“Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender”
(Marie Curie)
Iván Aguirre Aguilar
iaguirreaguilar@yahoo.com
Llenos de espiritualidad por su herencia milenaria, los hindúes sostienen que “el ochenta por ciento de una enfermedad o padecimiento está en la mente”. En lo personal, coincido en ello porque, de acuerdo a “las experiencias” o “vivencias” que he observado a lo largo de mi vida es que, de no estar preparado psicológica o mentalmente, la situación se nos puede tornar un tanto difícil o, en ocasiones con resultados fatales, justamente por “no saber manejarnos” ante ese tipo de circunstancias.
Lo vivido por millones de seres humanos en todo el mundo y, por supuesto en México y Tabasco -que conste que aún no termina- habrá de dejar secuelas en los aspectos psicológico, mental y, el más preocupante, en lo económico.
De allí, la importancia de las aportaciones de instancias, organismos o entes que se encargan de ejecutar acciones metodológicas para, poder presentar “una radiografía real” de lo que está aconteciendo en el entorno familiar, porque es allí, en el que, de inicio, se perciben la o las repercusiones luego de eventos extraordinarios que, sin lugar a dudas “quedan o quedarán “marcados” para siempre en el espectro socio-político-económico.
Felipe López Ortega, Presidente de “Foro Ciudadano 27 MX” realizará precisamente una encuesta para conocer de viva voz de los tabasqueños, de que manera han enfrentado la situación, en el caso de la pandemia o, si se ha recibido apoyos, sobre todo en el aspecto médico para poder “sortear” los estragos que el mismo fenómeno ha representado en el diario devenir de las familias de este pequeño de suelo enclavado en el sureste de la Nación.
López Ortega establece que, dentro del contexto base del ejercicio a ejecutar se priorizan diez puntos: Identificar la prevalencia y severidad de la inseguridad alimentaria y malnutrición en el área. 2. Estimar cuántas personas se verán afectadas y su ubicación. 3. Describir las estrategias de supervivencia utilizadas por los diversos grupos de población e identificar aquellas que puedan afectar negativamente las vidas o los medios de vida como el empleo o el ingreso. 4. Establecer las razones por qué las personas están en inseguridad alimentaria y/o desnutridas mediante la identificación de factores asociados con la inseguridad alimentaria y la malnutrición. 5. Determinar si los problemas de inseguridad alimentaria y malnutrición son crónicos o transitorios. 6. Identificar las condiciones de ingreso y seguridad de empleo 7. Dimensionar el gasto requerido para atender la salud y la prevención durante la jornada de aislamiento social. 8. Desarrollar escenarios para los próximos tres, seis y 12 meses y utilizarlos para pronosticar cómo evolucionará la situación de seguridad alimentaria y nutricional si no se hace ninguna intervención. 9. Evaluar la necesidad o no de contar con asistencia externa − alimentaria y laboral. 10. Formular recomendaciones para intervenciones, incluyendo: ¿Cuáles? ¿Cuánto? ¿Para quién(es)? ¿Cuándo? ¿Por cuánto tiempo?
A todo lo anterior se suma, el saber a ciencia cierta que el numero de personas que se han quedado sin empleo en la entidad, se torna preocupante.
Interesante pues, y, a tomar en cuenta las cifras que “arroje” dicha encuesta para que sea considerada por los Gobiernos en sus distintos niveles como un referente para de allí, implementar mecanismos o alternativas que vayan encaminadas a revertir todo lo que se signifique en detrimento del nivel de vida de la o las personas.
-De reojo-
Sostengo. La solidaridad ciudadana ha mostrado que, cuando hay empatía en el dolor y el sufrimiento, los resultados se reflejan en acciones a favor de los que más lo requieren. . ..
