de Tepetitán, Tabasco. ¿Se repetirá esta historia?, es una posibilidad en un millón, por ello es necesario recordar que esta es la gran oportunidad de Tabasco.

Sí, es cierto, es nuestro presidente un hombre difícil, hecho en la lucha social de supervivencia política. No son pocos los errores que se cometen, pero muchos también los aciertos logrados en más de treinta años de lucha política, que le dieron el voto de una mayoría aplastante no conseguida en nuestra larga y complicada historia, y le dio el derecho Constitucional y moral a tomar sus propias decisiones, por lo que no debemos juzgar a priori a quien logró tanto reconocimiento nacional por su pensamiento político.

Importante es que los tabasqueños seamos un factor de impulso y no de descalificaciones. Está cumpliendo con la luz, la refinería y con el apoyo a Adán Augusto López Hernández. Sus detractores en estos momentos, pretenden que le den el “plátano pelado y en la boca” y eso no es posible, es tiempo de reconocer su valía ampliamente y su presidencia ganada a pulso. Es la novena vez que en un año viene el presidente a su Agua Natal. ¿en verdad queremos dejar pasar esta oportunidad?

Las discrepancias ideológicas son válidas y necesarias. Los desacuerdos no deben de ser ajenos en nuestra vida cotidiana. Pero utilizar nuestras libertades para increpar sin razón alguna, no solo es vergonzoso, sino también peligroso para nuestro futuro, porque lo que podamos hacer todos unidos por el bienestar de los tabasqueños, se perderá en el tiempo y tendremos que esperar otros mil años, para unirnos en un bien común, pero, ni Matusalén, tendría vida para verlo, vivirlo y disfrutarlo. Este es, para los tabasqueños, su primer y último Tlatoani en muchos años de nuestra complicada historia. Es tiempo de Tabasco. No dejemos pasar esta oportunidad.

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