Sin duda la nota que no espanta a nadie, pero sorprende a todos, la dio Andrés Manuel López Obrador en esta semana del Señor y María Santísima. Convertido el tepetiteco en un sujeto que no respeta a nada ni a nadie, no dudó ni un momento en ofender a quienes son considerados no solo unos comunicadores respetados, son además los únicos que en toda su vida política lo han cobijado en el espacio más escuchado en el estado: Telereportaje. Sin condiciones, espacio abierto, profesional. Fue plataforma de lanzamiento público de su ideología a la que los medios le cerraron los espacios en esos y varios momentos.

Quizá en el norte del país no lo sepan, y el día que lo hagan, también se sorprenderán. Todos aquellos que le han tendido la mano, se las ha mordido. Todos aquellos que le han dado de comer, se las ha vomitado. Aquellos que lo han ayudado, los ha dejado en la pobreza y aquellos que no han seguido sus pensamientos fuera de sí, los ha desprestigiado y ofendido con adjetivos que el peor presidiario de “Topo Chico” no se atrevería a decir. Pero lo peor, aquellos enemigos que ha rescatado, les da trabajo de sirvientes para hacerles sentir “quién manda” como es el caso más triste e infame de José Eduardo Beltrán, quien como secretario de Gobierno impulsó su salida del estado. Hoy es caricatura dantesca de aquellos gloriosos días, sirve de ejemplo para aquellos que osen cruzarse en su camino.

El odio engendra odio. El mal atrae al mal. Un anticristo de la política. No se pueden sentir orgullosos algunos de sus más cercanos adoradores, pues para mofarse de ellos, ofende en su presencia a sus familiares más queridos sin que se inmuten o simplemente agachan la cabeza con vergüenza, porque la ambición puede más que la dignidad. ¿Será tanto el amor por la política? Aguantar tantas ofensas es totalmente inmoral. ¿Y si llega a la Presidencia? ¡Francisco nos salve!

Patético ver en las fotos con Andrés Manuel a Evaristo Hernández, político ex priista al que trató de pillo, rata, sinvergüenza y ladrón. Siempre muestra el nuevo “moreno” una sonrisa de satisfacción en su cara en todos los mítines que participa con López Obrador. Evaristo tiene “el colmo de la hiena”… es un animal que nadie quiere; todos la desean matar por atacar en grupo y a traición; vive en la parte más recóndita del desierto; hace el amor una vez en su vida; se alimenta de mierda y todavía se ríe…

Eva ya fue perdonado en todos sus pecados y “robos” por un nuevo e iluminado “profeta” López Obrador. ¡Alabado sea el Señor!