Francisco Rullán recordó que algunas estructuras creadas sin seguir los estándares de la ASF ya probaron su inoperancia

Redacción
Rumbo Nuevo
El modelo de organización que deben acatar todas las entidades de fiscalización superior del país ya está definido en la Constitución, y ahora se busca que las contralorías estatales y municipales se sumen, por mandato de ley, al Sistema Nacional de Fiscalización, cuya construcción está en marcha al mismo tiempo que la ley respectiva avanza en el Senado.
Al explicar los trabajos que realizan para diseñar la normatividad que regirá por igual a los organismos de auditoría gubernamental interna y externa de los tres niveles de Gobierno, especialistas que participan con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en estas tareas disintieron de quienes proponen que los estados apliquen modelos particulares de órganos de control interno y de entidades de fiscalización superior, cuando las mejores prácticas a nivel mundial apuntan a la homologación nacional para una mejor supervisión de la actividad gubernamental.
Fernando Baz Ferreira, auditor superior del Estado de México; Javier Pérez Saavaedra, auditor especial de cumplimiento financiero de la ASF y Francisco Rullán Silva, fiscal superior de Tabasco, coincidieron en que el objetivo es dar a la población una garantía de credibilidad y de calidad, al evitar que los órganos que supervisan la actividad gubernamental estén sujetos a los vaivenes políticos, que no deben tener injerencia en su organización interna y en su desempeño.
“Aquí lo que buscamos es que los tres niveles de gobierno, actúen bajo las mismas normas, lo que nos va añadir a la actuación de los distintos órganos de fiscalización, tanto externa como interna, credibilidad, que va a descansar en una mejor calidad de las revisiones que nosotros efectuamos”, señaló Pérez Saavaedra.
Durante el foro, producido y trasmitido por el Canal Televisivo del Congreso de la Unión, Rullán Silva recordó que la ASF ha estado marcando la pauta para ir normando a las entidades federativas desde 1999, cuando se promulgó la Ley de Fiscalización Superior, y la misma se reprodujo en los estados para irle dando a la entonces contaduría mayor de Hacienda de cada entidad, la figura fundamental de la fiscalización superior con los mismos estándares de desempeño de la ASF y con la misma estructura, que contempla a un solo auditor o fiscal superior, lo que en Tabasco se hizo en el año 2002.
“En el año 2007 se hace la modificación constitucional. El artículo 116 se adecua para que las entidades federativas adopten el mismo sistema de la ASF”, precisó.
En ese sentido, señaló que las propuestas de crear entidades de fiscalización superior con modelos distintos al de la ASF, para hacerlas al modo de alguna administración en particular, ya han probado su ineficacia en el país, concretamente en el Distrito Federal.
“Se oyen voces como por ejemplo las que hablan de órganos colegiados como el que antes hubo en el Distrito Federal, por ejemplo, que no fue muy operante y que ya se regresó a una forma unipersonal”, ejemplificó.
El fiscal superior tabasqueño celebró que en México se esté avanzando cada vez más rápido en la construcción de un sistema constitucional de fiscalización que verdaderamente rija en todo el país, al margen de las diferencias que pueda existir entre un nivel de gobierno y otro por circunstancias políticas.
“En la última reforma que está ya en la Cámara de Senadores se modificaron los artículos 73, 74, 116, otra vez, que ahí obliga a los estados, y el artículo 122, precisamente para crear el Sistema Nacional de Fiscalización, y ya la ASF, mientras el Congreso adecua ello, ya puede emitir lineamientos en este sentido”, refirió.