Detrás del telón
“Vencer y perdonar; es vencer dos veces” Pedro Calderón de la Barca Iván Aguirre Aguilar iaguirreaguilar@yahoo.com Persignado, mojigato o santurrón solemos “encuadrar” a quién o quienes, consideran que se trastocan principios y valores, como ejes rectores en la vida de un ser humano. Las críticas, algunas veces, rayando en lo que, algunos grupos defienden y […]
22 de junio de 2015

“Vencer y perdonar; es vencer dos veces”
Pedro Calderón de la Barca

Iván Aguirre Aguilar
iaguirreaguilar@yahoo.com
Persignado, mojigato o santurrón solemos “encuadrar” a quién o quienes, consideran que se trastocan principios y valores, como ejes rectores en la vida de un ser humano.

Las críticas, algunas veces, rayando en lo que, algunos grupos defienden y esgrimen como “intolerancia” en buena parte, conllevan argumentos sólidos que, a decir de cualquier ser pensante expresa que, lo correcto es lo correcto.

Vaya “garbanzo de a libra” el que recientemente se acaba de aventar encima la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Al emitir un fallo en el que, prácticamente exige a todas las entidades del país a que admitan la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo, violenta –a decir de juristas bien documentados- la propia Constitución General de la República Mexicana como Carta Magna que rige a todos los habitantes de México, cuando en sus articulados en la materia reza Artículo 3o. Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -federación, estados, Distrito Federal y municipios-, impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria.

Más clara al versar c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos.

Aquí, la primera interrogante ¿Qué es la familia? A ello la siguiente respuesta contenida en la misma Constitución: Artículo 4o. (Se deroga el párrafo primero) El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Ojo de que es lo que se lee.

Y que conste que, lejos de pretender comentarios discriminatorios, lo que debe quedar bien claro es que, la concepción de una persona se da –en términos médicos- por la unión de una mujer y un hombre.

En ningún momento se coarta la libre manifestación de ideas, de disentir, de exponer, de argumentar. Lo que debe interpretarse al pie de la letra es lo que nos rige como norma a seguir, respetar y hacer respetar.

Estimados lectores, que no se quiera confundir las cosas al decirnos (esos grupos que creen lacerados en sus derechos) que “no somos “open mind” en este tipo de temas.

Aquí, la segunda interrogante ¿es posible que conciban dos personas del mismo sexo? A lo que añadiría ¿bajo qué principios y valores educarían a los infantes, y cual sería la reacción de los mismos, cuando, éstos vieran dos figuras “del mismo tono”? Como decía el Compa Trino, Ahí queda eso. Por supuesto que el tema da para muchos más.

De reojo
Lejos de todo viso de apasionamiento, un mensaje muy claro por parte de la ciudadanía –luego de la pasada jornada electoral- es que, lo que habrá de dirimirse en las instancias creadas ex profeso para dilucidad, investigar, sancionar y en su momento emitir resoluciones apegadas a Derecho, que se haga. Lo que mandata el pueblo, sin miramientos de partidos, credos o filiaciones es que, todos, sin distinción, debemos y tenemos que ponernos a trabajar a fin de catapultar a esta bella tierra por mejores horizontes para los próximos tiempos. Señalemos a cada quién por su responsabilidad para con la sociedad. De entrada, el Gobierno del Estado cuenta con el tiempo suficiente para revertir ese desánimo y desaprobación respecto a lo que no se ha hecho o se ha dejado de hacer. A nosotros los comunicadores, sin lugar a dudas, nos toca el continuar por la senda de un verdadero enlace entre las autoridades y ese conglomerado ávido de mejores expectativas para el desarrollo y la prosperidad de este pequeño solar del sureste de la Nación. . . .

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