Detrás del Telón
Iván Aguirre Aguilar                  Desde niño aprendí a respetar y a reconocer a mis maestros como esos verdaderos faros de luz; verdaderos guías para con la enseñanza y formación de buenos ciudadanos, amén de que eso, si iba dosificado con una buena educación en casa, simple y sencillamente, se reflejaría  en Mexicanas y Mexicanos forjados dentro […]
10 de agosto de 2015

Iván Aguirre Aguilar                 

Desde niño aprendí a respetar y a reconocer a mis maestros como esos verdaderos faros de luz; verdaderos guías para con la enseñanza y formación de buenos ciudadanos, amén de que eso, si iba dosificado con una buena educación en casa, simple y sencillamente, se reflejaría  en Mexicanas y Mexicanos forjados dentro de los cánones de los buenos principios y valores con fundamentos cívicos  que, sin lugar a dudas, se traduciría en seres pensantes capaces de contribuir al desarrollo de sus comunidades.

Y, no sólo eso, sino que “El Profe” como cariñosamente se le decía (se le dice en muchos lugares aún) era con quién se acudía para algún consejo, para alguna petición por parte de la comunidad o, con quién se pedía orientación respecto a la conveniencia o no de algo o alguien que no fuese en favor de la misma.

Hoy, lo tenemos que decir y reconocer –con un dejo de tristeza- se ha desvirtuado el verdadero espíritu de alguien a quién se le encomienda el futuro de generaciones, en el área del saber, entendiéndose que, sin temor a equivocación, los mentores deben fungir como parte integrante de ese trinomio para alcanzar justamente el cometido de egresar mujeres y hombres con mejores herramientas ante los retos que se van presentando.

En Tabasco no debe permitirse que  grupos alejados de ese objetivo “se enquisten” y penetren con la insana intención de dañar aún más los niveles educativos con que se cuenta en la entidad.

Las reyertas que se han registrado en otros lares de la Nación, han dado cuenta de verdaderos enemigos de la educación en México que lo único que buscan en verdad es “politizar movimientos” con la finalidad de “engordar algún partido” sin importarles un bledo que “su causa” no se vea en actitudes que si demuestren que luchan por los intereses de los trabajadores de ese importante renglón.

Es solo cuestión de preguntarles a los habitantes de Chiapas y Oaxaca que ya festejan hoy día por que se han desactivado a esos grupúsculos que anteriormente (con la complacencia de varias autoridades) se mantenían mucho más tiempo en la ciudad de México, dejando al  abandono a sus alumnos, en detrimento del  aprovechamiento de los escolapios y que, precisamente, al contar en cierto modo “con la anuencia” de las autoridades en cuestión en  esos lugares,  cobraban sus  quincenas pese a no cumplir con el calendario obligatorio.

La pregunta es clara y tiene destinatarios aquí en el Estado ¿doblarán las manos ante esos grupos? O ¿meterán en orden a quién o quienes pretendan no responder a esa sociedad que les viene demandando mejores resultados? Al tiempo.

-DE REOJO-
Por supuesto que expreso toda mi solidaridad para con aquellos compañeros que han sido amenazados, peor aún, por “Maestros” que sinceramente dejan muy mal parado al gremio. Aun desconociendo a fondo  lo vertido por parte de “varios profesores” permite reafirmar lo antes descrito en lo referente al hecho de que se ha desvirtuado por completo ese sentido de pertenencia, de contribución, de sumar por parte de los Maestros. Que quede claro, siempre seremos férreos defensores de las injusticias, de las causas justas y nobles. Sí, de esas banderas que enarbolen demandas o peticiones que no hayan sido satisfechas, no obstante estar debidamente establecidas en pro de cualquier grupo de connacionales que brindan un servicio al País. Reconocer a todos aquellos mentores bien comprometidos con la niñez y la juventud mexicana y tabasqueña en nuestro caso. Pregunto nuevamente ¿acaso magnesia y gimnasia son iguales?  . . Por supuesto que no se nos olvida el nombre de Ovidio Chablé Martínez de Escobar. Creerá usted, estimado lector “que no aparece por ningún lado, como si se lo hubiese tragado la tierra”. . . Año ha que vengo señalando en mis entregas periodísticas, la gran diferencia que se observa en la infraestructura carretera, amén del desarrollo y prosperidad  de Estados colindantes con nuestra “patria chica”. Recién miré ejemplos en Chiapas y Campeche. A diferencia de Tabasco –desde hace varios años, reitero- los avances en varios rubros es significativo. Las vías de enlace distan, por mucho, de las destrozadas carreteras que tenemos en nuestro solar, contrastando y exigiendo explicación. Ya ni hablar de la capital tabasqueña (Villahermosa) en donde se sufre a diario “cráteres” como si se tratase de una zona de guerra. Injusto, reconozco, sería echarle toda la culpa a las actuales autoridades, pero sí, como tabasqueño, me siento afectado por todo lo que acontece o deje de acontecer en la tierra que nos vio nacer y en la que haremos de terminar a diferencia de otros que solo han venido “ en aras de conquista” . . . .

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