Dignificación de la política ¡YA!
César Graciano Calvario cesargracianoc@yahoo.com.mx Para la lucha política, el sistema otorgó el monopolio de la competencia a los partidos. Y ya hemos visto como la han ejercido. Su máximo logro al día de hoy es su profunda desvinculación con respecto a la sociedad y  la descalificación del digno ejercicio de la política por parte de […]
15 de abril de 2014

César Graciano Calvario
cesargracianoc@yahoo.com.mx
Para la lucha política, el sistema otorgó el monopolio de la competencia a los partidos. Y ya hemos visto como la han ejercido. Su máximo logro al día de hoy es su profunda desvinculación con respecto a la sociedad y  la descalificación del digno ejercicio de la política por parte de la opinión pública. En esa lucha, los “políticos” no desaprovechan el uso de ningún objeto, instrumento, arma, método o práctica que pueda permitirles aplastar a sus enemigos. O cuando menos desbarrancarlos, sacarlos del camino, nulificarlos. Y cuando alguna de estas prácticas puede ser comprometedora y no les queda de otra, se alían entre ellos. Sin importar ideologías, programas, proyectos, siendo además que en la gran mayoría de los casos, desconocen la existencia de tales instrumentos y por supuesto si es que sirven para maldita la cosa.

Así vemos que en estos momentos  en el PAN se libra una infame batalla por el control de su dirigencia entre el personero del ex presidente Calderón de nombre Ernesto Cordero el, y Gustavo Madero. Se dicen de todo. Se arman campañas desacreditadoras, se provocan escándalos sexosos, se calumnian y exhiben con supuestos malos manejos de recursos públicos, etc., etc., etc. Sobra decir que no hay debate ideológico, programático, o cotejo de proyectos. Solo mierda. Mucha.

También somos testigos del tenebroso operativo puesto en marcha por la dirigencia nacional del PRI para quitar del camino a su dirigente en el DF, por ya no serle útil y si un vergonzoso escollo para ir adelante con su plan maestro para recuperar el gobierno de la Ciudad. Lo pusieron ahí precisamente porque en ese partido se Licenció en Control de Masas Insalubres, obtuvo la maestría en Ciencias Ocultas y se Doctoró en Malas Artes. Pero ya no hace juego con el nuevo mobiliario.

Y en el Edén no hacemos malos Chanchamitos. Ahí tenemos a Erubiel Alonso del PRI aguantando los planazos de Jesús Alí, a quien hacen segunda todos aquellos que buscan echar mano de esa tablita en que está convertido ese partido. O tenemos “La cocina de Jorge”. Avalos. El del PAN. Que mantiene su cocinita económica de milagro. Pues no se sabe cómo es que -conociéndole la manera de hacer las hamburguesas- sus paniaguados se atreven a frecuentar su local. Y en el PRD, aún no se reponen del boquete que les hizo Roberto Romero -solo con su boquita- y ya se aprestan a la madre de todas las batallas en lodo, para entregar la dirigencia al que se mantenga de pie al término.

Por su parte en la MORENA, al Ayatola estatal en jefe, Octavio Romero, se le ha metido entre ceja y oreja el impedir, ya no digamos el paso, ni la movilización, sino siquiera abrir la boca, a quien ha tomado como su personal adversario: el actual Senador Adán Augusto López. Como señora ofendida en su más casta y pudorosa intimidad, y sin esperar a que su marido sea el que haga los reclamos correspondientes (ifany) grita, llora, reclama airada, moquea. Estos son algunos de los ejemplares epónimos de nuestra clase política ¡Urge la dignificación de la política!

….a pie de carretera
José Antonio de la Vega
El trágico accidente que este domingo cobró la vida de una treintena de tabasqueños en las cercanías de Acayucan, Veracruz, pone en el tapete la responsabilidad de supervisar las numerosas “empresas transportistas” piratas que funcionan en la entidad. Esa supervisión es necesariamente responsabilidad de la SCT federal y su delegación en Tabasco. Pero no puede quedar la seguridad de los usuarios tabasqueños en sus manos, como hasta ahora. Por los nefastos resultados obtenidos, pues no es la primer desgracia de este corte. El secretario de la Vega debería empezar a considerar la necesidad de su intervención directa y decidida. En coadyuvancia. Para empezar.

Primera llamada. Primera. Para irnos a la playa. Le busco mañana SDQAdiu
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