Detrás del Telón
“El coraje no es tener la fortaleza de seguir adelante; es seguir adelante cuando no tienes la fuerza” Teodhore Roosevelt Iván Aguirre Aguilar iaguirreaguilar@yahoo.com Irónico y lamentable resulta a veces, querer comprende al ser humano. Mientras que el Homo Sapiens, por una parte- busca cumplir con una simple pero importante y necesaria “regla” como lo […]
4 de abril de 2019

“El coraje no es tener la fortaleza de seguir adelante; es seguir adelante cuando no tienes la fuerza”
Teodhore Roosevelt

Iván Aguirre Aguilar
iaguirreaguilar@yahoo.com
Irónico y lamentable resulta a veces, querer comprende al ser humano. Mientras que el Homo Sapiens, por una parte- busca cumplir con una simple pero importante y necesaria “regla” como lo es, el tener que convivir para sobrevivir con sus congéneres, por otro lado “hace hasta lo imposible” por dar al traste con todo aquello que pudiese significarse en positivo para el desarrollo de la misma humanidad.

Siglos ha, que la historia nos narra cómo hemos dejado de contribuir para que, si bien no habitemos “ese mundo ideal” por lo menos “abonemos” en pro de escenarios alejados de intrigas, envidias. Es decir, poco o nada hemos hecho a fin de ser partes activas de un proceso de solidaridad, lealtad, compañerismo; que seamos capaces de mostrarnos y mostrar que contamos con un espíritu que nos fue dotado para hacer el bien y, por ende, para que, en lo subsecuente “podamos aterrizar” en situaciones más prosperas.

Hasta el día de hoy, quienes tenemos la grandísima oportunidad de poblar el planeta (de manera más específica, estos lares del planeta) nos hemos olvidado de esa máxima que nos debe regir que se circunscribe a “tratar de ser felices, aunque sea por molestar” sobre todo aquellos agoreros que se han autoerigido en “emisarios de lo negativo”.

Es tarea pues, de padres de familia, de hermanos; de amigos, el pugnar porque nuestro paso por este mundo sea lo más placentero, sobretodo, porque dejemos una huella imborrable y seamos recordados por nuestros aportes en bien de nuestros iguales. En fin. . ..

Inclusión para un mundo sin discriminación: Mercedes Segura Thompson
El Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tabasco, en voz de la Presidenta del Voluntariado Mercedes Segura Thompson de Priego Oropeza es, sin lugar a dudas “el flanco de la sensibilidad y el “rostro humano” del Poder Judicial en la entidad.

Al celebrar el Día Internacional del Autismo, Mercedes Segura, acompañada del Magistrado Presidente Enrique Priego Oropeza, subrayó que dentro de las prioridades del ser humano debe insistirse en sensibilizar justamente para que la inclusión sea una constante, ya que con ello se evitará la discriminación.

Como una acción emblemática, se iluminó de azul la fachada de la sede del TSJ, con el objetivo de sensibilizar y fomentar la incorporación de quienes viven con esta condición.

Segura Thompson recordó que todos somos diferentes, pero, al mismo tiempo, somos iguales, con los mismos derechos, deberes y oportunidades. De ahí el llamado a integrar en la educación, la sanidad, la sociedad, “a integrar en todos los ámbitos, para que nadie quede fuera”. A lo que añadió que es necesario aceptar la diversidad, para que ya no sea necesario hablar de inclusión, sino de convivencia, para hablar de unidad y de aceptación.

Cabe destacar que La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 2 de abril como el Día Mundial de la Concienciación sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA), una afección neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta cómo se comporta una persona, interactúa con otros, se comunica y aprende.

El color azul está relacionado a esta conmemoración porque representa el diario vivir de las familias y de las personas con el trastorno, es brillante como el mar en un día de verano y otras veces se oscurece como un mar en tempestad.

De Reojo
Estimado lector, tal vez esto lo lea o le parezca un “ya aburres” pero, las circunstancias nos exigen el dilucidar respecto de esas generaciones que estamos dentro del rango de los cincuenta a los setenta años de edad. La interrogante que se desprende es ¿Dónde “se rompió el hilo” que debería seguir “empatando” a las generaciones actuales? Porque, a decir verdad, y con suma tristeza –remarco- enormes diferencias en cuanto a principios y valores, sin dejar de citar todo lo descrito al inicio de la columna que amablemente lee usted. Ojalá y que ese trinomio (padres, alumnos y maestros) nos hagan sentir “alivio” mediante acciones que vayan encaminadas a revertir tan despreciable fenómeno social que, de no tratarse en tiempo y forma, se traducirá en un serio “problema de Estado” . Al tiempo

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