Detienen a líder de secta por extorsión, se hacía llamar “la reencarnación de Cristo”
«La reencarnación de Cristo», líder de una secta religiosa, podría pasar 12 años en prisión por extorsión y abuso psicológico de sus adeptos. Serguéi Torop, líder de una secta religiosa y quien se hacía llamar “la reencarnación de Cristo“, fue detenido bajo el delito de extorsión en Rusia y por abusar psicológicamente de sus adeptos. […]
24 de septiembre de 2020

«La reencarnación de Cristo», líder de una secta religiosa, podría pasar 12 años en prisión por extorsión y abuso psicológico de sus adeptos.
Serguéi Torop, líder de una secta religiosa y quien se hacía llamar “la reencarnación de Cristo“, fue detenido bajo el delito de extorsión en Rusia y por abusar psicológicamente de sus adeptos.
La secta religiosa conocida como la “Iglesia del Último Testamento” contaba con miles de fieles en una zona aislada de Siberia y esperaba la llegada de algo similar al “Arca de Noé” cuando su líder fue arrestado.
Serguéi Torop, de 59 años de edad, afirmaba que él era el “nuevo Mesías”, “la reencarnación de Cristo” y “el Hijo de Dios” que había regresado al mundo para salvar a la humanidad de un nuevo cataclismo provocado por el hombre.
Sin embargo, Vissarión, como también se conocía a este sujeto, en realidad aprovechaba la histeria y el miedo colectivo para abusar de sus adeptos y obtener ciertos beneficios a cambio de sus creencias.
Fue arrestado en un operativo en conjunto por el Comité de Investigaciones y los agentes del Servicio Federal de Seguridad de Rusia, quienes tras investigarlo un par de años pusieron fin a la serie de extorsiones desarrolladas por Torop.
Dentro de la “Iglesia del Último Testamento” se realizaban diversas actividades que ponían en riesgo a sus creyentes, pues en varias ocasiones se reportó que por lo menos tres personas resultaron gravemente lesionadas tras las “prácticas espirituales” que llevaban a cabo.
Por esta serie de acciones, Sergéi podría pasar hasta 12 años en prisión, lo que supondría su libertad a los 71 años de edad.
Serguéi Torop solía ser un policía de tránsito que se enfrentó a los turbulentos cambios que se generaron en Rusia a finales de 1989. Por ello decidió volcarse al camino de la espiritualidad.
Tras pasar un largo tiempo desempleado fundó, en 1991, la “Iglesia del Último Testamento” de la que se autoproclamó gurú e instaló su culto en una aldea construida por los propios creyentes en la región boscosa de Kurgan, en Siberia.
Torop basó sus ritos en ceremonias extraídas del cristianismo ortodoxo. Comenzó a ganar popularidad entre quienes creían que era “el nuevo Mesías” enviado a la Tierra para salvar a los creyentes de una nueva catástrofe mundial.
En su secta prohibió el intercambio ideológico, promovió el veganismo y la austeridad material, invitando a sus más de cuatro mil seguidores a desprenderse de sus posesiones y practicar la “reconexión con la naturaleza”.
Dentro de la “Iglesia del Último Testamento” se creía que el mundo enfrentaría un apocalipsis, razón por la que los “vissarionitas“, como se identificaban los adeptos entre sí, se preparaban para la salvación.
El tiempo se contaba a partir del año uno iniciado en 1961 y la Navidad se celebraba el 14 de enero, fecha del cumpleaños de Torop.
Entre los fieles, los 300 más comprometidos vivían en la “Morada del Amanecer“; una aldea ubicada en lo alto de una colina en la que también habitaba “el Mesías” con sus dos esposas y seis hijos.
La más joven de las parejas de Torop es una joven de 19 años que vivió en la secta desde que tenía siete años de edad y compartía el mismo chalet con él. El resto de los creyentes habitaba una de las regiones más frías de Rusia en la que se sometían a temperaturas de -50° en invierno.
La farsa de Torop se mantuvo durante 30 años y dio inicio a raíz de los cambios que se vivían en la entonces Unión Soviética

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