Dresde y Leipsig, ciudades del arte y la música
Ferdusi Bastar Mérito Rumbo Nuevo Dresde, en el valle del Elba, antigua residencia real, famosa por sus construcciones barrocas y reputada como “la Florencia del Norte”, ciudad del arte y la cultura, más chica que nuestra Villahermosa, fue víctima del salvajismo y al igual que otras ciudades alemanas inermes, de un verdadero crimen de lesa […]
18 de junio de 2019

Ferdusi Bastar Mérito
Rumbo Nuevo
Dresde, en el valle del Elba, antigua residencia real, famosa por sus construcciones barrocas y reputada como “la Florencia del Norte”, ciudad del arte y la cultura, más chica que nuestra Villahermosa, fue víctima del salvajismo y al igual que otras ciudades alemanas inermes, de un verdadero crimen de lesa humanidad cometido por los norteamericanos.

El 13 de febrero de 1945, Alemania ya estaba vencida, sin ninguna resistencia aérea, el ejército ruso, en las afueras de Berlín, el territorio alemán estaba ya totalmente invadido en todos los frentes por norteamericanos y británicos, sin embargo, ciudades que no representaban ningún objetivo militar como Dresde y Leipzig, la capital de la música, al igual que muchas otras, fueron totalmente reducidas a escombros perpetrando los más execrables crímenes de guerra,

Del 13 al 15 de febrero de 1945, apenas unas semanas antes de la capitulación de Alemania, la aviación norteamericana lanzó sobre la pequeña Dresde 8 mil toneladas de bombas de alto poder e incendiarias, que redujeron a escombros la ciudad, destruyendo edificios históricos, templos, museos, colecciones de arte, y produciendo la muerte que los datos más conservadores fijan en 30,000 muertos, pero que algunas otras fuentes aseguran que los fallecidos pasan de 200,000, todos civiles, hombres, mujeres, niños, ancianos.

Después de estos bombardeos, en la misma Inglaterra se realizaron protestas por estos crímenes, totalmente innecesarios ante una Alemania vencida y sobre objetivos civiles, sin ningún valor militar, y sobre ciudades del arte y la música. Pero la historia la escriben los vencedores. Ellos fueron los buenos, y los vencidos los malos. Y por eso Nuremberg.

Al igual que en toda Alemania, estas ciudades fueron reconstruidas conforme a planos y actualmente brillan, como si no hubiera pasado nada. Resurgieron de sus cenizas, como el ave fénix, gracias a la entereza, la disciplina y el amor a su patria del admirable pueblo alemán.

La Dresde actual ha recuperado y aumentado su prestigio como ciudad del arte y por su arquitectura barroca ha merecido el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. A pesar de su pequeño tamaño, cuenta con más de 60 museos, 35 teatros, famosas orquestas y coros y valiosas colecciones de arte, una Escuela de Bellas Artes y reconocidas corporaciones musicales, y todo el año se realizan numerosas actividades relacionadas con el arte, la ciencia y la técnica.

Leipzig, reputada la ciudad de la música, entre otras cosas por por Johann Sebastian Bach, Richard Wagner, Félix Mendelssohn, la Orquesta Gewandhaus y el Coro de Santo Tomás, que han engrandecido la fama de esta bella ciudad a orillas del Elba.

En Leipzig se desarrolla también una gran variedad de actividades teatrales y la Opera de Leípzig tiene una tradición de más de 300 años. Pero predomina como ciudad de la música. Como ejemplo la Orquesta Gewandhaus goza de un gran prestigio internacional y ha tenido a los más afamados directores. Es reconocida también la Orquesta Sinfónica MDR. La orquesta de cámara Capella Fiicinia brinda conciertos de obras antiguas con los instrumentos originales y también es reconocida la Orquesta Estudiantil de la Universidad de Leipzig-
Como si fuera poco, esta pequeña ciudad cuenta también con la Pauliner Kammerorchestar, la Kammerphilharmonic Leipzif, la Leipzig Streichquartell, el Ensamble Amici, y una lista grande de conjuntos salidos de la Universidad de la Música de Lepzig.

En Leipzig se desarrolla también una gran actividad coral. El afamado Coso de Santo Tomás fue fundado hace 800 años en 1212. El Gewandhauschort tiene una historia de dos siglos, y goza también de gran fama el Gewandhauskinderchor, lo mismo que el MDR Rundfunkchor, que así mismo cuenta con su versión infantil.

Sajonia viene siendo el centro, el corazón de Alemania y estas dos ciudades milagrosamente reconstruidas de sus cenizas han surgido con nuevos y mayores bríos recuperando sus tradiciones cultivando al arte, la cultura y la música. Un bello ejemplo digno de emularse.

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