Detallan millonario fraude en Salud
Luis Ruiz Sandoval Frade Rumbo Nuevo Dentro de las irregularidades que se detectaron durante el pasado gobierno en donde la Auditoría Superior de la Federación comprobó que sólo en el sector salud, del periodo 2008-2011 dentro del programa de Fondos de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) se tiene irregularidades de tres mil 971 […]
4 de marzo de 2014

Luis Ruiz Sandoval Frade
Rumbo Nuevo
Dentro de las irregularidades que se detectaron durante el pasado gobierno en donde la Auditoría Superior de la Federación comprobó que sólo en el sector salud, del periodo 2008-2011 dentro del programa de Fondos de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) se tiene irregularidades de tres mil 971 millones de pesos.
En este sentido, mientras que la contralora del estado, Lucina Tamayo, anunció la semana pasada que la ASF tiene en la mira a siete exfuncionarios públicos para presentar demanda por mal manejo de los recursos federales y se ubica el desfalco en el sector educativo y de salud, se corroboró que este últimoexisten severas irregularidades.
Mientras que el titular de Salud, Juan Antonio Filigrana, aseguró que se colabora permanentemente con la Auditoría Superior de la Federación para los datos que ellos solicitan en todos los rubros y departamentos, se comprobó que se detectó por parte de este organismo, un desfalco a las arcas federales por parte de la pasada administración de la Secretaría de Salud.
Se detalla en este informe, que durante el gobierno de Andrés Granier se dio un mal manejo de los recursos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA); ya que solamente en el periodo 2008-2010 se detectaron irregularidades en la administración de tres mil 971.4 millones de pesos.
En este sentido y en un documento que tienen las dependencias en cuestión y que se llama “Recurrencia de las Observaciones de Auditoría del Gasto Federalizado 2000-2010”, elaborado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la pasada gestión incurrió reiteradamente en anomalías al momento de ejercer el FASSA en los años 2008, 2009 y 2010.
En ese lapso, la ASF efectuó tres auditorías al FASSA a las cuentas públicas del estado de Tabasco –una por año–, de las que se derivaron 89 observaciones y se promovieron ocho acciones para exigir la reparación de inconsistencias que, incluso, motivaron un procedimiento de responsabilidad administrativa sancionatoria.
De las auditorías surgieron evidencias sobre irregularidades administrativas en los procedimientos de licitación y adquisiciones, como la falta de cláusulas mínimas que garantizaran los derechos y obligaciones contraídas en los contratos, además de la resistencia de la autoridad estatal a sancionar a los proveedores que incurrieron en incumplimiento.
Entre el catálogo de anomalías se identificaron deficiencias en la gestión y en el manejo de medicamentos que van desde el control, guarda, custodia y conservación, hasta medicinas caducas o de lento o nulo movimiento, así como incidencias por recetas no surtidas.
La Auditoría Superior de la Federación también halló en el sector salud que en ese momento era dirigido por Luis Felipe Graham Zapata, irregularidades en hospitales en incumplimiento del porcentaje de ocupación hospitalaria y de cesáreas respecto de los estándares establecidos.
En los años revisados por el máximo órgano fiscalizador se encontró además una mala ministración y operación de recursos, y alteraciones en la remuneración al personal, principalmente por compensaciones y bonos no autorizados a mandos medios y superiores de organismos de salud locales.
El mal uso de los recursos del FASSA se reflejó también en comisiones sindicales otorgadas sin autorización o por personas que carecían de facultades para ello.
El informe revela que se concedió licencias al personal de salud para ir comisionado a otras dependencias, pero con goce de sueldo y con cargo al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud.
Otras irregularidades que marcaron el ejercicio del FASSA durante las cuentas públicas revisadas se relacionan con la aplicación de recursos en fines distintos a los objetivos del fondo, por dinero ejercido en nómina para plazas no autorizadas, además de pagos posteriores a la fecha de baja.
La ASF descubrió que la pasada gestión incumplió los parámetros establecidos por el Sistema Nacional de Indicadores de Salud, tuvo insuficiencia en los registros contables y nunca transparentó la gestión del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud.

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