Detrás del telón
“Hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas” Mark Twain Iván Aguirre Aguilar iaguirreaguilar@hotmail.com La verdad de la vida –estimado lector- a decir de Alberto Cortez (bellos recuerdos de mi infancia “se agolpan en mi mente”) sin temor a equivocación, se lee, se escucha y se percibe en una de […]
11 de junio de 2020

“Hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas”
Mark Twain

Iván Aguirre Aguilar
iaguirreaguilar@hotmail.com
La verdad de la vida –estimado lector- a decir de Alberto Cortez (bellos recuerdos de mi infancia “se agolpan en mi mente”) sin temor a equivocación, se lee, se escucha y se percibe en una de las frases vertidas en unas de las canciones (poemas casi) del recién fallecido canta autor argentino cuando menciona «Nunca estamos conformes del quehacer de los demás y vivimos a solas sin pensar en los demás, como lobos hambrientos, acechando a los demás, convencidos que son nuestro alimento, los demás”.

Es así como se comporta el ser humano respecto de todo lo que no hace pero que, cuando otros lo hacen, simple y llanamente “es criticable por sistema” retomando lo que en entregas anteriores hemos citado tocante a que “no es lo mismo ser torero que “ver torear” llegando en muchas de las ocasiones a “la crueldad” para con los demás, sin importarnos un bledo que, lo que nosotros mismos realizamos no está bien o, peor aún, afecta a los demás precisamente.

En el caso de la gobernanza, como arte de servicio con la sociedad, ésta exige doble esfuerzo ya que, de entrada, se debe actuar en congruencia justamente con los postulados que permitieron el alcanzar la encomienda recibida por confianza ante las urnas.

Mexicanos y tabasqueños, como parte integrante de la Nación, deseamos que nos vaya bien. Para ello, cierto es que, se debe contribuir desde cada una de nuestras trincheras en lo que nos corresponde hacer.

En nuestro caso, quienes nos dedicamos a fungir como “puentes de enlace” entre la ciudadanía y sus representantes populares, nuestra responsabilidad debe circunscribirse dentro de un marco de señalamientos apegados a lo que está aconteciendo en nuestro rededor. Es decir, lo que menos tenemos o debemos de hacer es “ponerle moño al regalo” cuando que, lo que se escriba, lea o transmita refleje lo que realmente está pasando y por ende, está repercutiendo en lo socio político económico de México y de Tabasco.

Temas torales como la inseguridad, el desempleo, por citar, no deben ser “minimizados” y mucho menos “maquillados” con la finalidad de “agradar al gobernante en turno”. Bien dicen los sufragantes en Finlandia o Noruega cuando remarcan que “esa es su obligación, el responderle al pueblo sin miramientos ni sesgos o filiaciones”.

Reitero, mi más ferviente deseo, como millones de connacionales y coterráneos es que, las cosas se mejoren, ya que ello se significará en mejores estadios de vida. O, en otras palabras, en ese “circulante” que tanto anhelan los gobernados. ¿Queda claro eso?

Las circunstancias actuales -las que estamos padeciendo por la pandemia que nos ocupa y preocupa a todos- por supuesto que obliga a replantear y replantearnos como seres humanos.

Por enésima ocasión habré de citar que, nada puede o podría mejorar sino hacemos lo que debemos hacer. Es decir, que cada quién asuma su cuidado, aunado al cuidado de sus seres queridos para no ser parte de las estadísticas y con ello, además, contribuir a que, por fin, logremos “vencer al enemigo” que tanto ha venido flagelando a la sociedad, sin distinción de posiciones económicas o sociales.

El denominado “bicho maldito” ha conseguido filtrarse en todas las capas sociales en Tabasco. Si bien, Jonuta mantuvo “imbatible” su territorio durante un buen tiempo, porque así lo procuró su alcalde Francisco “Tito” Filigrana Castro, toda la comarca que integra la geografía choca muestra un panorama desolador y lamentable ante el crecimiento de los casos positivos y, los consabidos decesos por la misma situación.

De no alcanzar la reducción lo antes posible, sin exageración alguna, las perspectivas no lucirían nada halagüeñas.

Comerciantes que han platicado con quién esto escribe, han externado que “ya no aguantan más” ya que han sido cerca de ochenta días en los que no ha habido ingreso alguno, lo que, por obvias razones, repercute en la economía de cada empresario y, lo peor, cientos o miles de personas que laborar precisamente con ellos, vienen – como en cascada- sintiendo sobremanera, la escasez de recursos económicos para poder mantener a sus familias.

-De reojo-
Por favor, ya no más ocurrencias. Que cada paso o medida que se de o asuma, se haga, previo estudio minucioso respecto de lo que pudiera o no ser viable para ser aplicado . . .

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